Deseo en este aniversario 125 de la Policía Nacional de Colombia, compartir con ustedes la evolución de nuestra institución, podemos afirmar que el servicio de Policía en el país se remonta a la época prehispánica con los Güechas, hombres del Zipazgo ubicados en Bacatá, lo que es hoy Bogotá, integrantes de la confederación Muisca y por sus características físicas y personalidad recia, se desempeñaban como guardianes de su territorio.
Años después los Reyes Católicos organizaron en América una policía rudimentaria para ayudar al arresto de malandrines, denominándolos Alguaciles, encargados de velar por la seguridad a través de la vigilancia y control de todo cuanto significaba incomodidad a la convivencia, como además el control de juegos prohibidos y el de registrar escondites tomados como refugio por forajidos después de cometer algún delito.
Mientras tanto en Europa un acontecimiento debería modernizar el concepto de Policía, el 2 de septiembre de 1667, en París, primera ciudad en la región que instaló un servicio de alumbrado público, mediante un sistema que consistía en farolas públicas, encendidas por faroleros, quienes recorrían las calles para ponerlas en funcionamiento en horas nocturnas y asignados por el Rey Luis XIV a la Prefectura de Policía, él mismo no tardó mucho tiempo en instituir el alumbrado público a todas las ciudades de Francia, incrementando de esta forma, la sensación de seguridad en todo el país y sin pensarlo generó un paso importante para el avance de la Policía en Colombia.
En 1791, se creó una junta de Policía durante el gobierno del Virrey Ezpeleta, con la tarea de recoger mendigos, construir caminos, vigilar el aseo, supervisar el embellecimiento de las calles y vigilar el alumbrado público, sus integrantes fueron designados como serenos, con funciones similares a los faroleros parisienses.
Ya en la historia republicana, los generales Santander en 1819 y Bolívar en 1826, el primero inició la organización legal y política del país, expidiendo leyes señalando funciones a la fuerza pública y creando la policía secreta, también el Libertador emite normas dándole responsabilidades explícitas a los jefes de policía, indicándoles que deberían cuidar: la vida, el honor y los bienes de los ciudadanos.
Finalmente en 1861 en el gobierno de Mariano Ospina, crea una primera Policía del orden nacional, en 1880 se organiza la Policía de Cundinamarca y en 1890 bajo el gobierno de Carlos Holguín se sanciona la Ley 23 para constituir la Policía en Bogotá y posterior extensión a todo el país, encargando de esta tarea al comisario francés Marcelino Gilibert, quien con sus cualidades y una labor loable, concreta para el 5 de noviembre de 1891 fuera expedido el decreto 1.000, por el cual se crea la Policía Nacional actual, sustituyendo a partir del momento los cuerpos de Policía existentes como los departamentales, municipales y de serenos.
Serenos, personajes del pasado, obreros y artesanos que se convertían en figuras representativas de la presencia del policía, quienes con su sencillez natural y campesina, tenían el carácter de agentes del orden público, tranquilizaban las horas de sueño, recordemos su indumentaria curiosa, vestían levitón de gran tamaño, casco metálico colonial y una chipa de rejo al cinto, para lograr encender los faroles, que como en París, era la principal acción para apartar las penumbras de la noche que invitaban al desorden y así desde aquella época a la actual, tener una Colombia segura y en paz.
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