Un secuestrado siente cómo las lágrimas que derrama le hieren el rostro. Cuando recuerda a su familia y oculta su tristeza en la oscuridad del escondrijo, en donde lo mantienen postrado. Para no revelar a sus captores que se está ahogando en sollozos. Sus familias desde la libertad sufren el suplicio de la incertidumbre, desconocen si la vida o la muerte sostiene a su ser querido.
Además, la sociedad cae en un miedo generalizado, pierde la esperanza y le inunda la sensación de impotencia frente a este horror.
El 31 de enero 1933 se registró el primer caso de secuestro difundido por un medio de comunicación en Colombia. Desde entonces líderes sociales, comunicadores, empresarios, integrantes de la Fuerza Pública y la sociedad civil han sido víctimas de este flagelo, que ha cambiado la historia del país.
Durante las últimas seis décadas se ha convivido con este fenómeno atribuido a grupos subversivos, paramilitares y delincuencia común y organizada.
Quienes recurrieron a la práctica de secuestrar a las personas que consideran sus enemigos y como fuente de poder económico que soporta sus intereses. El secuestro es uno de los crímenes más atroces que hemos sufrido, con un registro de más de 39.000 víctimas entre 1970 y 2010. La época más álgida de secuestros fue a finales de los años 90, alcanzando su tope más alto en el 2000 con cerca de 3.600 casos, un promedio de 10 plagios diarios.
En su 21º aniversario, toda Colombia se colma de orgullo de nuestros hombres y mujeres GAULA
Con el contexto anterior, el Gobierno Nacional en 1998 facultó a la Policía Nacional para conformar la “Dirección Antisecuestro y Extorsión”. Como la responsable de asumir el direccionamiento de los Grupos de Acción Unificada por la Libertad Personal “GAULA”. Desplegados a lo largo y ancho de la geografía nacional, con la finalidad de confrontar el delito del secuestro.
Esta Dirección desde entonces con sus héroes anónimos, día a día plasman con su trabajo y dedicación auténticas páginas de la historia patria. Seres de carne y hueso que tomaron la decisión de servir con el respaldo incondicional de toda la Institución.
Gracias a su accionar investigativo las cifras de secuestros descendieron en un 90%. El 2018 presenta la cifra más baja de los últimos 18 años (170 casos).
En su 21º aniversario, toda Colombia se colma de orgullo de nuestros hombres y mujeres GAULA. Quienes cumplen su misión al contribuir en la reducción de este delito que atenta contra la libertad personal. Aunado a lo anterior, su experiencia se ha exportado a otros países para resolver casos operacionales frente a este flagelo.
También marcan la pauta diferencial con su propuesta de prevención “YO NO PAGO, YO DENUNCIO”. Finalmente, como reza en su escudo de armas: Vencire sine bellum -Vencer sin combatir-, es la pieza clave para evidenciar la efectividad en los resultados obtenidos.
Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/vencire-sine-bellum