Álbum mental

Recuerdos, vida, memoria

La historia de la humanidad esta atada a millones de recuerdos. Por naturaleza los hombres poseen inquietud por el recuerdo y desde la antigüedad, los grandes personajes y hasta los más humildes, han buscado la forma de trascender a la historia para dejar constancia de su legado. 

El ser humano anhela que se mencione su nombre, ya que piensa que en el momento que no se haga surge en el imaginario que se dejará de existir, se perderá su recuerdo y se olvidará su huella en este mundo.

En definitiva, somos nuestra historia y el álbum mental de nuestro pasado, la suma de recuerdos que hemos acumulado a lo largo de la vida, eso, es lo que nos hace únicos y nos da verdadera identidad. 

Lo fundamental de los recuerdos son las emociones asociadas a estos, generando una serie de experiencias de vida. Los recuerdos con un alto contenido emocional como el miedo, el odio, la tristeza o la felicidad y también aquellos que están asociados con algún dolor, sonido o sabor, son los que más perdurarán en la memoria.

Nuestra mente es selectiva y valora más el aprendizaje que logramos extraer de nuestros recuerdos, que incluso de otras enseñanzas, esto nos ayuda a preferir entre las acciones que nos hicieron sentir bien y las que nos hicieron sentir mal. Esto es precisamente lo que permite que se aprenda de nuestras vivencias y nos orienten en la toma de decisiones. 

Parafraseando a Gabriel García Márquez, encontramos la profundidad de nuestras remembranzas: la vida no es la que uno vive, sino la que se recuerda y cómo se recuerda para contarla

Sin el viaje mental que nos proporciona la memoria, no seríamos conscientes de nuestra historia personal y colectiva. Los buenos recuerdos deben ser empleados para generar vínculos con la vivencia propia, porque estos poseen el potencial de cargar de coraje la vida, somos lo que somos gracias a lo que hemos experimentado.

Lo que nos indica que la solución de los problemas de la vida cotidiana, se encuentra dentro de nuestro espíritu en el baúl de las experiencias. De esta forma aprenderemos a ser más asertivos usando los recuerdos de los momentos en los que hemos actuado con confianza y responsabilidad.

La historia es la memoria del mundo y en los recuerdos sobrevive la humanidad, conformando el relato de los pueblos. No se debe permitir que en esta nueva sociedad se pierda el recuerdo, el cual se debe conservar como la cultura del hombre.

La memoria es la transmisión de un conocimiento para el futuro, esto hace que las personas sean en realidad seres humanos. Parafraseando a Gabriel García Márquez, encontramos la profundidad de nuestras remembranzas: la vida no es la que uno vive, sino la que se recuerda y cómo se recuerda para contarla.

Por tanto, algunos hechos son tan contundentes que nunca se borran, ¿recordamos ese obsequio sorpresa que algún día nos dio un ser amado? O ¿mencionemos que actividad realizábamos el día del atentado a las Torres Gemelas?

Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/lbum-mental

PorJimmy Bedoya

Coronel(r) con más de 30 años de experiencia en seguridad pública, liderazgo, capital humano y control interno.