¿Cómo se adaptará la ciudad a las nuevas formas de convivir, trabajar, estudiar y hacer ocio? En el mundo actual existen numerosos ejemplos de proyectos de ciudad y de gestión de su espacio público. El urbanismo se debe pensar como un modelo de planeación colaborativo, en donde la sociedad se compromete con las intervenciones de infraestructura para que estas se adapten a la ciudad, generando un impacto en las comunidades y al dinamismo de su cotidianeidad, con el común denominador de buscar mejorar la experiencia en el espacio público.
Los primeros procesos de ordenamiento urbanístico a lo largo de la historia, surgen principalmente por los brotes de enfermedades que obligaron a la creación de nuevas innovaciones en el diseño urbano. Los arquitectos se basaron más en conceptos médicos que en la teoría de la arquitectura, lo que provocó cambios en la forma de edificar.
Hoy, las regulaciones a la conducta social establecidas después de la declaración de la pandemia mundial por parte de la OMS, han transformado nuestra manera de interactuar con las personas y en especial con la ciudad.
Tras la pandemia se fundamentarán los pilares de la nueva ciudad y su convivencia, centrando la atención en una “ciudad verde” para mitigar la enfermedad. Se rediseñarán desde los cubículos laborales hasta los lugares abiertos, el espacio público tendrá que adaptarse a la distancia social para frenar el contagio.
Finalmente, los conceptos de urbanismo, seguridad y convivencia se terminan uniendo, porque establecen una relación estrecha en la conducta social incidiendo en la actitud de los conglomerados, un entorno organizado inhibe el delito y mejora el comportamiento del individuo.
Se establecerá un modelo de “ciudad de polígonos cortos”, en donde se limita el tráfico en el transporte público, dando prioridad al peatón y al ciclista. Las TIC´s se encargarán de acciones que en algún momento fueron controladas por otras personas, las aplicaciones por voz liderarán el cambio. El urbanismo y la pandemia abrirán a nuestro paso un mundo más individual y digital.
Como en los conflictos, la pandemia crea un “shock social”, la resiliencia urbana ofrece oportunidades para contar con ciudades más maduras, aunque el futuro aún es incierto, no hay duda que una nueva vida nos espera al final del confinamiento. El tiempo tras la pandemia apunta a una nueva experiencia de lo urbano.
Implica entonces un compromiso de las autoridades locales y los ciudadanos, el implementar un nuevo espacio público para mejorar la convivencia de las personas, construyendo lugares diferenciales para la vida, con proyectos en medio del cambio y la crisis, de esto depende la seguridad, la convivencia y el desarrollo de toda una sociedad.
Durante los días de pandemia, el delito ha mutado según las restricciones sociales, por lo cual la Policía Nacional de todos los colombianos, ha implementado estrategias de seguridad para adaptarse más rápido que la delincuencia, focalizando el servicio de policía apoyado en el análisis de datos.
Finalmente, los conceptos de urbanismo, seguridad y convivencia se terminan uniendo, porque establecen una relación estrecha en la conducta social incidiendo en la actitud de los conglomerados, un entorno organizado inhibe el delito y mejora el comportamiento del individuo. La ciudad es una expresión social y desde luego la obra maestra del hombre.