Desde la implementación del Modelo Nacional de Vigilancia Comunitaria por Cuadrantes en Colombia en el año 2009 y conociéndose sus resultados en cuanto al mejoramiento de la seguridad ciudadana en el país, surgió el interés de diferentes naciones de la región para implementar en sus territorios modelos similares. Así la Policía Nacional de Colombia ha exportado a varios países esta experiencia con el ánimo de coadyuvar en la consolidación en los procesos de convivencia y seguridad ciudadana, veamos el caso de Honduras.
En 2004 su tasa de homicidio era de 31 y en 2011 de 86 por 100 mil habitantes, su tope más alto en los últimos años; denota un crecimiento de 181% en este delito. La OMS (2014) indica que los municipios del Distrito Central y San Pedro Sula están dentro del ranking de las ciudades sin conflicto armado más peligrosas del globo. La presencia de maras, intensifican los problemas sociales e incrementan los índices delincuenciales.
Esta situación, llevó a la Policía Nacional de Honduras a buscar la forma de elaborar un modelo de servicio institucional que respondiera a las necesidades y demandas de su sociedad. Es así como la Policía Nacional de Colombia, inicia en 2013 en Honduras labores de asesoría en policía preventiva y comunitaria, con el apoyo de la Oficina de Asuntos Internacionales contra el Narcotráfico y Aplicación de la Ley (INL, por sus siglas en inglés) del gobierno estadounidense.
Con líneas de acción de impacto la Policía Nacional de Colombia, concentra su asesoría en las ciudades de Tegucigalpa (Distrito Central) y San Pedro Sula, en donde se presenta la raíz del problema y analizando las necesidades latentes de la comunidad hondureña; se participó en la construcción del Modelo Nacional de Servicio de Policía Comunitaria, MNSPC, el cual orienta su actuación a la identificación y solución de problemas en el territorio mediante un trabajo de campo desarrollado por la patrulla en diferentes sectores, -denominación dada en Honduras a los cuadrantes-, para conocer de primera mano los requerimientos más sentidos de la comunidad y así establecer las actuaciones de intervención en los fenómenos identificados.
El avance alcanzado en la consolidación de la seguridad ciudadana en Honduras ha evidenciado las bondades del Modelo Nacional del Servicio de Policía Comunitaria. Los resultados se han visto desde el primer año de trabajo: el número de homicidios se redujo desde el 2013 al 2016, un 25%; evitando cerca de 4.000 muertes desde su implementación. La tasa de homicidios se ubicó en 59 por 100 mil habitantes, estimativos del 2017 nos indica que no ascenderá a 50 por 100 mil habitantes y continuará descendiendo.
Con el acompañamiento de la Policía Nacional de Colombia se conjugarán esfuerzos para consolidar el modelo de policía comunitaria establecido como la herramienta definitiva que requería el país; logrando que la comunidad se convierta en parte constitutiva de su seguridad y brindándose las condiciones necesarias que les permita a sus residentes convivir en paz.
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