Este fenómeno comienza a ser estudiado en los años 30 en la Escuela de Chicago en donde profundizaron en los problemas urbanos presentes. Pero no fue sino hasta 1988 cuando el sociólogo francés Michel Maffesoli, definió una “tribu urbana” como la reunión de pequeños grupos de los habitantes más jóvenes de las ciudades, para expresarse de una forma diferente y como un modo de alejarse de la cotidianidad que les incomodaba.
Con intereses en su mayoría de veces ajenos a los del resto de la comunidad, con el fin de intensificar sus experiencias particulares y obtener un punto de encuentro.
En Colombia, todos sus habitantes de una u otra forma hacen parte de una tribu. Cada individuo es integrante de un determinado colectivo: un estrato social, hinchas de un equipo de fútbol, residentes de un barrio o localidad e incluso el apasionarse con un ritmo musical sirve como diferenciador.
Determinándose “microculturas” urbanas que se asientan a lo largo y ancho de la geografía del país. Para fundar personalidades propias que establecen variadas culturas sociales.
En la actualidad el país tiene un potencial de 12´700.000 jóvenes entre los 14 y 28 años, de los cuales el 77% reside en áreas urbanas. En ciudades que por su infraestructura y dimensiones sociales, son un enorme “laboratorio” con una vida intensa en donde desarrollan su actividad social.
Construyendo los jóvenes modelos societales, nuevos valores e imaginarios
Siendo el lugar en el que las contradicciones de la modernidad y las conflictividades surgen en cada esquina y se convierten en asuntos irreconciliables y tan citadinos que se superponen en el paisaje de la ciudad, haciéndose visibles por la descomposición y pérdida de principios en la familia, la academia y la política. Construyendo los jóvenes modelos societales, nuevos valores e imaginarios bajo el fenómeno de tribu urbana.
La sociedad y las autoridades no comprenden la evolución en la que esta inmersa la juventud el día de hoy. Las tribus son sin duda el lugar del contacto físico, un espacio para la reunión de los cuerpos y sus sentidos, en el cual el joven puede, acceder y encontrarse junto a otros, para construir una identidad personal y colectiva, convirtiendo la tribu en su familia y la urbe en su hogar.
Las tribus urbanas formulan su propio planteamiento de orden social, construyen un paradigma de ciudadanía intercultural, en donde algunos casos la violencia puede ser el centro de su unidad para manifestarse contra las reglas establecidas.
En conclusión, algunas personas justifican las tribus urbanas por ser el único medio de los jóvenes de visibilizarse, otros tan solo las toleran por ser un periodo temporal de la juventud y por último existen los que las condenan totalmente, rehuyendo a la participación asertiva con los jóvenes.
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