Con la finalidad de establecer porqué se presenta actividad criminal en el territorio, las estadísticas delictivas y los fenómenos sociales nos permiten identificar variables del delito, las cuales al recibir el tratamiento debido generan información y brindan un alto potencial anticipativo.
El empleo de varias teorías de la criminología ambiental, la actividad rutinaria y la prevención situacional nos ayuda a comprender el delito y nos explica las características puntuales de algunos segmentos de calle que se hacen más propensos a la ocurrencia del crimen.
En Colombia, la Policía Nacional ha implementado el Modelo Nacional de Vigilancia Comunitaria por Cuadrantes, partiendo del conocimiento del entorno y adecuando el servicio a sus condiciones. Entre otras, empleando la teoría de las oportunidades y la actividad rutinaria para prevenir la conyuntura que brinda un espacio deteriorado, una comunidad desorganizada y la carencia de cultura ciudadana.
Enfrentando ahora el reto de planear un servicio aún más focalizado, mediante la utilización de herramientas técnicas que suponga la identificación y la atención de los cuadrantes donde se concentra el delito y los comportamientos contrarios a la convivencia.
Otro ejemplo en la región es la experiencia de los Carabineros de Chile, donde por intermedio del uso de la prevención situacional la han convertido en un elemento valioso para la identificación y la atención de puntos críticos.
Se proyecta un servicio de policía preparado a enfrentar los retos del futuro
Con el propósito de reducir las oportunidades para la comisión de delitos y de violencia, mejorar la percepción de seguridad en determinados espacios urbanos, con la implementación de estrategias orientadas a modificar factores y condiciones específicas del riesgo de los entornos y a la vez realizando una recuperación del territorio que se ha identificado como una “zona de miedo”.
El incremento del servicio de policia en los puntos calientes de la ciudad, donde se aglomera el crimen, debería reducirlo y ser la solución final; de hecho, es una de las estrategias policiales con mayor resultado en la reducción del delito, especialmente para contrarrestar los crímenes violentos, los relacionados con el consumo de estupefacientes y las riñas.
En la actualidad se aprovecha el avance de las tecnologías de la información y la comunicación, para ir más allá de las soluciones comunes en el control y la prevención del delito.
Se proyecta un servicio de policía preparado a enfrentar los retos del futuro, diseñando modelos de cálculo que permitan por medio de algoritmos y herramientas tecnológicas, descubrir patrones de conducta vinculados con los factores multicausales del delito y la violencia, lo que conducirá a desarrollar respuestas innovadoras para afrontar mejor al fenómeno criminal.
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