La gran mayoría de ciudades de Colombia, surgieron de la implementación del modelo de construcción español, que se usó desde el descubrimiento de América hasta principios del s. XIX, el cual se caracterizaba por aglomerar en una plaza central, los diferentes poderes locales: el religioso, el político, el armado y el económico, convirtiéndose en un símbolo de la urbanización en el país. De este modo, los municipios colombianos se expandieron alrededor de estos centros de poder, en medio de cafetines, plazas de mercado y chicherías, constituyéndose en lugares de agitación, encuentros y desencuentros.
El 50% del crecimiento de las ciudades del país se ha realizado sin mayores procesos de planeación. Hoy, de cada 100 habitantes 77 viven en las cabeceras municipales, existen 5 ciudades con más de un millón de personas, 59 ciudades poseen casi un millón de habitantes y 620 tienen cerca de 100.000 colombianos, lo que se traduce en un nuevo estilo de vida que tiene inmensos efectos sociales.
Una ciudad mal pensada, con una insuficiente infraestructura física y de telecomunicaciones y con servicios públicos deficitarios, no es integrada ni sostenible y se convierte en una aliada en la generación de externalidades negativas, como la conflictividad social, la criminalidad, la congestión vehicular y la contaminación ambiental.
No contar con procesos de planeamiento a largo plazo, afecta el interés público y contribuye a que fracase el proyecto de ciudad, al incrementarse la segregación social y la exclusión. Desatender las nuevas formas urbanas, como patrones no planificados que se extienden y se renuevan, generan un alto costo al no tomar decisiones, haciendo que se produzca en la planificación errores irreversibles.
Las ciudades son un crisol donde se mezclan las culturas y las razas, se debe priorizar el consenso social sobre el tipo de sociedad que se desea construir, para mejorar la escuela pública, el acceso al mercado laboral y todo el andamiaje social
Los procesos de urbanismo son complejos, pero la administración pública debe interactuar con los diferentes agentes urbanos, para arbitrar entre los intereses de la comunidad, sus conflictos y diferencias, en pro de construir con esta las dimensiones físicas, sociales y político-administrativas de la ciudad.
La planeación urbana reta a las administraciones locales, como responsables del diseño de programas de desarrollo, las ciudades que planean procesos están en la posición de anticipar en vez de reaccionar, haciendo frente a la raíz del problema, para proveerle los bienes y servicios básicos a la comunidad y así el ciudadano pueda ejercer sus derechos y cumplir sus deberes.
Las ciudades son un crisol donde se mezclan las culturas y las razas, se debe priorizar el consenso social sobre el tipo de sociedad que se desea construir, para mejorar la escuela pública, el acceso al mercado laboral y todo el andamiaje social. Con una adecuada estrategia se incidirá en la economía urbana, impactando sobre las desigualdades y mejorando la seguridad ciudadana.