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De placa en el pecho

Es imposible hablar de la historia del país, sin mencionar a la Policía Nacional. Institución que desde su creación y a través de los años se ha convertido en bastión para el desarrollo social e impulso de la organización democrática y política de la república.

Su crecimiento institucional ha sido influenciado por nuestra ascendencia rural y multiétnica, y en las últimas décadas ha entregado miles de héroes por su lucha contra las guerrillas, la delincuencia y el narcotráfico.

Acontecimientos dolorosos que le han exigido todo su compromiso para afrontar nuevos retos, no solo a nivel local, sino en todo el territorio nacional.Su primer director y organizador fue el comisario especial Juan María Marcelino Gilibert, de nacionalidad francesa.

Logró que la Institución iniciara sus labores después de varios preparativos, y tras su creación con la expedición del decreto 1.000 del 5 de noviembre de 1891, el 10 de enero de 1892 sus primeros 450 integrantes desfilaron en la plaza de Bolívar, haciendo presentación oficial como los nuevos garantes del orden.

De forma simbólica ordenó a sus agentes portar en el pecho sobre el corazón, la placa que los identifica como miembros de la Policía, como muestra de su amor y vocación con el servicio. Hoy, es un cuerpo policial con más de 170.000 hombres y mujeres a disposición de todos los colombianos.

La Institución es el resultado de sus vivencias, especialmente las del amor por servir a la comunidad

La Policía Nacional consciente del gran reto que posee, actualiza sus procesos para adaptarse a los lineamientos del Gobierno Nacional y especialmente a las necesidades de la comunidad en general. Actualmente no es solo un gran equipo de hombres y mujeres, sino una organización que de la mano de la tecnología y un talento humano más capacitado, se proyecta hacia el futuro con una visión clara para atender los desafíos que se plantea el país, en búsqueda de la convivencia pacífica y la seguridad ciudadana.

La grandeza de la Policía y su posicionamiento no han dependido exclusivamente de sus resultados operacionales contra el crimen, sino también de la transparencia, la rectitud y el comportamiento ético de quienes la conforman.

Los policías son símbolos permanentes de solidaridad, legalidad y justicia. Ante esta gran responsabilidad, la Institución ha reafirmado la Política Integral de Transparencia Policial, con el fin de direccionar y monitorear la conducta de todos sus integrantes.

La adopción de valores éticos universales, le ha permitido a la Policía afrontar las principales amenazas contra el Estado Social de Derecho, como son la corrupción, la irracionalidad, la ineficiencia y la indiferencia social. La Institución es el resultado de sus vivencias, especialmente las del amor por servir a la comunidad en estos 128 años de historia en la vida de Colombia.

Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/de-placa-en-el-pecho

Documento estratégico

Hoy finaliza el calendario electoral en Colombia, con la votación para elegir las autoridades político-administrativas de las entidades territoriales. Uno de los mayores retos que enfrentarán es realizar procesos de planeación asertivos, que aborden integralmente los problemas públicos que afectan a la comunidad.

Es así, que la Policía Nacional como actividad previa al inicio de labores de los nuevos gobernadores y alcaldes, ha participado activamente en su capacitación en temas relacionados con la gestión territorial de la seguridad, para que en sus programas de gobierno se incorporen líneas de acción que sean consecuentes con la convivencia y seguridad ciudadana.

Construir un país seguro no es una labor que necesite adoptar medidas reactivas y aisladas. Se requiere el desarrollo de procesos de planeación basados en diagnósticos que se constituyan en verdaderos análisis de las realidades que se viven en cada territorio y, por supuesto, en programas y acciones que permitan acercarse desde diferentes dimensiones, a las manifestaciones de los fenómenos y hechos que afectan la convivencia y la seguridad.

El documento estratégico para esta tarea es el Plan Integral de Seguridad y Convivencia Ciudadana -PISCC-, como la herramienta a través de la cual es posible materializar el enfoque y los lineamientos de la Política de Defensa y Seguridad del Estado.

Construir un país seguro no es una labor que necesite adoptar medidas reactivas y aisladas

Como se observa el PISCC es la hoja de ruta de acuerdo con las competencias, funciones y atribuciones que la Constitución Política y la ley les ha otorgado a las autoridades territoriales, en relación con el manejo del orden público y la materialización de dos fines esenciales del Estado: la convivencia pacífica y la seguridad ciudadana.

Este plan debe implementarse dentro de sus primeros seis meses de gobierno, convirtiéndose en la política pública de planeación estratégica para la seguridad y convivencia ciudadana, con proyectos que deben ser financiados con los recursos de los Fondos Territoriales de Seguridad y Convivencia Ciudadana, creados en sus administraciones.

El PISCC debe estar alineado con los planes de desarrollo tanto departamentales y municipales, por lo cual es necesario que posean una estructuración clara en cuanto a todos los aspectos de seguridad pública y convivencia, a partir de los cuales se desprenderán todos los proyectos en este asunto, que deben atender la problemática de criminalidad.

En este sentido, recuerdo a las autoridades político-administrativas, su obligación de velar por la tranquilidad en sus regiones, las condiciones de seguridad, la promoción de la convivencia pacífica y la cultura de la legalidad que son fundamentales para garantizar una mejor calidad de vida de los ciudadanos y así alcanzar un desarrollo humano sostenible.

Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/documento-estratgico

Reinserción social

La prisión debe considerarse como la última fase del proceso de justicia penal, que inicia con la comisión del delito, prosigue con la instrucción del caso, el arresto de los sospechosos, su aseguramiento, el juicio y la sentencia judicial.

En esta encontramos la función de reinserción social la cual es obligatoria en el sistema penal, para que el condenado se readapte a vivir en comunidad, abandone la conducta delictiva y se convierta en agente útil de la sociedad, obteniendo como resultado el reducir los comportamientos criminales en la misma.

En Colombia, las cárceles enfrentan una situación crítica en materia de hacinamiento y sobrepoblación, llegando a un 153% de su capacidad. Adicionalmente cerca del 35% de sus reclusos se encuentran en prisión preventiva y no han sido presentados a juicio, lo que provoca saturación en los servicios que se deben brindar a los reclusos, dificultando la reintegración del condenado a la sociedad.

Nuestras cárceles no cuentan con los servicios adecuados en aspectos de tratamiento psicológico, alejando el objetivo de la reinserción social de la meta del sistema penitenciario y carcelario interno, sin duda un alto porcentaje de las personas condenadas que recuperan la libertad, seguirán delinquiendo.

Es un asunto de todos y no debe ocupar tan solo un lugar tangencial en el debate público

Es necesario para dinamizar la reinserción social de los condenados en Colombia, incluir terapias psicológicas en su tratamiento, no solo para garantizar un trato más humano en el sistema penitenciario, sino para plantear programas orientados hacia la disminución de la conducta típica penal y al aumento de conductas deseadas o pro-sociales, buscando eliminar la reincidencia y la peligrosidad.

Disminuyendo los costos asociados al crimen, la experiencia nos indica que “prevenir es mejor que curar”, así reducimos el sufrimiento ocasionado por las pérdidas personales y materiales.

El primer paso para ser exitosos en la resocialización de los condenados, es que cada colombiano abandone el trato indiferente a las personas privadas de la libertad, se cree en el imaginario que las vicisitudes acontecidas en el presidio, es una justa retribución por los daños causados a la sociedad. Mientras esto no cambie, ayudará a que la crisis estructural de las prisiones continúe, debemos proponer un modelo de sistema penal que no se reduzca al castigo, sino que tenga como fin evitar la probabilidad que la población penal vuelva a delinquir.

No obstante, en una sociedad que se precie de respetar unos mínimos estándares de dignidad para todos los seres humanos, que un individuo sea considerado delincuente no justifica, bajo ningún punto de vista, que sea despojado de su humanidad. Este es un asunto de todos y no debe ocupar tan solo un lugar tangencial en el debate público.

Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/reinsercin-social

Seguridad estratégica

Los factores estructurales, que incrementan los niveles de violencia, criminalidad y comportamientos contrarios a la convivencia, son múltiples debido a las condiciones de orden social, cultural, político, económico, religioso, histórico, urbanístico y ambiental. 

Esto debe conducirnos a abordar la necesidad de buscar medidas de prevención social en el diseño e implementación de estrategias integrales para lograr una equilibrada convivencia y seguridad ciudadana, con responsabilidad del gobierno nacional y las instituciones afines a la seguridad.

La implementación de estas medidas requiere de un ejercicio de planeación exhaustivo por parte de las autoridades, que les permita diseñar programas dirigidos a la población en general. En consecuencia, para el efectivo despliegue y operacionalización de las estrategias, deben proyectarse respuestas institucionales con acciones definidas a mediano y largo plazo, que generen sostenibilidad, persistencia e impacto de cada una de estas sobre los diferentes componentes de las cadenas delictivas con el fin de enfrentar de manera integral fenómenos criminales que permitan interpretar las más apremiantes necesidades del ciudadano de a pie.

…un modelo de seguridad estratégica debe incluir acciones de desarrollo social urbano y rural, de vivienda, empleo, servicios públicos, economía local y ambiente sano, y debe olvidarse la idea de que el concepto de seguridad se limita a acciones policiales o militares

Lo antes descrito conlleva a que se plantee un giro en el quehacer de las instituciones para garantizar la seguridad y tranquilidad de los ciudadanos, especialmente en la anticipación para mitigar los fenómenos criminales y la generación de respuestas y alternativas de solución ante la presencia de disfuncionalidades en los diferentes niveles de gestión.

Es fundamental comprender desde el territorio, las problemáticas que permitirán priorizar y focalizar las estrategias que mejor se apliquen a su realidad. La inversión en este tipo de iniciativas es mucho mayor y requiere un tiempo apropiado para su desarrollo, los frutos suelen verse en periodos largos, no obstante, es necesario con esfuerzos adicionales contar con victorias tempranas que influyan en la disminución de los indicadores de crimen y violencia.

Así, un modelo de seguridad estratégica debe incluir acciones de desarrollo social urbano y rural, de vivienda, empleo, servicios públicos, economía local y ambiente sano, y debe olvidarse la idea de que el concepto de seguridad se limita a acciones policiales o militares, lo que es un error conceptual y se traduce en prácticas reactivas de persecución del delito y falta de gobernanza.

Es determinante que comprendamos que si las políticas de seguridad se alinean con las de desarrollo social, salud, educación, entre otras, entonces habremos dado un gran paso en mejorar las condiciones de vida de todos, para llegar al contexto social de poder interactuar en el territorio sin miedo y sin la preocupación de ser una víctima de la criminalidad. 

Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/seguridad-estratgica

Sensibilización a candidatos

El próximo 27 de octubre de 2019, todos los colombianos mayores de edad que hagan parte del censo electoral, que vivan en el país y los extranjeros residentes en Colombia habilitados para votar, acudirán a las urnas y elegirán a 1.101 alcaldes, 32 gobernadores, 32 asambleas departamentales, 1.101 concejos municipales y 1.040 miembros de las juntas administradoras locales, en el periodo 2020-2023.

En total la elección de autoridades territoriales asciende a un poco más de 18.000 escaños de elección popular. Los aspirantes que resulten elegidos se posesionarán en sus cargos el 1 de enero de 2020.

En este sentido, y en cuanto al manejo de la convivencia y seguridad ciudadana, son las autoridades político-administrativas las primeras responsables del orden público, y ustedes candidatos, asumen desde su inscripción ese compromiso con sus conciudadanos.

Por tanto, es necesario que sus propuestas de campaña posean una línea de convivencia y seguridad, la cual debe contar con un análisis de los fenómenos que han venido transformando la seguridad, debidamente alineado con las políticas del Gobierno Nacional.

Para ser tomado como referencia en la construcción de su hoja de ruta en materia de seguridad e incorporarla en su Plan de Desarrollo Departamental o Municipal, cuando estén en ejercicio de sus funciones.

Candidatos, recuerden que la seguridad es un derecho humano y un bien público

Con el fin de fortalecer la gobernabilidad local en asuntos relacionados con la convivencia y seguridad ciudadana, la Policía Nacional por intermedio de la gestión territorial de la seguridad, lidera un proceso de capacitación permanente, dirigido a los aspirantes a ocupar cargos unipersonales y corporaciones públicas; con el propósito de fomentarles las competencias que les permita gestionar políticas públicas, las obligaciones, las funciones e instrumentos que como autoridades deberán asumir al respecto de la seguridad de los ciudadanos de Colombia, así como conocer los retos que en seguridad ciudadana nos demanda la situación actual del país.

Candidatos, recuerden que la seguridad es un derecho humano y un bien público que contribuye a la vivencia y garantía de otros derechos consagrados en la Constitución Política y otras normas. Por ende, la seguridad y convivencia ciudadana es tema trascendental para toda la comunidad, pues es a partir de este derecho que para todos los residentes en Colombia, se generarán los espacios que suplirán sus necesidades básicas.

Es más fácil consolidar mejores condiciones de seguridad y mayores niveles de convivencia pacífica entre los ciudadanos cuando se han alcanzado estándares superiores de desarrollo, equidad y calidad de vida.

No cumplir con las funciones, competencias y atribuciones en seguridad ciudadana tiene consecuencias en diferentes dimensiones tanto penales y disciplinarias.

Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/sensibilizacin-a-candidatos

Magia por descubrir

Hoy comparto una vivencia que he tenido gracias a mi profesión como oficial de la Policía Nacional en el departamento del Guainía. Esta región del país y su capital -Inírida- hacen parte de esos lugares maravillosos por conocer, en donde muy pocos atinan a acertar su ubicación geográfica.

Allí se ofrecen oportunidades extraordinarias en ecoturismo por su biodiversidad, y de igual manera, la práctica del etnoturismo como otra alternativa para los interesados en aprender sobre las culturas indígenas de este territorio, enclavada entre la Orinoquía y la Amazonía colombianas.

En los últimos años el Guainía ha iniciado a ser más visitado gracias al cineasta colombiano Ciro Guerra, quien empleó varios de sus paisajes como escenario para su película “El abrazo de la serpiente”.

Especialmente el lugar denominado los cerros de Mavecure, tres enormes tepuyes de piedra de la era precámbrica que surgen a modo de altares en medio del río Inírida, en cuya cumbre se puede apreciar el esplendor del bosque guainiano, conformado por los igapós y várzeas de tierras inundables, las palmas de chiqui chiqui, milpesillo y moriche, y de lianas de igüanito, plantas que son adornadas por la flor de Inírida, conocida como la “flor eterna”, la cual luego de secarse se inmortaliza y es utilizada como artesanía. 

Como en toda Colombia, en el Guainía uno de sus principales atractivos es su gente, su población está compuesta mayoritariamente por indígenas

Guainía es conocido como la “tierra de muchas aguas”, posee además atardeceres mágicos, multiculturalidad aborigen y colona, sabanas de arena blanca, playas fluviales y raudales de vértigo, escenarios que definen un entorno difícil de igualar en el país.

En el departamento se encuentra la “Estrella Fluvial del Inírida”, en donde confluyen los ríos Inírida, Atabapo y Guaviare, que dan origen al río Orinoco, uno de los más largos del continente y el tercero más caudaloso del mundo.

Un punto que el naturalista Alexander von Humboldt conoció a comienzos del s. XIX, y en 2014 por sus 253.000 hectáreas, se consolidó como el sexto sitio Ramsar de Colombia y el primero en la zona transicional Orinoco-Amazonas de Suramérica.

Como en toda Colombia, en el Guainía uno de sus principales atractivos es su gente, su población está compuesta mayoritariamente por indígenas, procedentes de las casi 30 comunidades que hay en el departamento.

Generaciones de aborígenes que han conservado intactas las raíces de su cultura, que componen su patrimonio material e inmaterial y que pese al choque con la civilización, todavía basan su economía en actividades como la agricultura, la pesca y la minería, viven en malocas, e incluso no han perdido sus dialectos tradicionales.

Es un privilegio conocer este paraíso colombiano, en donde el principal enemigo para que más viajeros lleguen a esta zona por explorar, no ha sido la guerra, sino la ignorancia que existe sobre la región.

Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/magia-por-descubrir