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Realidad y percepción

La sensación de seguridad es el resultado de la influencia de determinadas variables tanto emocionales como el temor y cognitivas como la probabilidad, que afectan a las colectividades por sus repercusiones en el ámbito público, económico y social de la cotidianidad, llevando al individuo a ser más introvertido y a modificar sus hábitos.

Estos indicadores sirven para evaluar la calidad de vida de las personas. La percepción de seguridad está ligada principalmente con la presencia del delito, la violencia, desorden urbano, espacios sucios y descuidados en el territorio.

La seguridad ciudadana es uno de los problemas que más preocupa a la comunidad. En la rutina diaria sentimos miedo a ser objeto de un asalto en la calle o de un robo en nuestras residencias o lugar de trabajo.

En la actualidad contamos con unas ciudades más seguras, sin embargo, en el imaginario social se plasma la resonancia de hechos de inseguridad difundidos en medios de comunicación y sumado al voz a voz acerca de “lo que dicen en la calle”, se crea mucha incertidumbre y se siembra el miedo en la sociedad.

El temor a ser víctima de un delito es inicialmente una vivencia individual que se convierte en colectiva debido a los referentes culturales y sociales de cómo se genera y se afronta.

Para mejorar la sensación de seguridad, no solo es necesario establecer medidas restrictivas y reactivas

Una herramienta útil de medición en el territorio, son las encuestas de percepción y victimización, las cuales son consideradas como un elemento de investigación social, que contribuye a crear un mapa con información acerca de la criminalidad desde una visión integral y multicausal, identificando clases de delitos, actores y riesgos sociales.

Esto determina los parámetros que modifican el entorno y los motivos que posee la sociedad para distorsionar la situación actual de seguridad por estimaciones erróneas de experiencias personales y sesgos subjetivos. Por su parte, los niveles de victimización no son equivalentes a las percepciones ciudadanas en materia de seguridad.

Para mejorar la sensación de seguridad, no solo es necesario establecer medidas restrictivas y reactivas que ayuden a la contención del delito y la violencia, los esfuerzos deben centrarse en analizar los factores que inciden en la sensación de seguridad e intervenirlos de manera integral, vinculando a los actores estratégicos del sector público y privado con normatividad apropiada y acciones diferenciales que se conviertan en herramientas para promover las libertades personales bajo un enfoque de desarrollo humano, adicionalmente conjugar el concepto de prevención con la generación de procesos participativos ciudadanos con el fin de establecer estrategias que eviten el deterioro social mejorando el entorno urbano en el que viven los individuos.

Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/realidad-y-percepcin

Memoria histórica policial

Dentro de los deberes del Estado después de firmado el “Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera” el 24 de noviembre de 2016, se encuentra la reconstrucción de la memoria de las víctimas.

La Policía Nacional de Colombia esta organizando su capítulo en ese gran rompecabezas del conflicto armado en el cual la Institución se vio involucrada, para lograr comprender los orígenes de las confrontaciones que transcurrieron por casi 60 años y como resultado se esta elaborando la memoria histórica institucional, a modo de herramienta para edificar el recuerdo desde el sentimiento de las vivencias de los uniformados y de sus familias que sufrieron el fragor de la guerra.

Esta memoria histórica es una forma de enaltecer a las mujeres y hombres integrantes de la Policía Nacional de Colombia, que en el cumplimiento de su misión constitucional perdieron la vida o resultaron lesionados en el marco del conflicto armado interno.

La Institución desde su visión como integrante de la Fuerza Pública busca generar espacios de entendimiento con la ciudadanía, convencidos que la satisfacción de los derechos de las víctimas hace parte fundamental de las garantías para la conquista de la convivencia pacifica.

Colombia cuenta en el Registro Único de Víctimas (RUV) con 8´785.305 víctimas, entre ellas la Policía Nacional tiene 54.464 integrantes que fueron reconocidos como víctimas del conflicto armado interno. Esta cifra no solo corresponde a uniformados, también a sus familias que han sido afectadas directa o indirectamente.

La historia de vida de nuestros policías afectados por el conflicto, perdurarán en los informes de la reconstrucción

Aún, incluso hoy 10.000 víctimas hacen parte de la Institución desde sus diferentes especialidades del servicio de policía, quienes se encuentran comprometidos, como el resto de miembros de la Institución, en aportar para que toda la ciudadanía colombiana pueda transitar caminos de civilidad y entendimiento.

Así, en cumplimiento a la Ley 975 de 2005 y con el propósito de contribuir a un futuro direccionado hacia la paz, el perdón y la reconciliación del tejido social de las generaciones venideras. La Institución detalla las condiciones en las cuales se presentaron los hechos victimizantes y reconstruye el horror como se desarrolló el conflicto armado interno. Es fundamental participar en el deber de compilar la memoria mediante el registro, la documentación y el recuerdo de las experiencias y sentimientos en la guerra, para visibilizar, reconocer y dignificar a nuestras víctimas.

La historia de vida de nuestros policías afectados por el conflicto, perdurarán en los informes de la reconstrucción del contexto social, político y jurídico de Colombia de la violencia acontecida, como respuesta a la conservación de la gloria de miles de héroes colombianos.

Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/memoria-histrica-policial

Anticipar el crimen

Con la finalidad de establecer porqué se presenta actividad criminal en el territorio, las estadísticas delictivas y los fenómenos sociales nos permiten identificar variables del delito, las cuales al recibir el tratamiento debido generan información y brindan un alto potencial anticipativo.

El empleo de varias teorías de la criminología ambiental, la actividad rutinaria y la prevención situacional nos ayuda a comprender el delito y nos explica las características puntuales de algunos segmentos de calle que se hacen más propensos a la ocurrencia del crimen.

En Colombia, la Policía Nacional ha implementado el Modelo Nacional de Vigilancia Comunitaria por Cuadrantes, partiendo del conocimiento del entorno y adecuando el servicio a sus condiciones. Entre otras, empleando la teoría de las oportunidades y la actividad rutinaria para prevenir la conyuntura que brinda un espacio deteriorado, una comunidad desorganizada y la carencia de cultura ciudadana.

Enfrentando ahora el reto de planear un servicio aún más focalizado, mediante la utilización de herramientas técnicas que suponga la identificación y la atención de los cuadrantes donde se concentra el delito y los comportamientos contrarios a la convivencia.

Otro ejemplo en la región es la experiencia de los Carabineros de Chile, donde por intermedio del uso de la prevención situacional la han convertido en un elemento valioso para la identificación y la atención de puntos críticos.

Se proyecta un servicio de policía preparado a enfrentar los retos del futuro

Con el propósito de reducir las oportunidades para la comisión de delitos y de violencia, mejorar la percepción de seguridad en determinados espacios urbanos, con la implementación de estrategias orientadas a modificar factores y condiciones específicas del riesgo de los entornos y a la vez realizando una recuperación del territorio que se ha identificado como una “zona de miedo”.

El incremento del servicio de policia en los puntos calientes de la ciudad, donde se aglomera el crimen, debería reducirlo y ser la solución final; de hecho, es una de las estrategias policiales con mayor resultado en la reducción del delito, especialmente para contrarrestar los crímenes violentos, los relacionados con el consumo de estupefacientes y las riñas.

En la actualidad se aprovecha el avance de las tecnologías de la información y la comunicación, para ir más allá de las soluciones comunes en el control y la prevención del delito.

Se proyecta un servicio de policía preparado a enfrentar los retos del futuro, diseñando modelos de cálculo que permitan por medio de algoritmos y herramientas tecnológicas, descubrir patrones de conducta vinculados con los factores multicausales del delito y la violencia, lo que conducirá a desarrollar respuestas innovadoras para afrontar mejor al fenómeno criminal.

Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/anticipar-el-crimen

Caso israelí

Ser voluntario es estar atento a los requerimientos de una comunidad y convertirse en líder para satisfacer sus necesidades. Es una opción valiosa para involucrarse como buen ciudadano en los desafíos sociales que posee nuestro entorno y el territorio, transformando su ambiente y ciclo vital, beneficiando a toda la población e incrementando la esperanza, el sentimiento de solidaridad, la reciprocidad entre iguales y generando oportunidades de participación.

El voluntariado contribuye a movilizar toda la sociedad civil y las organizaciones estatales para que aporten a la solución de sus problemas.

El voluntarismo en el Estado de Israel es considerado el resultado de un esfuerzo de miles de ciudadanos, digno de ser difundido en nuestro país como un estudio de caso exitoso para el “activismo social”. Incluso, existe en Israel una entidad gubernamental denominada el Consejo Nacional del Voluntarismo como la encargada de coordinar todo el ahínco de los voluntariados, financiado por la oficina del Primer Ministro, compuesto por los representantes de las organizaciones voluntarias, ministerios y organismos de gobierno, la academia y la comunidad en general.

Es así, que es tan arraigado el concepto del voluntarismo en Israel que el problema del rechazo al voluntario por parte de las personas, conocido en otros países, casi no se presenta allí.

El voluntarismo en el Estado de Israel es considerado el resultado de un esfuerzo de miles de ciudadanos

En los inicios de la historia de Israel, se requirió de ingentes esfuerzos de activistas sociales por sus innumerables necesidades, desde entonces, un tercio de los habitantes adultos de su país son voluntarios, quienes se involucran en una variedad de ámbitos sociales que brindan apoyo a la comunidad.

Entre otros voluntariados, hoy cuentan con una Guardia Civil creada por la Policía de Israel con alrededor de 50.000 integrantes, cooperando en patrullajes urbanos, control del tránsito, trabajos de rescate, prevención de la delincuencia juvenil y en programas de participación ciudadana, además en grupos de atención a problemas sociales como drogadicción, maltrato a la mujer y a la niñez y en conservación del medio ambiente.

Por medio del voluntariado y usando todos los medios disponibles al servicio comunal, los obstaculos de la actual sociedad sin duda se presentarán como salvables. El poseer un grupo de ciudadanos que de manera voluntaria ofrezca sus habilidades y experticia para que sirvan al beneficio común, forjará ambientes más propicios para una promoción de cultura ciudadana y un desarrollo cooperativo como factor de éxito, trabajando mancomunadamente con las administraciones locales, el sector empresarial y la sociedad civil con el fin de crear procesos de gobernanza más participativos e incluyentes. El voluntarismo en Israel definitivamente es un ejemplo a seguir.

Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/caso-israel

Mujer policí­a en el conflicto

En Colombia la principal víctima de la guerra tiene rostro de mujer. Las mujeres en la mayoría de las circunstancias sufren la peor parte de las consecuencias de los conflictos armados. En estas cinco décadas, la violencia contra las mujeres en el conflicto armado colombiano se ha visibilizado aún más, quienes han estado sujetas a abuso sexual, amenazas, señalamientos, secuestros, control social, desplazamiento forzado y a todo tipo de acciones violentas por causa de su cultura, sus ideales políticos, por la posesión del territorio o por el hecho de defender y solicitar el cumplimiento de sus derechos y usualmente, tan solo por ser mujer.

El ingreso de la mujer a la Policía Nacional de Colombia, se constituyó en una realidad que transformó el paradigma social en cuanto a los roles de género que debían asumir los hombres y las mujeres en la sociedad colombiana. La mujer policía posee entrenamiento y capacitación igual al de sus compañeros varones, se encuentra incluida en actividades de gran complejidad en todas las especialidades del servicio de la Institución.

Estas colombianas han demostrado que no solo han sido víctimas, sino también líderes

Cumple enormes responsabilidades en el nivel investigativo y en el liderazgo de la alta dirección, siempre con una mejor disposición para el servicio de policía por su instinto de madre de familia. Han ganado estos espacios gracias a sus dotes naturales de valentía, organización, inteligencia y sabiduría, para salvaguardar el cumplimiento de la misión constitucional de asegurar que los habitantes de Colombia convivamos en paz y tranquilidad.

En el país, según las cifras del Registro Único de Víctimas (RUV), 4´212.278 mujeres han sido víctimas del conflicto armado, entre ellas 1.857 mujeres policías. La violencia generalizada ha hundido sus raíces mediante una prolongada y confusa red de confrontaciones y desacuerdos; con un sinnúmero de relatos de mujeres policías, quienes con su valentía han sido constructoras del devenir nacional y sus experiencias han cimentado su rol como partícipe en la resolución del conflicto armado interno, como protagonistas para encarar los fenómenos de orden público y las acciones derivadas de la criminalidad, la insurgencia y el narcotráfico.

A pesar de la violencia cometida contra la mujer policía y el sufrimiento que se ha marcado en su cuerpo y su alma, estas colombianas han demostrado que no solo han sido víctimas, sino también líderes de cambio por la lucha de la justicia, constructoras del tejido social para lograr un país promisorio, protagonistas de la historia de la nación y servidoras en una Institución que se sigue transformando y modernizando para aportar cada día al mejoramiento de las condiciones de vida de la población colombiana, en un proceso de resiliencia de miles de mujeres.

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Terapia multisistémica

La delincuencia juvenil comienza a manifestarse entre los 8 y los 14 años, logra su cumbre entre los 15 y los 19 y termina progresivamente entre los 20 y los 29. Adicionalmente las cifras del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC), nos indica que el 38% de la población de sus 135 centros penitenciarios en seis regionales, son jóvenes de 18 a 29 años de edad.

De la misma manera las cifras emitidas por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), mediante el Sistema de Responsabilidad Penal en Colombia, informa que desde su implementación en el año 2007, hasta junio del año 2017 se registra un total de 233.055 ingresos de menores.

La adolescencia es el periodo de la existencia con mayor potencial y también donde se presentan los más altos riesgos. En esta etapa los jóvenes sientan las bases de todo su desarrollo para el futuro y obtienen la capacidad de razonamiento y argumentación entre el amor y el odio. Se generan habilidades para explorar su individualidad, reconocer sus sentimientos y regular sus emociones.

Las ciencias del comportamiento pueden aportar para reducir el delito

En el momento de presentarse escenarios marcados por el abuso, la falta de atención por padres y custodios, sumado a la desigualdad y la vulnerabilidad social, la pobreza y la exclusión del sistema educativo, se multiplican los factores para que se origine un comportamiento antisocial que conlleve a tomarse decisiones erróneas como el iniciar a delinquir.

En algunos países de la región se implementa la terapia multisistémica como un tratamiento intensivo que aborda de manera integral los problemas conductuales asociados a transgresiones y factores de riesgo de reincidencia delictual, que buscan incidir en la integración social de los jóvenes y evitar que se conviertan en potenciales delincuentes; empoderando y orientando principalmente a sus padres o cuidadores, hermanos, amigos y profesores, para favorecer conductas prosociales en el joven, junto con el desarrollo de capacidades protectoras y competencias parentales en la familia.

Este programa sirve como ejemplo, demostrando que el uso de las ciencias del comportamiento puede aportar para reducir el delito. En los territorios donde se ha implementado se ha intervenido grupos de jóvenes de bajos recursos mediante actividades que contienen elementos de terapias cognitivo-conductuales, las cuales brindan una oportunidad para crear opciones económicas y eficientes en comparación a los altos costos de la criminalidad juvenil.

Finalmente, las ciencias del comportamiento han demostrado ser exitosas para la reducción de la violencia y su aplicación en Latinoamérica resulta más que promisoria. El triunfo de este proyecto depende del compromiso y el aporte de los distintos niveles del Estado, la academia y desde luego la sociedad civil.

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