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Natalicio del Libertador

Una característica que se posee como seres humanos es el conservar en la memoria histórica la vida de los grandes hombres y sus acciones invaluables; como práctica creada para solventar las necesidades de preservar sus experiencias, rendir culto a su gloria y consagrar la inmortalidad de su nombre, que es además de su legado lo realmente imperdurable.

La historia de Colombia está construida de muchos hombres que alcanzaron su grandeza en diferentes actividades de la vida con el propósito de realizar hechos meritorios para el bien de la Patria.

Simón Bolívar nació un 24 de julio hace 235 años, de opulento y noble linaje, personaje que marcó la historia de Colombia y otras cinco naciones, un luchador y líder nato, siempre demostró sus intereses por la igualdad y la solidaridad con los más necesitados. El principal propósito de Bolívar era unir a todos los países del continente en una sola nación. Simón Bolívar es sin duda “El Libertador de las Américas”.

Su herencia inicia en un humilde bohío, en donde con Santander presidieron el primer congreso verdaderamente popular, que iría a trazar el camino constitucional de la Nueva República. Se resolvió allí la invasión al Nuevo Reino de Granada comenzando por Santafé, de acuerdo con los informes que el “Hombre de las Leyes” había tenido oportunidad de recolectar desde su cuartel general en Tame. Así se dio inicio a la Campaña Libertadora.

Se exalta su memoria como el tributo de una Institución que con sus hombres vela el sueño de la patria

En su visión quedó plasmado el futuro del servicio de Policía, quien selló sus inicios en las siguientes palabras: “La Policía es orden, respeto a los derechos, equilibrio indispensable y guía educadora de los pueblos. Es formar, propagar y conservar la moral pública”. Posteriormente, en 1826, al regresar del Perú, dio responsabilidades explícitas a los jefes de Policía, para lo cual señaló que debían cuidar: la vida, el honor y los bienes de los ciudadanos.

Igualmente, encontrándose El Libertador como presidente de La Gran Colombia, dictó el decreto 183 de 1827, mediante el cual se intentó por primera vez reorganizar a fondo la Policía, fijar las responsabilidades de sus funcionarios y reglamentar todo lo concerniente a la materia. Se dividió la gestión policiva en tres áreas: seguridad, aseo, ornato y salubridad; y se determinaron disposiciones para los jefes de Policía en función de regular su servicio. 

Hoy desde todo círculo social y en especial desde el servicio de policía se exalta su memoria como el tributo de una institución que con sus hombres vela por el sueño de la Patria. Asimismo, al evocar su nombre se renueva el culto a cuantos con él condujeron la gesta libertadora de un continente que los próceres fueron sembrando en república.

Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/natalicio-del-libertador

20º Aniversario

Uno de los más recientes retos asumidos por la Policía Nacional ha sido el de garantizar la seguridad de millones de ciudadanos que asistieron a los eventos programados durante la visita del Sumo Pontífice Francisco, en el mes de septiembre de 2017.

Más de 30 mil policías custodiaron los encuentros en las ciudades de Bogotá, Villavicencio, Medellín y Cartagena, en donde adicionalmente participaron varias entidades del Estado sumado al apoyo de voluntarios y ciudadanos anónimos. Este desafío es tan solo un ejemplo de las diversas actividades lideradas por la Dirección de Protección y Servicios Especiales.

Con 20 años de existencia, la Dirección de Protección y Servicios Especiales de la Policía Nacional, se ha caracterizado por el trabajo profesional y responsable de los hombres y mujeres quienes tienen como misión dirigir, orientar, coordinar y evaluar el servicio de policía prestado por la Dirección en sus procesos misionales de protección de la infancia y la adolescencia, protección del medio ambiente y ecología, protección del turismo y del patrimonio arqueológico, cultural y religioso de la nación y la protección de las personas con algún nivel de riesgo, bienes vitales e infraestructura del sector petrolero del país, para que satisfagan los requerimientos de la comunidad y contribuyan a la generación de una cultura de seguridad.

            Cuenta con el reconocimiento internacional como la primera institución policial de la región que lidera un trabajo para la protección de la niñez y la juventud, por intermedio de su Área de Infancia y Adolescencia.

En este aspecto, la Dirección desarrolla sus actividades de prevención a través del Programa “Abre tus ojos”, diseñado para identificar factores originadores de riesgo para los niños, niñas y adolescentes, y adicionalmente mediante acciones que permitan la construcción de valores, entregando herramientas a los menores para utilizar mejor su tiempo libre y evitar que se interesen por actividades como el alcoholismo y la drogadicción. Comprometiendo también a otras instituciones, los padres y la población en general, a fin de reafirmar el compromiso que se posee en su protección integral.

            Los hombres y mujeres de la Dirección de Protección y Servicios Especiales han sido exaltados y homenajeados por autoridades civiles, eclesiásticas y gubernamentales por su invaluable aporte a la protección del medio ambiente y los recursos naturales, por asegurar la vida de la población en situación de vulnerabilidad, por velar por la dignidad de los niños, niñas y adolescentes y por ser los guías y cuidadores de los turistas nacionales y extranjeros que recorren nuestro país.

Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/20-aniversario

Patriotismo

En la historia oficial de la República de Colombia, este próximo 20 de julio se están cumpliendo 208 años del “Grito de Independencia”, una fecha gloriosa, llena de orgullo y celebración que marca el inicio de una línea de tiempo en donde se plasmó el derrotero de esta patria, con la emancipación de la corona española y los hechos fundacionales de la soberanía como un país independiente y libre.

Celebrar el 20 de julio es una tradición que comenzó en 1910 con la conmemoración del primer centenario de la independencia colombiana, ordenado por la Ley 39 de 1907 proclamada por el presidente Rafael Reyes, quien había dispuesto la conformación de juntas patrióticas en los principales centros urbanos de la nación para su remembranza. 

Aquel 20 de julio de 1810, se puso en evidencia el gran descontento que existía en la colonia neogranadina con respecto al reino español, y fue, sin duda, el punto de partida de la gesta libertadora que culminaría nueve años después, el 7 de agosto de 1819, con la “Batalla de Boyacá”, marcando el final en las disputas guerreristas y el triunfo independentista. 

Esta fecha debe ser aprovechada para reflexionar sobre las nociones de patria y patriotismo, las cuales deben estar asociadas a sentimientos profundos de pertenencia, que bien manejados constituyen un elemento para aunar el desarrollo de la sociedad; para trascender a lo colectivo y atarlo fuertemente a todos los valores culturales e históricos que identifican al individuo con su país, y que lo llevan inclusive a ofrendar su vida por defenderlo y mantenerlo independiente. 

Estas palabras deberían estar presentes en todo ciudadano, quien tiene el deber de realizar acciones llamadas patrióticas, las cuales sirven para mostrar el amor que se posee por el país, acciones significativas como el desplegar la bandera nacional, cantar el himno o defender o apoyar al país.

El patriotismo, en el sentido estricto de la palabra, es el sentimiento que debe poseer todo individuo hacia la madre patria, la tierra donde se nace, donde se interiorizan unos códigos de cultura, historia, lenguaje e incluso formas de pensar y razonar. 

Parafraseando al filósofo e historiador Tzvetan Todorov, quien da luces acerca del patriotismo en su texto “Nosotros y los otros”, lo identifica como el actuar de una forma positiva para una nación, expresando el orgullo por nacer en esta, conmemorando sus fechas importantes, seguir sus tradiciones y fiestas patrias.

Así, el día 20 de julio está grabado con tinta indeleble en el sentimiento patriótico colombiano y su conmemoración debe estar siempre presente en la vida cotidiana de los ciudadanos.

Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/patriotismo

Por su recuerdo

Con motivo de la eliminación de la selección Colombia el pasado 3 de julio del Mundial de Fútbol Rusia 2018, la cual coincide con la salida en la fase de grupos de la Copa Mundo de 1994 en Estados Unidos, se recuerda por estos dos acontecimientos los 24 años de la muerte del integrante de la selección tricolor que participó en ese certamen deportivo, el futbolista Andrés Escobar conocido como “El Caballero del Fútbol”.

La participación de él y la selección de fútbol de esa época, sigue viva en la mente de la gran mayoría de colombianos. Andrés Escobar fue vilmente asesinado el 22 de junio de 1994 en Medellín, hecho que se asoció al autogol en el que se vio involucrado diez días antes en el partido contra Estados Unidos, acción que aún conmociona a toda la sociedad colombiana.

Eran días de una Colombia aterrorizada por la violencia, los principales medios de comunicación a nivel mundial informaban los pormenores de la situación presentada en el país. La selección de fútbol era como en el día de hoy, fuente de orgullo de la idiosincrasia y del empuje criollo, en donde por su actuación se veía reflejada toda la nación, convirtiéndose en un solo cuerpo para apoyarla y vivir sus logros como propios por medio de un solo grito de victoria.

En ese momento a la generación de oro del fútbol colombiano se le exigía ser protagonista en el Mundial de Estados Unidos, convirtiéndose en una especie de logia unificadora frente a nuestras diferencias sexuales, raciales, políticas, religiosas, económicas y sociales, en ella se colocaba muchas de las expectativas como nación.

“El Caballero del Fútbol” le hacía honor a su apelativo. Por ser siempre sereno dentro y fuera de la cancha y por su fino control del balón. Escobar era un experto defensa central, sobre él se sentía total confianza en el área que le asignaba como responsabilidad el profesor Francisco Maturana, quien creyó en su talento, en su personalidad y en su destreza, haciéndolo parte de la selección Colombia de René Higuita, Faustino Asprilla y Carlos ‘El Pibe’ Valderrama que marcó el histórico 5-0 contra Argentina en las eliminatorias de 1993 para el Mundial de Estados Unidos. 

Toda pérdida de una vida humana se siente como una puñalada en el pecho, y la muerte de Escobar produjo un duelo inconsolable, haciendo en este caso la experiencia del fútbol muy difícil. Es entonces aprovechando que el deporte rey genera ese gran impacto en nuestro sistema cultural y hace que se coloque muchas ilusiones en él, que no se le debe utilizar como una válvula de escape para permitir que se confundan los sentimientos de agresión y las expresiones de violencia.

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Artículo 95

Los deberes relacionados con el concepto de ciudadano, se pueden comprender como las obligaciones que simplemente se deben acatar. Sin embargo, a las garantías actuales por defender los derechos de las personas, se ha vuelto reiterativo el hecho de plantear cuestionamientos al respecto de la violación de los derechos constitucionales, lo que sin duda es muy valioso para el crecimiento de la sociedad y conlleva a la satisfacción plena del libre desarrollo de la personalidad.

No obstante, se recuerda que las normas delimitan con claridad los derechos y los deberes de cada individuo y solo se puede exigir el despliegue de los derechos cuando se cumplen bien los deberes.

Con motivo de la promulgación de la Constitución Política de 1991, aparecen en la atmósfera jurídica varios deberes tanto para las personas naturales colombianas y extranjeras radicadas en nuestro territorio, como para las personas jurídicas. Los deberes y obligaciones que como colombianos se poseen están inscritos en el Artículo 95 de la Constitución Política de Colombia, en donde se plasma el mandato de engrandecerla, dignificarla y de cumplirla, adquiriendo ciertos deberes y responsabilidades como ciudadano, para el mejoramiento del ejercicio de los derechos y libertades allí establecidos. 

Se encuentran allí los parámetros mínimos a cumplir por cada ciudadano, como el respetar los derechos ajenos y no abusar de los propios; obrar conforme al principio de solidaridad social, respondiendo con acciones humanitarias ante situaciones que pongan en peligro la vida o la salud de las personas; respetar y apoyar a las autoridades democráticas legítimamente constituidas para mantener la independencia y la integridad nacional; participar en la vida política, cívica y comunitaria del país; propender al logro y mantenimiento de la convivencia, son tan solo unas de las obligaciones que se poseen como habitantes del país, con las cuales se busca la paz, la convivencia y el pleno desarrollo de la vida social y hacen posible el Estado Social de Derecho.

Así se permite el desarrollo de la disciplina jurídica del pueblo colombiano, como aporte a la construcción de un nuevo ciudadano que haga posible la convivencia y seguridad ciudadana. Es esencial coadyuvar desde el núcleo de la familia, como semilla de la sociedad, al pleno desarrollo del Estado Social de Derecho, donde los ciudadanos poseen derechos constitucionales pero también prioritariamente responsabilidades frente a sus congéneres. Finalmente en palabras del papa Juan XXIII: “…aquellos que al reivindicar sus derechos se olvidan de sus deberes o no les dan la conveniente importancia, se asemejan a los que deshacen con una mano lo que hacen con la otra”.

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Más de fútbol

A la tristeza por la derrota de la selección Colombia en el partido debut contra el equipo nipón en la Copa Mundo 2018, se suma los malos comportamientos de varios colombianos, quienes inundaron las redes sociales con videos que exhibieron su vulgaridad alrededor del estadio de Saransk.

Un ciudadano por ejemplo puso a decir groserías a dos japonesas que se le acercaron para repetir en español lo que él les pedía, y otros nacionales se aprovecharon de la amabilidad de otros japoneses, al simular enseñarles su idioma, primero les pedían que dijeran el marcador del partido y luego los denigran al hacerles recitar sandeces. 

Además, este no ha sido el único episodio degradante que han protagonizado varios connacionales en Rusia. En redes sociales también circuló un video de otros colombianos burlando las normas de seguridad de los estadios rusos, en donde existe la prohibición de la venta de alcohol en botellas, introduciendo licor oculto en unos falsos binoculares, y realizando manifestaciones erróneas de un llamado ingenio. Lo que provocaron profundas reflexiones sobre asuntos ajenos a lo deportivo.

Por esta clase de conductas, la Cancillería colombiana le manifestó al mundo que acciones como estas “no solo degrada a la mujer, insulta a otras culturas, nuestro idioma y a nuestro país, y es inaudito el maltratar a una mujer aprovechándose de las barreras idiomáticas”, y conminó a “los connacionales que portan la camiseta tricolor y que representan a miles de colombianos en el Mundial a fomentar el respeto y el buen trato”. Indudablemente se debe rechazar las malas conductas, las que no representan la cultura, el idioma español y la raza nacional.

Adicionalmente la Policía Nacional, con el equipo de oficiales que tiene destinados en Rusia para atender cualquier requerimiento de los nacionales en ese país, en conjunto con las autoridades rusas intercambiaron información y acordaron cancelar a los hinchas involucrados sus Fan ID -documento de identidad en el torneo- lo que les conlleva a no poder ingresar a los estadio; y enfrentar sanciones ante las autoridades del país anfitrión. 

En contraste, otros compatriotas difundieron en redes sociales videos en donde hinchas japoneses colaboran en el estadio a recoger la basura que ellos y los mismos colombianos hicieron, una actitud por la cual se han hecho célebres en varios escenarios, asociado esto no solo con su idiosincrasia, sino también con los valores inculcados desde su infancia.

Finalmente se invita a la hinchada colombiana que realizó el esfuerzo de viajar al país sede a apoyar a la selección, lo que es un gesto que los jugadores y toda Colombia agradece; pero se necesita que demuestren su afición a través del respeto a la mujeres, a los contrincantes y a las leyes del país anfitrión. 

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