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Inteligencia policial

El general chino Sun Tzu, famoso por su obra El arte de la guerra, escrito en el s. IV a.C., nos legó el concepto de inteligencia aplicada a los Estados. Este libro describe la importancia que tiene el conocimiento y la información antes de presentar batalla. A través de la historia los métodos han cambiado, desde Mesopotamia, cuando Sargon I de Acad utilizó una red de escuchas para construir el primer imperio conocido, pasando por las investigaciones de Alan Turing -el descifrador del código Enigma (Alemania nazi), clave para el declive de la Segunda Guerra Mundial- hasta llegar a los servicios de inteligencia modernos. Han evolucionado para contribuir y fortalecer la gobernabilidad democrática de los países.

En Colombia surgió el servicio de inteligencia policial con la separación de funciones de investigación criminal y la creación de la Dirección de Inteligencia Policial (DIPOL) en 1995. Esto permitió la especialización de la rama y desde entonces se han logrado resultados como la desarticulación del cartel de Cali y sus organizaciones emergentes, hasta lograr desaparecer los carteles de la costa y del norte del valle entre 1998 y 2008; con un promedio de una operación cada siete días, lo que se traduce en importantes golpes al terrorismo y la criminalidad en pro de la tranquilidad y convivencia de los colombianos.

Para el servicio de inteligencia de la Policía Nacional de Colombia no ha existido y no hay un objetivo imposible. La Institución evolucionó a un modelo de inteligencia estratégica y operacional contra todas las manifestaciones del crimen, las nuevas amenazas y riesgos que confrontan las instituciones policiales del s. XXI, teniendo como finalidad, mediante un análisis y tratamiento de la información obtener una inteligencia accionable, que posibilita una adecuada toma de decisiones de la alta dirección y presidencia de la República.

Desde el 2015 se activó el Centro Integrado de Información e Inteligencia para la Seguridad Ciudadana (CI3*24/7), producto de un proceso de construcción estratégica, operacional y tecnológica promovido con un liderazgo fundado en la excelencia, la innovación y el trabajo en equipo. Este centro, opera a nivel nacional para eliminar amenazas y riesgos, especialmente aquellos sensibles que generan percepción de inseguridad a la ciudadanía, por intermedio de un enfoque anticipativo, esencial en la gestión de la información y el conocimiento.

Hoy, la DIPOL es un referente regional y líder en la articulación de esfuerzos para impulsar la cooperación internacional en la lucha contra el crimen organizado y otras amenazas comunes a la seguridad de las naciones, de la mano del intercambio de información y capacidades en fortalecer el conocimiento y los modelos de inteligencia policial. Sus integrantes son ejemplo dentro de la Institución, profesionales que combinan la disciplina, la ética, el
conocimiento específico e incluso la sagacidad colombiana. Como policías se adaptan a la situación
más insospechada por extrema que
sea, y se sacrifican
al punto de alejarse por meses y años de sus familias en aras de librar al país de toda manifestación de violencia. Son expertos en trabajar por Colombia.

Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/inteligencia-policial

Gestión territorial

Las autoridades locales son aquellas que en cualquier Estado están más cerca de la vida cotidiana de los ciudadanos, las personas son la verdadera riqueza en las regiones. Los mandatarios deben tener entre sus prioridades, fortalecer el manejo de la convivencia y seguridad ciudadana con acciones encaminadas a procurar la concurrencia de los esfuerzos interinstitucionales.

En la interacción presente entre Estado y sociedad, la vida debe ser uno de los principales valores a proteger. Por ser el valor supremo, tienen que dirigirse todos los esfuerzos para conservarla, honrarla y valorarla, generando que la comunidad se movilice a defenderla cuando es vulnerada. Igualmente la delincuencia se percibe como una notable fuente de amenaza, la cual influye en la calidad de vida, hasta constituirse en uno de los primeros problemas que aquejan la convivencia ciudadana. La seguridad en un territorio y su entorno, afectan de manera positiva o negativa las condiciones sociales de la población.

La Constitución Política de 1991 otorgó a las autoridades político-administrativas, competencias, funciones y atribuciones en materia de seguridad y convivencia ciudadana, permitiendo fortalecer la gobernabilidad al respecto de estos asuntos, bajo el liderazgo de los gobernadores y alcaldes, así como con las demás autoridades locales de seguridad, policía y justicia quienes deben asumir, de manera coordinada, integral y preventiva, la gestión territorial de la seguridad ciudadana, en el marco de la descentralización del país.

Uno de los mayores retos que enfrentan las autoridades en Colombia, es realizar procesos de planeación asertivos, de forma metodológica y con un abordaje integral e interinstitucional, respecto de la manera como los mandatarios locales puedan atender los problemas de violencia, delincuencia e inseguridad, a través de los cuales se aborden integralmente y con una proyección a largo plazo las diferentes amenazas que afectan a la ciudadanía. Es necesario en todo caso emplear los instrumentos de gestión territorial como consejos de seguridad, comités de orden público, consejos de política pública, planes integrales de seguridad y convivencia ciudadana, entre otros, y concretar que se adapten al propósito central de generar condiciones óptimas de convivencia y seguridad.

Entonces, las autoridades político-administrativas no pueden descuidar o evadir la responsabilidad y liderazgo en la gestión de la seguridad ciudadana, ni la Policía puede asumir el monopolio en la aplicación de las estrategias, por el contrario se requiere una alianza estrecha y efectiva entre la Policía y las administraciones locales para que se generen las condiciones necesarias de convivencia.

Finalmente, construir de Colombia un lugar seguro no es una misión que requiera medidas circunstanciales y aisladas. La seguridad es un derecho y un bien público que contribuye a la convivencia y garantía de otros derechos consagrados en la Constitución y las normas.

Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/gestin-territorial

Crecimiento y desarrollo económico

La transformación y mejoramiento en la seguridad ciudadana generan fuerzas que establecen correlaciones con el desarrollo económico y social. Es por esto, que el progreso en esta materia es uno de los principales responsables en el crecimiento del país.

En lo transcurrido de estos diecisiete años del siglo XXI, Colombia ha avanzado en su desarrollo económico y social. Para esto, sus fuerzas vivas han orientado sus energías a la obtención de seguridad, la estabilidad de la economía, la gobernabilidad del Estado y la equidad social, por intermedio de la implementación de profundas reformas en todas ellas y adicionalmente generando en la población una nueva visión de cómo percibir mejor al país.

Las políticas de seguridad que se han desarrollado en este periodo, han logrado trascender con la reducción de los asesinatos en un 50%; hay que destacar que la tasa de homicidios nacional es la más baja en 40 años y en lo que se refiere a las principales ciudades, desde una perspectiva histórica hay igualmente descensos notables. Cali pasó de una tasa de 81,3 homicidios por cada 100 mil habitantes en 2010 a 53,8 en 2016; Medellín pasó de 86 a 21,6 en el mismo período, y Bogotá de 23 a 16.

Es así, que con la adopción de una serie de políticas de competitividad y bienestar social, sumadas a la política de seguridad, han permitido dar un verdadero salto económico y social. Colombia tiene un promedio de crecimiento de 4,3% en los últimos 15 años, sus esfuerzos han sido reconocidos internacionalmente y como lo indican las calificadoras de riesgo, quienes han mantenido el grado de inversión, incluyéndola en el selecto grupo con los países de la Alianza del Pacífico. De igual forma, continua con mejor puntuación en el índice de Competitividad Global en comparación con Perú, Uruguay, Brasil, Ecuador, Argentina, Paraguay y Venezuela.

Es fundamental mencionar la calificación que recibió Colombia por parte de The Economist como el país del 2016 “country of the year”. Este reconocimiento es otorgado a la nación que durante el respectivo año registre mayores avances. En el caso colombiano la elección se basó en lograr la firma de un proceso de paz, lo que nos permitió pasar de un estado fallido hace unos años a una economía con grandes oportunidades.

Por su parte, el Estado ha avanzado en el fortalecimiento de sus instituciones, entre ellas la Policía Nacional de Colombia, la cual en el cumplimiento de su mandato constitucional, ha conseguido disminuir los índices delincuenciales y el desmantelamiento de un sinnúmero de estructuras criminales, mejorando su eficiencia y recuperando la confianza, tanto a nivel local e internacional, reflejado en el buen momento que en materia económica y social atraviesa el país. Así, la Institución ha aportado a la nación el percibirse como una economía emergente y atractiva en el contexto global. De esta manera con su compromiso y buenos resultados, continuará trabajando para seguir fortaleciendo la seguridad que es la base de todos estos logros.

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Carabineros de Colombia

En Bogotá el 16 de febrero de 1971, la Policía Nacional dispuso un grupo de policías montados para atender una serie de disturbios. En medio de la refriega, un caballo de la unidad de nombre Comején, sale herido y golpeado por los manifestantes, a pesar de ello, este heroico animal a punto de morir, abriéndose paso dentro la multitud furiosa, salva la vida de su jinete, el teniente Mazulán Martínez. En un acto humanitario, él decide terminar con el sufrimiento del valiente, dándole paz eterna. Este hecho en la historia de los carabineros selló por siempre el amor por los sementales.

En un sueño más del comisario francés Marcelino Gilibert, por engrandecer la Institución, en 1893 se cristalizó el plan de organizar un cuerpo de caballería en la naciente Policía, con un destacamento de cincuenta agentes que vigilaban las zonas rurales de la sabana de Bogotá. Pioneros de levita y pantalón negro, que contrastaba su vestimenta con guantes y cinturón blanco, en cabalgaduras engalanadas con sillas cuatro barras, jáquima con pisador y polainas. Deslumbrando en su marcha por el campo, para vigilar día y noche el reposo de los ciudadanos honrados.

Colombia es un país donde el conflicto y la violencia se han vivido de forma predominante en las áreas rurales y los campesinos han sido tradicionalmente, los más afectados por el mismo. Por las condiciones actuales de seguridad del país y atendiendo sus requerimientos, la Policía Nacional por intermedio de la Dirección de Carabineros y Seguridad Rural, mantiene a su cargo el restablecimiento del control estatal en regiones de alta conflictividad, el cubrimiento de las zonas de desmovilización y presencia de los grupos al margen de la ley; luchando contra actividades delincuenciales como el narcotráfico y la minería ilegal, entre otros.

Es así, como el escenario principal de acción de los carabineros es el campo colombiano, concibiéndose una estrategia dirigida a consolidar el servicio de policía en las zonas rurales; a través de la configuración de un Sistema Integrado de Seguridad Rural, que permitirá garantizar la cobertura, permanencia y trabajo articulado con la comunidad, en aras de atender los problemas de convivencia en estas regiones, con lo cual se asegura el control social y territorial que permite contrarrestar los factores de desestabilización y la reaparición de amenazas en el país. Con la operacionalización de este sistema se busca igualmente desplegar todas las capacidades institucionales de carácter investigativo y operativo, para neutralizar el accionar delincuencial.

Los carabineros con 124 años de servicio, serán fundamentales en esta nueva etapa de la historia de Colombia, continuarán evolucionando acorde a los adelantos del momento. Aunque las nuevas tecnologías y las máquinas han desplazado al noble caballo como herramienta, sus cascos seguirán resonando mesuradamente llenando de melodía los campos colombianos, haciendo presencia a lo largo y ancho de la geografía nacional; y el repicar de las espuelas del carabinero acompañará el lema que clama cada piedra del camino, ¡Carabineros de Colombia: compañerismo, integridad, bravura!

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Presidente Holguí­n: el fundador

La historia se ocupa en señalar las condiciones excepcionales de hombres públicos que han marcado el devenir de los pueblos, y en nuestro país, pocos que reúnan la precocidad, el virtuosismo y la agudeza intelectual de Carlos Holguín Mallarino. No puede pasar inadvertido, este próximo 11 de julio cuando se conmemora 185 años del nacimiento del estadista, político, jurista, orador, literato y visionario colombiano.

Graduado del Colegio de San Bartolomé como doctor en derecho y ciencias políticas en 1851. Escribió en las columnas de varias publicaciones y no perdió oportunidad para la crítica, la precisión y la polémica, exponiendo sus ideas acerca de la conducción del Estado y problemas del momento. Políglota distinguido y erudito consumado. Fue miembro ilustre de distintas sociedades intelectuales. Se desempeñó como militar, fiscal, congresista y diplomático en Europa. En 1887 ministro de relaciones exteriores y al año siguiente ministro de gobierno del presidente Núñez. En calidad de designado, fue presidente de Colombia entre 1888 y 1892, sustituyendo a Rafael Núñez, quien se había retirado.

Su mandato presidencial tuvo énfasis en la realización de obras públicas y la modernización del país. Estableció los primeros servicios de teléfono y amplió el alumbrado eléctrico en la capital de la república. Por su iniciativa, se organizó una policía a imagen y semejanza de los servicios de policía europeos. En el País desde el s. XVIII tan solo se contaba con un cuerpo de serenos en Bogotá y luego algunas unidades de policía departamentales y municipales. Estos eran organismos sin ninguna preparación profesional, carentes de uniformes y armamentos adecuados.

Como presidente de la república, sancionó la Ley 90 del 7 de noviembre de 1888, mediante la cual se creó un cuerpo de gendarmería destinado a prestar los servicios de alta policía a nivel nacional. Así mismo, sancionó la Ley 23 de octubre de 1890, norma que permitió contratar en Francia los servicios del comisario Marcelino Gilibert, organizador y primer director general de la Institución.

Posteriormente, el Gobierno Nacional dicta el decreto 1.000 del 5 de noviembre de 1891, por el cual se creaba un cuerpo de Policía Nacional; el decreto implementó la nueva Institución y eliminó las policías departamentales, municipales y el cuerpo de serenos.

Carlos Holguín, cumplió con su intención indeclinable de ver una Institución garante de las libertades y del orden constitucional, dedicada por entero al servicio del pueblo colombiano; como integrante de la Policía Nacional y consecuente con los pilares de su nacimiento y desarrollo, rindo un tributo de admiración a su fundador, para recordar siempre y por los siglos a este hombre visionario y romántico que, con cariño y devoción policial, nos permitió nacer a la vida jurídica y a la historia de nuestra amada patria.

Serán 126 años de fundada y desde la institucionalidad, de manera cohesionada con las comunidades y las autoridades, continuaremos en pro del mejoramiento de las condiciones de seguridad y convivencia de todos. Presidente Carlos Holguín Mallarino, ¡muchas gracias! Por ese gran legado.

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Canis familiaris

Teddy, un canino de raza pastor alemán, campeón nacional de adiestramiento y uno de los primeros canes al servicio de la Policía Nacional, se había caracterizado por ser un gran detector de sustancias ilícitas. En 1964 por envidias y rivalidades fue envenenado con cianuro. Esta historia marcó trascendentalmente el trabajo de los caninos en la Policía Nacional.

No sabemos si el hombre vino al perro o al revés. Pero ambos aprovecharon tal situación: el hombre usaba al perro cazando, pastoreando y como vigilante contra enemigos; a cambio, el hombre le daba alimento. El perro fue probablemente el primer animal en ser domesticado y ha acompañado al ser humano durante unos 10.000 años. Por ejemplo, en el antiguo Egipto se evidencia su crianza en pinturas, murales y elementos decorativos; de hecho se embalsamaban y se ponían en las tumbas con sus dueños.

Los hombres han cruzado cientos de razas de perros. Pese a la gran diversidad, son miembros de la misma especie: Canis familiaris. Se comercializan para la compañía del humano y además es un excelente trabajador, gracias a sus habilidades sensoriales que son superiores a las de cualquier otro animal.

Al perro, se le ha asignado mil oficios a lo largo de los siglos. Sus capacidades y comportamiento social le ha permitido desempeñarse desde la asistencia a discapacitados, detector de drogas, explosivos y divisas, hasta convertirse en cosmonautas, la recordada perrita Laika fue enviada por los rusos a orbitar La Tierra en 1957.

No hay manera de determinar el primer servicio de perros policías (K9). Sin embargo, las policías europeas ya usaban sabuesos en el s. XVIII, pero no fue sino hasta la Primera Guerra Mundial que países como Bélgica y Alemania, comenzaron a usar perros para tareas específicas, como la guardia.

En Colombia, los primeros vestigios del uso del perro como animal de vigilancia se dan a través de grabados del s. XIX donde se muestra al “sereno”, vigilante nocturno, acompañado de tan noble animal. Posteriormente en 1913 fue fundada la sección de perros policía, con el fin de brindar seguridad a la ciudadanía. En 1962, la Policía Nacional creó el Centro de Adiestramiento de Perros, dando comienzo a lo que para la época fue considerado un servicio innovador.

Es así, como en estos 125 años de historia policial y con la necesidad de fortalecer nuestro servicio de seguridad y convivencia ciudadana, en esta nueva etapa de la historia de Colombia, entre otros, el servicio del canino y su guía será fundamental. Se requiere como en la oración del perro policía, rezada por su amo: nos unamos a ser fieles con todos los hombres, como lo es el perro con su compañero y nos dé el coraje de sacrificar todo por nuestra comunidad, hasta la vida misma, como lo haría él. Porque el obtener comunidades seguras y en paz, más que un anhelo institucional es un compromiso que adquiere la Policía Nacional con el país.

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