En un mundo cada vez más interconectado y digitalizado, el uso de la tecnología se ha convertido en una prioridad ineludible. A medida que enfrentamos retos complejos, como la delincuencia, el terrorismo, los desastres naturales y las crisis de salud pública se requieren respuestas ágiles y efectivas. En este contexto, la tecnología emerge como un aliado valioso, pero también plantea dilemas prácticos en su puesta en marcha.
La innovación tecnológica nos permite anticipar y prevenir amenazas antes de que se materialicen. Desde sistemas de vigilancia avanzados hasta algoritmos de aprendizaje automático mediante la inteligencia artificial, los avances tecnológicos incrementan las capacidades de las autoridades al detectar patrones sospechosos y actuar de manera proactiva.
Ciudades como Singapur, Copenhague y Londres se destacan como líderes en innovación en seguridad pública a nivel global. Estas urbes han implementado tecnologías inteligentes para mejorar la seguridad y el bienestar de sus habitantes, el uso de la tecnología les ha permitido automatizar tareas repetitivas y liberar recursos humanos para actividades más estratégicas y ampliar las competencias de sus instituciones.
Estas ciudades han demostrado cómo la tecnología tiene el potencial de optimizar la protección y el bienestar social al proporcionar datos precisos, motorizar la generación de respuestas y fomentar la colaboración entre diferentes actores. Capitales que han adoptado tecnologías de punta como el registro de iris y huellas dactilares, software de reconocimiento facial y de voz, elementos para precisar la identificación personal que han sido fundamentales en el cuidado de los ciudadanos.
…Bogotá necesita superar este desafío mediante una combinación de enfoques de carácter estratégico, colaborativo y adaptativo. La tecnología es un instrumento poderoso…
Además, se optimizó la integración de información desde diferentes fuentes con la creación de modernos centros de monitoreo mediante la transformación digital, la automatización del tráfico con una red de sensores, cámaras y dispositivos GPS para el seguimiento del tránsito y la previsión de embotellamientos, e implementación de sistemas de videovigilancia avanzados y drones para el control, la prevención y la seguridad. Estos enfoques en la innovación tecnológica son un ejemplo inspirador para otras ciudades en el mundo, especialmente para las metrópolis colombianas.
Aunque, la tecnología de avanzada es una inversión considerablemente costosa de implementar y mantener en el tiempo. Las ciudades que van a la vanguardia en esta materia, encontraron formas sostenibles de financiar estas soluciones al asociarse con empresas privadas, y buscar fondos gubernamentales para priorizar inversiones estratégicas.
De la misma forma, fue necesario establecer metodologías sobre la interoperabilidad con amplios estándares para integrar diferentes sistemas tecnológicos como cámaras, sensores y bases de datos. Las ciudades colocaron en práctica estándares comunes para una comunicación efectiva, y puesto que, la tecnología también trae consigo riesgos cibernéticos, se establecieron sistemas contra ataques y vulnerabilidades al invertir en ciberseguridad, realizar auditorías regulares y mantenerse actualizado sobre las posibles amenazas.
Bogotá, como otras ciudades de Colombia, se hallan en una encrucijada. Se debe aprovechar la tecnología para fortalecer su seguridad, pero también tiene que abordar estas brechas con determinación. La visión de una ciudad segura y resiliente está al alcance, pero depende de cómo sus autoridades orienten la navegación en este nuevo territorio digital. La tecnología no es un fin en sí misma, es un medio para un fin: la prevención del delito y promover un ambiente de confianza y cooperación entre los ciudadanos en una ciudad más segura y justa.
En resumen, Bogotá necesita superar este desafío mediante una combinación de enfoques de carácter estratégico, colaborativo y adaptativo. La tecnología es un instrumento poderoso, pero su implementación exitosa requiere una adecuada planificación y una consideración constante de las implicaciones sociales. Es imperativo que la innovación tecnológica se desarrolle con una visión responsable, al asegurar que la infraestructura tecnológica creada sirva al bienestar y la seguridad de la ciudadanía, una tecnología mal orientada al final lo que logrará es que se convierta en una debilidad.