Una desafortunada característica que poseemos los colombianos como seres sociales es la intolerancia, porque pensamos que las diferencias en los actos más cotidianos de la vida en comunidad pueden ser resueltos a través de acciones agresivas. Entre otros casos, por ejemplo quién no ha experimentado largas estadías en el tráfico de nuestras ciudades a causa de los muy comunes accidentes de tránsito, y se ha encontrado con la escena de observar a sus causantes, cruceta en mano, dirimiendo la responsabilidad del otro sobre la propia.
Así mismo, la intolerancia esta atada a las manifestaciones de odio al otro por razones raciales, sexuales, étnicas, religiosas, políticas y hasta deportivas, donde encontramos seguidores de un equipo de fútbol que simplemente no soportan a los que no apoyan al propio, en fin las circunstancias no terminarían. De manera recurrente en nuestros comportamientos está presente la intolerancia, los improperios, los enfrentamientos y muchas otras formas de brutalidad, realizadas en forma manifiesta o tácita; acciones presentadas en ambientes familiares, con los vecinos o en las más variadas expresiones sociales.
En lo transcurrido del año, aunque se ha disminuido el homicidio en un porcentaje importante, en la modalidad de riña se han presentado 3.422 muertes, un 35% del total de homicidios del país. En cuanto a las lesiones personales en forma general también han descendido, pero han ocurrido 92.702 casos en eventos de riña; y el tercer motivo de capturas realizadas por la Policía Nacional de Colombia es la vinculada con las lesiones personales con 18.528 personas capturadas quienes se han visto involucrados en hechos de intolerancia, adicional a esto en aplicación del Código Nacional de Policía y Convivencia, se evidencian 29.594 registros por reñir o incurrir en confrontaciones que terminen en daños físicos.
Todo individuo sin conciencia y sin una madurez emocional bien formada, se convertirá en un ser intolerante. Ya que al no contar con el conocimiento y la experiencia suficiente para expresarse adecuadamente; la suma de sentimientos mal encausados crecerán, lo que a su vez aumentará la ansiedad y con ello la intolerancia, entendiendo esta como el comportamiento, forma de expresión o actitud que viola o mancilla los derechos del prójimo, o instiga a quebrantarlos o negarlos.
La intolerancia es uno de los grandes desafíos de Colombia en el s. XXI, en donde se debe generar un desarrollo humano con fundamento en obtener para todas las personas, las condiciones que permitan una vida digna y con sentido racional, con un libre desarrollo de las potencialidades humanas en armonía con toda la sociedad. Asegurar un futuro mejor para todos requerirá un enorme esfuerzo y cambios radicales de políticas que conduzcan hacia un modelo sostenible que favorezca el progreso de la vida y del bienestar social, concepto que incluye el respeto a las libertades y derechos fundamentales.
Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/intolerancia-cncer-social