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El tratado de la gratitud

En el recorrido de nuestra vida, y en el tiempo menos esperado, se pueden presentar circunstancias generadoras de cambios desestabilizantes, momentos difíciles vinculados a una sensación de incertidumbre al no sentirnos preparados para afrontar una nueva realidad que puede acarrear altos niveles de tristeza y frustración, ocasionando una totalización en negativo de la existencia.

Ese aparatoso periodo de insatisfacción en la vida, en la mayoría de los casos está relacionado con la inseguridad surgida por la valoración basada en la comparación con los demás; la frustración que sentimos es directamente proporcional a nuestros deseos, expectativas y ambiciones.

Como seres humanos es en esas ocasiones adversas cuando más surge la inconformidad  ante lo que la vida nos ha ofrecido y sale a flote esta pregunta ¿hemos sido afortunados en nuestro transitar? Dicho cuestionamiento conduce a aceptar que las cosas más pequeñas, pero más importantes que nos han sucedido no han sido valoradas suficientemente.

Estamos tan concentrados en el gozo de los beneficios adquiridos que no analizamos lo que hay detrás de estos para que lleguen a nosotros: tiempo de vida, costos materiales y emocionales, y por sobre todo, seres humanos. Se disfruta de forma inconsciente las comodidades de las que carece un amplísimo porcentaje de la población mundial, perdiendo el significado de lo poseído en pequeña o gran medida.

Somos seres sociales y ante todo emocionales. La búsqueda incesante de satisfacción nos conduce a no regocijarnos con los logros diarios, nos encierra en la visión del camino que nos falta por recorrer convirtiéndonos en observantes permisibles de lo faltante, esto por no poner límites razonables a nuestras aspiraciones.

Agradezcamos más, busquemos el lado positivo de las situaciones difíciles, aprendamos de esas circunstancias al desterrar el ego

Es en esos instantes de introspección cuando debemos volcar la mirada a aquello incrustado en lo más profundo de nuestro ser, esa serie de sentimientos holísticos que construyen nuestra humanidad; la gratitud es uno de ellos y es la que nos permite experimentar lo simple y esplendido que es el vivir. 

Esto implica que debemos aprender a valorarnos, a aceptar los propios límites y a liberarnos de las trampas como la obsesión, la duda patológica, el afán de control y el perfeccionismo; para superar la frustración en los momentos de cambio que nos conlleve a encontrar el equilibrio en la consecución de logros, la estabilidad material y emocional, y la búsqueda de aceptación social. 

El sentirse acogido es uno de los grandes anhelos de las personas, lo buscamos en nuestros padres, amigos, familiares o compañeros de trabajo. Por gracia de la vida, siempre existen seres que nos ayudan a reforzar los sentimientos de seguridad y empatía con el acompañamiento de su amistad en los virajes de la vida, lo cual nos incentiva a continuar adelante, en especial si dichos sentimientos proceden de aquellos a quienes le tenemos respeto y le hemos tomado aprecio.

Agradezcamos más, busquemos el lado positivo de las situaciones difíciles, aprendamos de esas circunstancias al desterrar el ego. Al darnos cuenta de lo afortunados que somos con lo alcanzado, estaremos contemplando el mundo con otra visión. La gratitud es la memoria del corazón y nos da la fuerza y la capacidad para superar las adversidades. 

Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/el-tratado-de-la-gratitud

Cidenal 50

Las mejores universidades del país ofertan programas académicos especiales dirigidos a altos ejecutivos y presidentes de empresas con el objetivo de perfeccionar sus habilidades para hacer frente a los retos organizacionales de la actualidad, pero ninguno se puede equiparar al Curso Integral de Defensa Nacional (CIDENAL) que es un programa académico brindado por la Escuela Superior de Guerra (ESDEG), establecimiento de educación superior que lleva el nombre del General Rafael Reyes Prieto, quien como Presidente de la República la fundó en el año de 1909.    

El CIDENAL está dirigido a funcionarios de alto nivel del Gobierno Nacional e instituciones del Estado colombiano, así como a directores y ejecutivos del sector privado e integrantes de la sociedad civil; en el caso de los miembros de la Fuerzas Militares (FFMM) y de la Policía Nacional es adelantado por los coroneles y capitanes de navío seleccionados para ascender en sus escalas jerárquicas.    

Este año el CIDENAL está desarrollando su edición número 50. La experiencia acumulada ha permitido que los cursantes obtengan una capacitación de primer nivel como administradores, humanistas, gerentes y asesores en la articulación de la seguridad nacional, para que se conviertan en líderes transformacionales a través de la toma de decisiones, así como generadores de opinión no solamente desde sus ámbitos profesionales, sino en adelante, en las temáticas relacionadas con la protección de la seguridad y defensa nacional.      

El CIDENAL 50 inició sus jornadas académicas y periplos por todo el país en el pasado mes de enero. Desde la apertura de esta cohorte se evidenció su carácter multidisciplinar con un grupo conformado por profesionales y funcionarios públicos de variadas formaciones de base y de todos los partidos políticos, lo que contribuyó a ampliar el campo de visión para el desarrollo del curso, liderado por el director de la ESDEG, el brigadier general Édgar Salamanca, quien compartió con los estudiantes cada uno de los procesos de estudio y el cumplimiento de las actividades académicas en general.    

Los integrantes del CIDENAL 50 comprenden con una conciencia clara que, a partir de ahora, más que nunca, representan a toda la sociedad y se deben a ella

Igualmente, el CIDENAL 50 se convirtió en ese espacio que facilitó las relaciones civiles y militares, a través de la metodología del curso con la interacción con las FFMM a nivel nacional desde sus ámbitos: académico, operativo, estratégico e incluso logístico y administrativo, para fortalecer los esquemas de cooperación e integración, que sin lugar a dudas, contribuirán al cumplimiento de la misión de la Fuerza Pública y su afianzamiento dentro del Estado con el propósito de alcanzar los objetivos nacionales, anhelos de la sociedad colombiana.  

Una de las principales enseñanzas al finalizar este proceso académico es la interiorización del concepto de seguridad, el cual tiene como esencia ser un instrumento compatible con los derechos y libertades fundamentales del ser humano, una seguridad sin discriminación alguna. Una construcción de país sin acciones de violencia y temor, sin desplazamiento forzado, sin secuestro, con la libre práctica del periodismo y la defensa de los DDHH, con el ejercicio pacífico de la manifestación pública, y con énfasis en el respeto a la diversidad de pensamiento, en fin, una sociedad que goce del despliegue íntegro de la Carta Magna.    

Como conclusión, es indispensable felicitar a cada uno de los integrantes del CIDENAL 50 al culminar con éxito este proyecto; el cual por su naturaleza e importancia reviste un valor histórico, documental, cultural, social y político, por considerarse como el espacio que ha contribuido al fomento de la información, la educación y el conocimiento en la sociedad civil sobre la seguridad y defensa nacional, así como el cumplimiento de la misión institucional de las FFMM en la consolidación de los objetivos del Estado. Los integrantes del CIDENAL 50 comprenden con una conciencia clara que, a partir de ahora, más que nunca, representan a toda la sociedad y se deben a ella. Felices bodas de oro.    

Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/cidenal-50

Los nuevos desafíos

Hoy Colombia se encuentra ante la necesidad de enfrentar grandes retos que tienen un carácter no solamente de nivel local, sino regional, y principalmente del orden nacional, los cuales requieren soluciones a partir del planteamiento de acciones interinstitucionales. 

Por tal motivo, los nuevos mandatarios locales elegidos la semana anterior tienen una oportunidad histórica de formular de forma responsable las políticas públicas apremiantes para  las ciudades y departamentos con crisis en seguridad, infraestructura, salud y desarrollo, inclusión de minorías, movilidad sostenible, migración y gobernalidad; exigencias que no serán fáciles de cumplir, pero tampoco imposibles. 

De la misma forma, las autoridades administrativas elegidas son responsables de centrarse exclusivamente en llevar a sus ciudades y departamentos a otra etapa de desarrollo y bienestar, y gobernar para la totalidad de sus comunidades y no solamente para quienes votaron por ellos; un reto más a superar en la gerencia pública con altos estándares de calidad.

Las brechas a romper en sus administraciones deben desarrollarse desde las sesiones de empalme con una hoja de ruta para solventarlas, y desplegada a partir del 1 de enero cuando los nuevos gobernantes se posesionen formalmente; retos basados en sobrepasar los diversos diagnósticos elaborados sobre las problemáticas locales según cada territorio.

Colombia necesita un plan estratégico desarrollado desde las regiones que evidencie en un mediano plazo una mejoría en estos entornos

Una de las primeras tareas a realizar por sus administraciones, en medio del actual panorama económico, político y social que vive Colombia, es la ejecución transparente de los recursos mediante una correcta contratación pública, y así recuperar la confianza de la ciudadanía en este aspecto.

Es necesario, que en medio del compromiso con el buen gobierno, alcaldes y gobernadores precisen la forma de afrontar los temas relacionados con la paz territorial, particularmente en los entornos que han sido azotados por el conflicto, el miedo y la barbarie. La construcción de paz, como un proceso para superar el uso de la violencia es una apuesta central para la resolución de las diferencias.

Igualmente, se espera que los recién elegidos se ubiquen en sintonía con la gente y a través de un liderazgo colectivo generen cambios que vayan en línea con la agenda global, es decir, deberán contribuir a alcanzar los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible trazados por Naciones Unidas para 2030, cuya misionalidad es dar por finalizada la pobreza, proteger la Tierra y garantizar paz y prosperidad para la humanidad. 

Aunque el panorama puede parecer pesimista en varias regiones, Colombia y sus ciudadanos han llegado a un punto alto de sensibilidad sobre la urgencia de soluciones, evidenciado en el viraje político que demanda a las autoridades recién elegidas el cumplimiento de los compromisos que enarbolaron en las campañas que los eligieron.

Finalmente, los retos más importantes a solventar son los relacionados con lograr un desarrollo sostenible; garantizar el acceso a agua potable; promover economías de mercado éticas; prepararse ante las enfermedades emergentes; y desescalonar la inequidad social; problemáticas que afectan directamente a la convivencia y seguridad ciudadana.

En conclusión, hoy se cuenta con los recursos y las ideas para abordar dichos desafíos y existe un mayor grado de acuerdo sobre cómo crear un futuro incluyente, Colombia necesita un plan estratégico desarrollado desde las regiones que evidencie en un mediano plazo una mejoría en estos entornos. 

Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/los-nuevos-desafios

Desde las regiones

Hoy domingo 29 de octubre cerca de 39 millones de colombianos se encuentran habilitados para acudir a las urnas y ejercer su derecho al voto en el país. Se elegirán 1.102 alcaldes, 32 gobernadores, 12.072 concejales, 418 diputados y 6.885 ediles para el periodo constitucional 2024-2027.

Estos comicios se constituyen como una jornada democrática crucial, fundamentales para que los diferentes partidos políticos del país logren establecer candidaturas fuertes en las regiones y definir su representatividad en las futuras elecciones de congreso, e incluso, en las presidenciales.  

Por tal motivo, la misión de estas elecciones regionales es ser comprendidas como un fenómeno trascendental no solo para el ámbito nacional, sino, por el impacto que tienen para el crecimiento local y regional. En donde, desde luego los intereses políticos deben priorizarse para el desarrollo de las comunidades y dar respuestas a las expectativas que los actores elegidos generaron en los votantes durante la campaña.

Un punto trascendental para los nuevos mandatarios, es que comprendan que son los directos responsables del fortalecimiento de la gobernabilidad local y regional alrededor de la convivencia y la seguridad ciudadana, además de contribuir a la construcción social, pública y colectiva de comunidades cada vez más tranquilas.

La seguridad ciudadana debe ser atendida por las autoridades administrativas elegidas como un bien de interés público. Por este motivo, deben realizar un trabajo coordinado interinstitucional, basado en la planeación estratégica y operativa, bajo la premisa fundamental de mejorar las condiciones de convivencia en el ámbito urbano y rural en sus territorios.

…Es la oportunidad para obtener un cambio significativo de dirección en áreas como la economía, la educación, la salud, la seguridad y la convivencia ciudadana, entre otros aspectos…

Es necesario que los próximos gobernantes locales tracen objetivos claros para fortalecer la democracia y la libertad, así como el desarrollo de políticas públicas acordes para disminuir los desafíos sociales, que favorezcan la construcción de una sociedad equitativa y con mayor confianza en el aparato gubernamental, que en un sentido amplio facilitará el aumento en los niveles de seguridad.    

Cerrar las brechas en las regiones permitirá consolidar una Colombia diferente. Es la oportunidad para obtener un cambio significativo de dirección en áreas como la economía, la educación, la salud, la seguridad y la convivencia ciudadana, entre otros aspectos; lo cual posibilitará el mejoramiento administrativo de los municipios y departamentos a partir de la ejecución de planes que den solución a las distintas problemáticas que afectan a las regiones día a día.

En este sentido, se requiere que los nuevos mandatarios logren definir un liderazgo que les permita ejercer influencia en sus entornos, para que generen consenso, credibilidad y confianza mediante el desarrollo de las políticas, objetivos, metas y planes de acción que plantearon en la etapa electoral, y obtengan la transformación de sus territorios, atendiendo así las necesidades y circunstancias especiales de sus comunidades.

Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/desde-las-regiones

Laboratorio de paz, convivencia y seguridad humana

Los asuntos relacionados con la seguridad y convivencia ciudadana y DDHH son fundamentales para Colombia, en especial después de la firma del acuerdo de paz de 2016 que logró dar fin a un largo conflicto con la guerrilla de las FARC. Ante este panorama, las comunidades requieren acciones que garanticen el cese de la violencia con el fin de ofrecer nuevas oportunidades para la sociedad, en particular a quienes más han sufrido la crueldad del conflicto. La institucionalidad del país en pleno debe actuar como actor transcendental para promover la cultura de paz.

En lo concerniente a las responsabilidades de la Policía Nacional, y con el propósito de aportar a la edificación de la paz y al tejido social de las nuevas generaciones, la Institución ha fortalecido su servicio público de policía para contribuir a uno de los objetivos más importantes del acuerdo de paz: la transformación de los territorios; para que en estos se cuenten con mejores condiciones de vida y puedan relacionarse de una manera más equitativa con los sectores urbanos del país.

Con dicho propósito, la Institución creó en abril de 2016 la Unidad Policial para la Edificación de la Paz -UNIPEP- sustentada en la misionalidad de articular el cumplimiento de las obligaciones y responsabilidades de la Policía Nacional, derivadas de la construcción de paz, y la cual se está fortaleciendo en la actualidad para el desarrollo de la política de “Paz Total” del Gobierno Nacional.

Una de las propuestas surgidas dentro de la UNIPEP es el desarrollo de  rutas de gestión, con programas que capitalicen los aprendizajes y permitan criterios situacionales encaminados a incrementar la capacidad de la Institución para transformar los conflictos sociales mediante la utilización de medios no violentos desde una visión territorial; con el objetivo de construir puentes de confianza con actores locales, regionales y nacionales para prevenir la violencia.

Como resultado de ese proceso, se gestó el Laboratorio de Paz, Convivencia y Seguridad Humana, la cual se convirtió en una estrategia social en el territorio, que busca empoderar a los jóvenes a través de la educación. Herramienta para fortalecer el conocimiento y aportar a la disminución de los índices de violencia. Esta estrategia funciona desde el año 2019 en Tumaco, Nariño. Actualmente está en Cali, Buenaventura, Chocó y Bolívar.

Este Laboratorio funciona con cinco líneas de acción: prevención al reclutamiento forzado y voluntario, manejo responsable del medio ambiente, prevención al consumo y mitigación de sustancia psicoactivas en niños, niñas y adolescentes, atención integral en salud, y convivencia.

El Laboratorio de Paz, Convivencia y Seguridad Humana, también tiene el propósito de disminuir o controlar el fenómeno de violencias, delitos o comportamientos contrarios a la convivencia

Su creador y líder es el capitán Parménides Palacios, oficial de la Policía Nacional. Más de 8 mil jóvenes están vinculados a este proyecto, la mayoría son de Tumaco, quienes han sido beneficiados con diferentes becas en instituciones de educación superior del país, como: Universidad Diego Luis Córdoba, Universidad Antonio José Camacho, Universidad Nacional, Universidad del Pacifico, Universidad del Valle, Universidad de Nariño, entre otras.

El Laboratorio de Paz, Convivencia y Seguridad Humana, también tiene el propósito de disminuir o controlar el fenómeno de violencias, delitos o comportamientos contrarios a la convivencia, igualmente contribuir a la reducción de la deserción escolar y al cierre de brechas educativas en el litoral pacífico, desde Nariño hasta el Chocó.

Los jóvenes integrantes de esta estrategia son quienes se encargan de la dirección, la coordinación y actúan como monitores de paz dentro del proyecto, además son los responsables de gestionar la ayuda a otros jóvenes para que logren cumplir sus sueños.

Esta estrategia social para la transformación de conflictos sociales ha recibido el apoyo de la Cámara de Comercio de Tumaco, la Universidad Tecnológica del Chocó, la Universidad Antonio José Camacho, entre otras alma máter; además de consejos comunitarios y consejeros de juventudes del pacifico. Igualmente, están vinculados docentes voluntarios quienes ayudan a promover esta iniciativa en toda la región.

Cabe resaltar que este Laboratorio y su creador han recibido varias exaltaciones. En la edición XII del “Premio Excelencia Policial 2022”, fue distinguido el capitán Palacios como el mejor policía de la Institución por su destacada labor, de la misma manera, en la categoría de educación de la convocatoria “Titanes Caracol 2022”, fue seleccionado como ganador en reconocimiento a su tarea en la transformación de conflictos sociales.

Publicada en: https://www.las2orillas.co/laboratorio-de-paz-convivencia-y-seguridad-humana-transformando-los-conflictos-sociales/

Ciudades más seguras

Colombia encara en la actualidad un sinnúmero de retos frente a los parámetros de la seguridad ciudadana y la convivencia necesarios para poseer contextos satisfactorios de armonía social. Ambiente en donde confluyen diferentes formas de violencia y variados fenómenos de criminalidad, intolerancia social, ausencia de solidaridad, alta presencia de armas de fuego, tráfico y abuso de sustancias estupefacientes, agresiones contra poblaciones vulnerables, entre otras acciones generadoras de delito y temor en la sociedad.

Los actuales índices de violencia y criminalidad en Colombia han posicionado a la seguridad ciudadana como una de las principales demandas de los residentes del país hacia las autoridades del orden nacional y regional. Sin embargo, los nuevos planteamientos acerca de la seguridad ciudadana dejan de ubicar tan solo al Estado como el centro de las políticas públicas relacionadas con la seguridad, dándole un enfoque de protagonista al ciudadano y a la sociedad en general.

Lo anterior, sumado a la urgencia de considerar la multicausalidad del crimen y la violencia que se manifiestan de forma diferente, al tener en cuenta características socioculturales, demográficas, económicas y además de las relacionadas con el entorno. En este sentido, los esfuerzos para mejorar la seguridad ciudadana requiere atender las necesidades y demandas específicas de la sociedad, y las responsabilidades que se le va a dar a esta.

El desafío para avanzar en el mejoramiento de la seguridad ciudadana demanda la evolución constante de la mentalidad de los actores que intervienen en los asuntos relacionados en esta materia. Una primera acción para establecer un modelo marco de convivencia es diseñar una pedagogía general para contrarrestar el pensamiento pasivo y la toma de decisiones ajenas a los principios de la coexistencia segura y pacífica.

…es menester plantear procesos de gestión por resultados de impacto y un diseño de iniciativas públicas con estándares mínimos, que incluyan parámetros de acción comunitaria para la prevención del delito; sistemas judiciales accesibles, ágiles y efectivos…

Adicionalmente, es fundamental efectuar una planeación con una renovada visión y el desarrollo de un compromiso multiactor para que se genere un “acuerdo nacional por la seguridad”, en el cual, de la mano de los gobiernos locales y regionales, la sociedad civil, la academia, la empresa privada, se concreten procesos dinámicos que produzcan seguridad ciudadana en un ambiente de DDHH, cultura de paz y legitimidad.

Así mismo, es menester plantear procesos de gestión por resultados de impacto y un diseño de iniciativas públicas con estándares mínimos, que incluyan parámetros de acción comunitaria para la prevención del delito; sistemas judiciales accesibles, ágiles y efectivos; y, una educación basada en valores, respeto por el Estado Social de Derecho y exaltación por la vida. De este modo, se obtendrá un mejoramiento en los indicadores de la convivencia ciudadana que no se relacionen exclusivamente con la evaluación en la reducción de las cifras del crimen.

Este planteamiento se constituye con una serie de implicaciones sustanciales, ya que al tener como centro la noción de amenaza y el fenómeno, la labor de los gobiernos locales de la mano de la sociedad, fortalece la gestión integral de la seguridad ciudadana en el contexto específico de cada territorio, para disminuir las brechas de la seguridad, en apoyo a los procesos de aprendizaje e intercambio interinstitucional; y así difundir un renovado conocimiento para construir ciudades más seguras.

Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/ciudades-mas-seguras