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Policías al límite

Todo colombiano en algún momento de su vida ha interactuado o ha necesitado el servicio de un policía. Servidores públicos quienes desarrollan su proyecto de vida en la institución policial, con el objetivo de mantener la seguridad pública y contrarrestar la delincuencia, pero esto no es solo el centro de su misionalidad, ya que su labor es aún más amplia. 

¿Qué es un policía? Es un compatriota convertido en un héroe anónimo. Mujeres y hombres uniformados por el amor al servicio, quienes día a día plasman con su labor y sacrificio esquelas de la historia patria. En la Policía Nacional prevalecen seres humanos comprometidos con hacer respetar los derechos de los habitantes del país.

En cada jornada los uniformados de policía narran historias sobre cómo en su quehacer diario les ha correspondido atender partos en plena calle, preservar la fauna salvaje, ayudar a reconstruir el hogar de desvalidos afectados por la inclemencia del clima, resocializar trabajadoras sexuales y pandilleros; y de forma permanente arriesgar la vida por proteger a aquellos desconocidos que lo necesitan. 

Estas son tan solo algunas de las formas de brindar su servicio a la comunidad. Son historias para la historia, cientos de actos heroicos de policías que como ciudadanos un día decidieron portar el uniforme policial para poder servir. Ellos, con el respaldo incondicional de la Institución, plasman sus testimonios en el corazón de la población colombiana con solidaridad y convivencia. 

El servir a la comunidad es la acción más noble de la condición humana. La Institución comparte cada día con las nuevas generaciones la grandeza de aquellos policías que en estos tiempos dan muestras de honor, valentía y entrega. Son un digno ejemplo al destacar sus cualidades y deseos para incidir en un mejoramiento de la vida en sociedad.

Los policías de Colombia cuentan con elementos que orientan al honor policial a través de los valores y pilares de la Institución como son el servicio, la protección, la honestidad y la empatía. Principios que se originan desde la formación en casa y que se fortalecen en las aulas policiales.

De la misma forma, en la profesión policial se prepara a sus integrantes para el sacrificio supremo, de ser necesario. La muerte es una consecuencia admirable de su labor. Los uniformados que continúan en su servicio honran a los policías que han perdido la vida, se enlazan entre sí, para exaltar su memoria y fortalecer la responsabilidad con la misionalidad policial. 

            Es así, que el servicio público de policía es uno de los componentes más visibles en cuanto se refiere a la consolidación de la coexistencia mediante una serie de variables que incluyen la doctrina y cultural policial. Los integrantes de la Policía Nacional son miles de héroes quienes se esfuerzan por contribuir de forma permanente a la convivencia y la solidaridad en el territorio. 

Los miembros de la Institución en sus 130 años de servicio se han erigido como avezados hacedores de acciones extraordinarias en beneficio de la comunidad. Su liderazgo, su humanidad y su compromiso con el prójimo le transforman la realidad a muchos conciudadanos, en especial a los más necesitados. Son los exponentes de la capacidad del ser humano para crear de la nada, en medio de la dificultad y la adversidad ambientes más armoniosos. Son policías al límite. 

Democracia y Policía Nacional

El sistema democrático constituido en el país establece un proceso electoral en donde el constituyente primario elige mediante el sufragio a los candidatos de su preferencia. El objetivo final de la democracia es buscar representarse a sí mismos en un pluralismo participativo, como ideal de toda sociedad.

Para el desarrollo de este proceso electoral es de suma importancia la coordinación interinstitucional entre el Estado y la Fuerza Pública -Policía Nacional-, institución que asume este fundamental ejercicio para la democracia nacional con una exigente planeación, responsabilidad y eficacia para permitir a los ciudadanos el libre ejercicio del derecho a elegir. 

Al contar el país con una de las democracias más antiguas y fuertes del continente hace posible que su institución policial con sus 130 años de servicio, acumule la experiencia necesaria sobre el desarrollo de las jornadas electorales en cada una de sus fases de implementación; las cuales requieren de organización, coordinación y ejecución que se denomina: Plan Democracia. 

Es así, que se busca eliminar los hechos que atenten contra los mecanismos de participación democrática y que pretendan cooptar espacios de representación en el orden nacional y territorial para incidir en los ámbitos político, social y económico del país.

Planeamiento que le dará confianza a los ciudadanos en sus instituciones, como la base misma de una democracia participativa y como uno de los fines esenciales del Estado de facilitar la participación de todos en las decisiones que los afectan en la vida administrativa y cultural de la Nación.

Por lo tanto, la Institución asume su responsabilidad teniendo en cuenta las particularidades territoriales. La primera actividad que realiza es la de capacitar a sus funcionarios en torno a los delitos electorales y la forma de afrontar el servicio policial en elecciones, y efectúa las coordinaciones internas requeridas para no escatimar esfuerzos en el desarrollo del ejercicio democrático.

Para tal efecto, la presente jornada electoral relacionada con la segunda vuelta para elegir al Presidente de la República para el periodo 2022-2026, más de 94 mil uniformados de la Institución se encuentran comprometidos directamente en atender la seguridad de 38 millones de ciudadanos habilitados para sufragar en 12.264 puestos de votación y 100.904 mesas distribuidas alrededor del país.

Otra de las acciones prioritarias que adelanta la Policía Nacional es ejecutar actividades preventivas en cuanto los delitos informáticos que se puedan presentar, con el propósito de proteger las plataformas tecnológicas que se utilizan en la organización y desarrollo de los procesos electorales, por medio del Centro Cibernético Policial, en el cual están presentes las instituciones responsables de la ciberseguridad ciudadana y la ciberdefensa del Estado.

Finalmente, la invitación que se hace a la ciudadanía es a comportarse ejemplarmente acatando todas las medidas desplegadas para el desarrollo del ejercicio electoral y denunciar cualquier anomalía que observe y ponga en riesgo la convivencia durante la presente jornada. De igual forma a ejercer el derecho al voto de manera masiva en todo el territorio nacional.

Alma mater policial

82 años ha transcurrido desde aquel 16 de mayo de 1940, fecha en que se fundó la Escuela de Cadetes de Policía General Francisco de Paula Santander. Epónimo que engrandece el nombre del prócer, héroe, estadista y forjador civil de la República; con su legado enmarcó el alma mater de la oficialidad de la Policía Nacional. 

La cuna de la cultura y la ciencia de policía enaltece al “Hombre de las leyes”, como reconocimiento a la contribución y herencia excepcional del insigne general al ser defensor incondicional del orden social, y pionero en la promoción del imperio de la ley por encima de la voluntad particular, para asegurar la libertad y protección de los derechos y la exigencia de los deberes de los ciudadanos.

El ejemplo del estoico prohombre siembra en campo fértil la semilla de la formación educativa y cultural del país, su sapiencia en las áreas del saber sobre la latinidad, la filosofía, y la jurisprudencia, construidos por sólidos valores morales, éticos y religiosos es el alimento intelectual de la oficialidad policial.

Desde su fundación, la Institución emprendió la ruta de la profesionalización. La Escuela de Policía creada por el Presidente Alfonso López Pumarejo con el nombre del “Padre de la educación en Colombia”, constituyó en un avance de extraordinaria importancia en el derrotero para el mejoramiento de la formación de los oficiales, suboficiales y agentes de policía.

Hoy la Escuela de Cadetes de Policía General Francisco de Paula Santander realiza una inconmensurable tarea como fuente de la docencia policial, hasta el punto de convertirse en una de las academias policiales más completas y mejor estructuradas de Latinoamérica.

Su misión principal es formar integralmente a los oficiales de la Institución, capacitándolos en ciencia de policía y fortaleciéndolos en valores, que les permiten desarrollar sus funciones con altos estándares de profesionalismo. La Escuela de Cadetes ha graduado 116 promociones de oficiales. Asimismo, han egresado más de 320 uniformados extranjeros integrantes de cuerpos de policía de Bolivia, Venezuela, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú y República Dominicana.

La institución educativa policial posee excelsos niveles educativos para la formación de los oficiales, lo que garantiza una correcta profesionalización con una orientación hacia el servicio a la sociedad mediante la puesta en práctica de los principios policiales de vida, dignidad, equidad y excelencia, así, se engrandece su desarrollo moral para que se conviertan en representantes de los valores ciudadanos de la convivencia.

Sus directores, docentes y académicos han contribuido durante estos 82 años de trayectoria a erigir la arquitectura del perfil profesional del oficial de policía colombiano; son los gestores del sitial de honor que ocupa la Escuela como formadora de líderes para servir a Colombia. La Alma Mater policial ha sido dirigida por 56 oficiales de las más altas cualidades institucionales, personales y profesionales.

Ser oficial de la Policía Nacional es un alto honor. Mediante la enseñanza en su campo universitario la mujer y hombre oficial encuentra la plena conjunción entre el saber, saber ser y el saber hacer, lo cual residirá en el pleno hallazgo de su identidad que define con claridad la osatura jurídica y la función del servicio público de policía; lugar en donde se exalta su lema “la fuerza, al servicio del derecho”.

Honor y gloria por siempre

La historia de Colombia desde la mitad del s. XX ha estado enmarcada por el conflicto armado. La vida de cada habitante del país se ha visto envuelta en una violencia asimétrica protagonizada por grupos delincuenciales que han castigado al territorio. Un sinnúmero de dificultades que conllevaron con los años a permitir la irrupción del narcotráfico, el terrorismo, y la presencia de nuevos actores generadores de violencia que han transformado el conflicto en su razón de ser y métodos de subsistencia.  

Por esta razón, la Policía Nacional en el cumplimiento de su misionalidad ha buscado la cooperación de gobiernos extranjeros para aportar a la lucha contra las diferentes modalidades delictivas, en especial el control al narcotráfico. Es así, que finalizando la década de los ochenta con apoyo del Gobierno Británico se dio inicio a la preparación de unidades especiales para combatir este fenómeno en las selvas de Colombia. Dicha preparación apuntaba a la destrucción de laboratorios para el procesamiento de droga, operaciones tipo comando, fluviales y de supervivencia.

Como resultado de la cooperación internacional se crearon los Comandos Jungla, una unidad de la Policía Nacional que cumple funciones para proteger al país, con un alto nivel de entrenamiento, encargada de planear y ejecutar operaciones contra el narcotráfico tanto en el ámbito rural como urbano; y con el propósito de desarticular las organizaciones al margen de la ley y contrarrestar su accionar delincuencial, bajo los mandatos del DIH y los DDHH.

Los Comandos Jungla más que un equipo táctico de la Institución son una familia que protege desde el seno policial a la sociedad, de las redes del narcotráfico, criminalidad y violencia. Su trabajo es digno de admirar; gracias a su fuerte entrenamiento cuentan con la capacidad y disposición para llevar a cabo esa labor tan demandante.

El sacrificio de cada uno de sus miembros se orienta a la protección del país por lo que merecen ser elogiados. No solo es cumplir una labor, es renunciar a aquello que ata a una vida cómoda, aunque eso signifique sufrir graves lesiones y arriesgar hasta la existencia por alguien que no se conoce. Cada hombre Jungla siempre busca servir a la sociedad para generar una verdadera transformación social en su seguridad.

Los comandos Jungla contrarrestan al crimen organizado y debilitan sus intenciones de expansión y alianzas con otras redes delincuenciales, desde la Dirección de Antinarcóticos de la Policía Nacional llevan más de 30 años velando por la seguridad y la paz de los colombianos. Hombres que tras sus uniformes y su postura erguida, esconden el retrato del sacrificio, la fraternidad, el miedo y la muerte con la que deben lidiar día a día en zonas inhóspitas del país.

Los Junglas defienden el honor y la gloria. Con prudencia, tranquilidad y seguridad vencen al enemigo oculto y peligroso bajo los rayos del arduo sol o en el silencio de la noche, como muestra de lección de patriotismo, coraje y valentía; son un equipo unido en la fraternidad  de la misión.

Hoy el país exalta a esos comandos que nunca han sentido temor por el enemigo. Recordando en especial a quienes se han sacrificado por todos los colombianos. Siempre se proponen ganar las más fieras batallas combatiendo por tierra, agua y aire sin importar cual sea la misión. Con eficiencia y reacción en la lid se alzan con la victoria; para encumbrar y defender su lema hasta el fin: “honor y gloria por siempre”.

Plan electoral 2022         

La Policía Nacional es una institución imprescindible para la seguridad y convivencia ciudadana en especial en un año electoral. El ejercicio libre de la democracia es un asunto trascendental para la sociedad colombiana, pues es a partir de este derecho adquirido por los nacionales y residentes del país, que se crean los espacios para cubrir las necesidades básicas de comunidad, como son: empleo, salud, educación, vivienda, recreación y deporte, debido a la responsabilidad que asumen los elegidos para transformar las realidades que hoy vive la nación.

Para atender esta jornada electoral la Institución diseñó el “Plan democracia 2021-2022, Es un Honor ser Policía”, y una de sus prioridades es generar las condiciones de seguridad necesarias para garantizar el normal desarrollo de los procesos electorales programados para elegir, en este caso, el Presidente de Colombia.

Los miembros de la Policía Nacional se encuentran comprometidos con todas las capacidades institucionales, y desde luego en coordinación con los demás integrantes de la Fuerza Pública, además de la Registraduría Nacional del Estado Civil, el Consejo Nacional Electoral y demás entidades del Estado, para contrarrestar, antes, durante y después, cualquier amenaza contra dichos comicios.

El plan democracia está diseñado como una agenda estratégica para proteger la integridad de cada candidato y de los ciudadanos en general. En donde se ha capacitado a los miembros de la Institución, para hacer cumplir de forma rigurosa las normas especiales electorales, y las demás que se dictarán con ocasión al desarrollo de la jornada electoral, con el propósito de combatir los delitos contra el sufragio tipificados en el Código Penal, entre ellos el constreñimiento al elector, perturbación electoral y fraude electoral.

Es una estrategia pensada para que todos los habitantes del territorio, en el marco de la ejecución del Proceso de Transformación Integral, plan de actuación de la Policía Nacional para mejorar la prestación del servicio público de policía; agregue valor en el fortalecimiento de la confianza de los ciudadanos en la Institución y el reconocimiento de su legitimidad, por medio de actividades que implica cambios en su estructura, las funciones del cuerpo de Policía y en un nuevo modelo de servicio de vigilancia.

Por lo tanto, la comunidad puede confiar en sus policías, quienes se han apropiado de los deberes frente a la participación institucional en el desarrollo de las elecciones presidenciales, lo que les permitirá actuar de acuerdo con los mandatos constitucionales y legales, con máxima transparencia, idoneidad e imparcialidad, en el marco de los imperativos operacionales del servir policial.

La Institución orienta sus actuaciones con una ética irreemplazable para garantizar el cumplimiento de los derechos democráticos de los ciudadanos. Los uniformados se encuentran comprometidos con los valores morales de la actividad policial, y son claves para contribuir auténticamente, en el desarrollo de la gobernanza para ser una sociedad más armónica y justa.

Finalmente, la invitación a la sociedad es comportarse ejemplarmente en este ejercicio electoral y a denunciar cualquier anomalía que afecte la convivencia en el desarrollo de las votaciones. Con el concurso de los ciudadanos y las autoridades responsables el país tendrá unas elecciones en donde se ejerza este derecho de manera libre.

Las leyes para el patrullero

El objetivo primordial de la Policía Nacional es convertirse en una institución con un modelo de evolución transformacional para ofrecer un servicio corresponsable, preventivo y de control, focalizado y diferencial que permita garantizar la convivencia y seguridad del ciudadano; por lo tanto, su visión y planeación a futuro deben ser novedosas, abiertas al cambio y coherentes con la prospectiva del país.

Dichas premisas constituyen el cuerpo principal del Proceso de Transformación Integral (PTI) que se ejecuta desde el año 2021, y se centra en crear y mejorar las condiciones para que los patrulleros cuenten con las herramientas que favorezcan su desarrollo pleno, enriquezcan su calidad de vida y la de sus familias; comprendidas como una iniciativa de gobernanza con un enfoque de buenas prácticas en materia organizacional.

Las acciones de mejoramiento se materializaron con la expedición de varias normas en el desarrollo del PTI de la Policía Nacional: crear una nueva categoría de uniformados, actualizar el estatuto disciplinario, fortalecer la seguridad ciudadana, modernizar la estructura orgánica de la Institución, y establecer beneficios salariales para sus miembros.

En cuanto a los beneficios en materia salarial, prestacional, pensional y de asignación de retiro, para los miembros de la Institución a quienes desde hace 30 años no se les realizaba un incremento significativo, se firmó los Decretos reglamentarios 668 y 669 de 2022, para garantizar mejores condiciones económicas para los policías, que redundará principalmente en el bienestar de sus familias y en un servicio público de policía de mayor calidad.

Serán cuatro los beneficios e incentivos a los cuales tendrán derecho los policías: distinciones, bonificaciones para la asistencia familiar, permanencia y excelencia policial. Las distinciones inician con un 10% hasta un 35% de sus ingresos cada seis años hasta culminar su carrera profesional (con efectos en la asignación de retiro y pensión).

La bonificación a la excelencia reconoce cada cinco años el buen comportamiento de los patrulleros de policía y del nivel ejecutivo, que no tengan sanciones y se comprometan con un buen servicio al ciudadano, esta bonificación contempla tres salarios básicos. Igualmente, con la creación de la bonificación a la asistencia familiar se exalta esta unión dándole realce al cónyuge y sus hijos, con un pago adicional hasta del 35% del salario cada dos meses.

También, pensando en la experiencia y con el deseo que los mandos ejecutivos permanezcan en la Institución, como ejemplo de liderazgo y de desarrollo policial, se ha constituido la bonificación de permanencia, la cual reconoce a los integrantes del nivel ejecutivo que cumplan tiempo para asignación de retiro, para motivarlos a continuar en la Institución en aras de seguir sirviendo a la sociedad y al país; con unos porcentajes que van desde el 10% al 40% de su salario básico. Esto a partir de enero de 2023.

Las distinciones y demás beneficios hacen parte de los logros del PTI para el fortalecimiento de la profesionalización y mejoramiento de la calidad de vida de hombres y mujeres que han escogido la profesión policial como su proyecto de vida. Leyes que son un reconocimiento en especial a la labor de más de 65 mil patrulleros y diseñadas con el propósito de incrementar el bienestar de todos los demás miembros de la Institución; como también para brindar un mejor servicio al ciudadano se demandará a los uniformados un mayor compromiso y más exigencias a sus deberes profesionales. Hoy cada policía reafirma su vocación de servicio con el país, al ser garantes de la prevención, respeto y promoción de los DDHH.