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De azul y damero

La Policía Nacional es una institución centenaria que con el transcurso del tiempo ha experimentado cambios sustanciales en la forma como presta su servicio y especialmente en la manera de interrelacionarse con la sociedad. Dichas transformaciones le han exigido a sus uniformados, constituirse en líderes de la comunidad mediante el cumplimiento con eficacia de sus labores misionales. 

Es así, como dentro del Proceso de Transformación Integral (PTI) que está adelantando la Policía Nacional en uno de sus proyectos estratégicos busca mejorar la identificación e imagen del uniformado de policía con el propósito de tener una mayor visibilidad en las calles y en su servicio, apalancada en activos funcionales y cumplir con su tarea constitucional, para obtener una mejor oferta de valor para el ciudadano.

La experiencia internacional indica que el 85% de las policías del mundo utilizan tonalidades azules en su vestimenta por tener mayor perceptibilidad al ciudadano; por lo cual, y como resultado del análisis de diversos factores para aportar en el mejoramiento de la imagen institucional y con la necesidad de alinearse a estos estándares de seguridad pública, la Policía Nacional adopta una nueva indumentaria de uniformes con este color.

El nuevo uniforme garantiza un mayor reconocimiento gracias al contraste entre la tonalidad azul, los motivos fluorescentes y la cinta damero o ajedrezada que refuerza la condición de la Institución como un cuerpo de atención, llamado a emergencias y ayuda a la comunidad. De esta manera, se optimiza la cercanía con los ciudadanos gracias a las características del cambio de imagen que permiten transmitir transparencia, empatía, cortesía, tranquilidad y confianza como pilares del PTI.

Asimismo, el uniforme posee otros elementos cuyo fin es fortalecer la integridad policial, como el nombre del funcionario, su rango y el número de placa más grande y visible en un tamaño mayor al que se venía utilizando hasta la fecha; y dispone de un código QR que facilita obtener información de cada miembro de la Policía, para escrutar su labor y denunciarlo en caso de incurrir en alguna irregularidad. 

La nueva indumentaria se encuentra alineada con la última tecnología al incorporar cámaras de cuerpo (bodycams) para grabar, registrar y comunicar en tiempo real los procedimientos que realizan los uniformados. Además, se ha reubicado la disposición de los elementos para el servicio y protección en el cinturón multipropósito. Se dotarán a los policías con componentes del servicio más dinámicos como un bastón telescópico más liviano y estandarizado que reemplazará a la antigua tonfa o bastón de mando.

De otro lado, las nuevas patrullas incorporarán el color azul y características necesarias que permitan una mayor visibilidad. Internamente, también contarán con la mejor tecnología para atender y responder ante hechos en los que se vea necesario hacer uso de los vehículos institucionales. 

El propósito principal de la Policía Nacional, más allá de un cambio con características cosméticas, es el de transitar hacia un modelo de seguridad ciudadana que mejore la funcionalidad y uso de los elementos que necesita el policía para cumplir con altos estándares de calidad su labor de vigilancia y seguridad en las calles; sumado a una profesionalización con certificación y competencias; un nuevo régimen disciplinario para garantizar justicia con procedimientos y normas claras, y un rediseño a su estructura organizacional.

Patrulleros distinguidos

El Proceso de Transformación Integral (PTI) que está ejecutando la Policía Nacional desde el año 2021, entre otros apartes, crea una nueva categoría de uniformados denominada patrulleros de policía; con el propósito de mejorar las condiciones de carrera y bienestar de los integrantes de la Institución, especialmente a los actuales patrulleros del nivel ejecutivo y a los futuros miembros de la Institución.

Cambios plasmados en la Ley 2179 del 30 de diciembre de 2021 en donde se establecen normas relacionadas con el régimen especial de carrera (ingreso, permanencia y retiro) para el personal uniformado de la Institución y se fortalece su profesionalización para mejorar el servicio público de policía; así mismo, se dispone promocionar a los patrulleros por medio de reconocimientos especiales cada seis años.

Estas distinciones se otorgarán a los patrulleros por su tiempo de servicio, buen comportamiento y profesionalización, previo cumplimiento de exigentes requisitos internos que se establecen en el PTI. Los uniformados tendrán derecho a recibir hasta cinco categorías de distinción durante su trayectoria profesional para enaltecer la labor de los miembros de la Institución.  

Reconocimiento que el Gobierno Nacional reglamentó para más de 65 mil patrulleros con el Decreto 669 de 2022, en donde se estableció sus porcentajes en materia salarial y prestacional para cada distinción. De igual forma, internamente el otorgamiento de las distinciones para el grado de patrullero de policía y del nivel ejecutivo será dispuesto mediante resolución policial expedida por el Director General de la Institución.

Este galardón especial se le realizará a la totalidad de uniformados que cuenten con el grado de patrullero y se encuentren en servicio activo, y posean para el año 2022 un tiempo de servicio mínimo en el escalafón de seis años, en esta ocasión y por una única vez se le impondrá la distinción que le corresponda según su antigüedad en la Institución.

Dentro del marco de la profesionalización de las mujeres y hombres policías, es necesario para acceder a estos méritos que a partir del momento se debe superar los cursos mandatorios establecidos por la Institución. Así, como haber aprobado la última validación de competencias policiales a cargo del Centro de Estándares de la Policía Nacional durante el período correspondiente para cada distinción, y contar con un tiempo entre cada reconocimiento de mínimo un año de servicio en cargos operativos de los procesos misionales de la Institución.

El enfoque primordial de la Policía Nacional es avanzar hacia un cambio transformacional con un modelo de servicio corresponsable, próximo, focalizado y diferencial para garantizar la convivencia y seguridad del ciudadano; mediante un norte estratégico y adoptando los cambios necesarios con un PTI que da herramientas para el mejoramiento de la calidad de vida de los integrantes de la Institución, a través de un desarrollo proyectivo y avances tangibles hacia el fortalecimiento del bienestar de su capital humano. La sociedad requiere una Policía robustecida en torno a la seguridad ciudadana para potenciar la lucha de los fenómenos de violencia y criminalidad en todas sus formas y manifestaciones. Finalmente: mujeres y hombres patrulleros con más beneficios se debe prestar un mejor servicio.

Transformación policial 2023-2026

En Colombia la violencia y la convivencia y seguridad ciudadana plantea al Gobierno Nacional y a las administraciones regionales y locales uno de sus mayores retos. Por lo que, para hacerle frente a estos desafíos, se han impulsado estrategias encaminadas a desarrollar políticas y medidas para prevenir los problemas de inseguridad, así como cambios en los lineamientos de doctrina y la estructura organizativa de la Policía Nacional.

Mediante procesos de evolución y mejora continua que son el resultado del trasegar histórico iniciado desde la misma creación de la Institución y se ha extendido a lo largo del s. XX y lo que transcurre del s. XXI. Una de las transformaciones más significativas en la Policía Nacional, es el experimentar nuevas formas de relacionamiento con la sociedad, que le ha dado legitimidad social para cumplir su misionalidad de prevenir y controlar el crimen.

Por lo cual, para la Policía Nacional en el marco de su Proceso de Transformación Integral (PTI) emprendido en el 2021 con una hoja de ruta para fortalecer la doctrina institucional, con acciones que mejorarán las condiciones personales de los uniformados desde su formación, además de establecer un plan de carrera que busca un impacto directo en el servicio público de policía. 

De tal modo, la Policía Nacional con conocimiento de las amenazas que debe enfrentar en la cotidianeidad y hacia el futuro. Tiene como prioridad promover una acción policial menos reactiva y más efectiva, al igual que más democrática y protectora de los DDHH, consolidando un servicio de policía más próximo a la comunidad, sumado a un mejoramiento a los procesos de formación e incorporación policial, la implementación de tecnologías y sistemas de información, y la adopción de mecanismos tendientes a aumentar la transparencia y la rendición de cuentas en la labor misional.

La Institución con un planteamiento estratégico al 2026 construye y diseña la gestión del cambio para la ejecución del PTI al incorporar una innovadora metodología de trabajo que integre una visión constructivista de sus miembros, y en especial al permitir la participación de la ciudadanía. Tales empeños priorizarán la cimentación asociativa con equipos de trabajo que impulsarán el PTI para responder al derrotero de robustecer la gobernabilidad, a partir de la conformación de una arquitectura para hacer frente a los nuevos horizontes en materia de seguridad y convivencia que el país requiere.

En general, para obtener unos policías eficaces y eficientes en el corto, mediano y largo plazo es necesario sentar las bases de una carrera policial desde el crecimiento del modelo corporativo, la formación policial y la cultura institucional, así, como fortalecer los componentes: estratégico, al definir las acciones que garanticen el cumplimiento de los objetivos; operacional, para implementar un nuevo modelo de servicio; y uno de gestión de capacidades, para optimizar los recursos de la Institución.

Se alcanzarán las metas propuestas gracias a la solidez de la Institución y el desarrollo de su PTI. Lo que conllevará a poseer un entorno prospectivo al contar con la existencia de policías más íntegros, comprometidos con los DDHH y dotados de alta moralidad social. La comunidad tendrá a su disposición una Policía Nacional con una mayor gobernanza enfocada a robustecer el Estado Social de Derecho. Con el adecuado liderazgo, responsabilidad y vocación de los integrantes de la Institución al interiorizar la experiencia propia, se darán pasos fundamentales para cerrar brechas estructurales y funcionales en el país.

Evaluación innovadora

Para la Policía Nacional en el marco de su Proceso de Transformación Integral es estratégica la evaluación de la trayectoria profesional, el plan de carrera y la implementación de un método de asignación de responsabilidades al interior de la Institución a través de elementos econométricos y con el diseño de un Baremo. Dicha estrategia permite detectar las fortalezas y debilidades de los uniformados de policía para hacerlos crecer profesionalmente, lo que logra mejorar la gestión en la Institución de su capital humano y el cumplimiento de la misionalidad.

La evaluación de la productividad de los policías será un procedimiento sistemático para medir, calificar e influir sobre las cualidades, comportamientos y resultados relacionados con la labor propia; con la finalidad de comprender en qué medida es productivo el uniformado, y cómo potenciar su rendimiento en el futuro. Para alcanzar este objetivo se desarrollará una metodología con un sistema de seguimiento y medición sumado al esfuerzo de toda la Institución, para aprovechar al máximo el recurso más trascendental de la entidad: sus funcionarios. 

La valoración del desempeño laboral de los uniformados de la Institución es una herramienta vital para el servicio público de policía, en la medida que admite conocer de primera mano las proyecciones en la carrera policial de sus integrantes. Estos indicadores precisan sistemáticamente, y con la mayor objetividad requerida la actuación del funcionario durante un determinado tiempo, en relación con la responsabilidad dada y su contribución al cumplimiento de los objetivos estratégicos.

Para conducir el producto de la evaluación al ámbito deseado es fundamental preparar una serie de acciones centradas en obtener la retroalimentación necesaria para evaluar al funcionario de policía, al proporcionar información de cómo ha sido su labor en los últimos cargos o en el periodo más reciente. Esto ayuda a mejorar la comunicación y a comprender las necesidades de los policías, incluso la evaluación determinará con la data recopilada quiénes están preparados para asumir nuevas responsabilidades.

Otro de los aciertos esperados es aumentar la motivación del personal uniformado en razón de exaltar los resultados de los mejores integrantes y propender para que todos los policías alcancen excelentes logros. De igual forma, se reducirá el bajo rendimiento de los uniformados que no cumplan los estándares, por cuanto los jefes inmediatos podrán identificar y ayudar aquellos que no obtengan las expectativas esperadas, al detectar sus debilidades o puntos de mejora, y se establecerán planes de formación interna o de capacitación.

Así mismo aportará para la toma de mejores decisiones sobre la administración del personal de una manera cada vez más objetiva y meritocrática, e incrementará el rendimiento de sus miembros al orientarlos al respecto de lo que se debe y no se debe hacer, para adoptar buenas prácticas, evitar los errores ya identificados y replicar infructuosamente procedimientos probados como ineficaces, o adelantar procesos exitosos en ciertos contextos, pero inaplicables en otros.

La evaluación de los méritos, afectaciones o aportes de los policías será el resultado de un proceso innovador que conducirá a la Policía Nacional a reflexionar y prepararse acertadamente para insertarse en las nuevas realidades con un sello de efectividad, autoridad y legitimidad; al medir la gestión de sus integrantes con el fin de promover la excelencia, las buenas prácticas y el mejoramiento continuo, enmarcado dentro de los lineamientos de la política institucional.

¡Valor y calma frente el peligro!

La sensación de miedo nunca descansa a lo largo de nuestra existencia y en esta época de crisis incrementa su constante acoso. Miedos que mutan en función de la cultura y de los tiempos, sirviendo para crear protección y ayudándonos a sobrevivir ante las adversidades que presenta el entorno. Hemos sufrido como especie en el proceso de la evolución el ataque de especies animales, catástrofes naturales e incluso la violencia de nuestros congéneres.

Aprender a interactuar con los peligros presentados es una fortaleza, para entender que no hay nada en la vida a lo que se le deba temer, es la oportunidad de sentir menos miedo a los cambios estructurales que se originan en la vida.

El historiador francés Jean Delumeau, nos orienta sobre la esencia para comprender los miedos actuales, a través de su libro “El miedo en Occidente”, en donde cita ejemplos acerca de la perfidia con la que el hombre ha usado esta emoción. Temores que van desde el miedo a seres demoniacos, a las plagas mortales y a las mismas pandemias, incluso a las catástrofes naturales y a la percepción de hostigamiento por la desconfianza, el temor o el repudio a las personas desconocidas. El miedo en el ser humano crea división, expresa lo peor de los individuos, por que busca lo que nos diferencia e ignora lo que nos une.

Parafraseando la carta de Maquiavelo a Francisco Vettori, reflexionamos sobre la profesión del uniformado de policía, quien después de su labor, en la oscuridad regresa tarde a casa, se despoja de su armadura verde oliva, cubierta de polvo y se cobija con el ropaje de sus seres amados.

Por esa razón, los integrantes de la Policía Nacional dejan atrás los miedos, llevan a Colombia en sus venas. Es el amigo que olvida el dolor, el frío, la soledad, la indiferencia; convencidos que en la vida lo más sublime es la oportunidad de servir con alegría y solidaridad, para proteger a todos aquellos que desde su silencio lo anhelan.

Ser policía es como lo reza el Código de Ética Policial, tener “valor y calma frente al peligro”, para poseer la serenidad y refugiarnos en la mirada de cada ciudadano, vislumbrando que en ningún momento será en vano exaltar la grandeza de ser policía mediante el sacrificio supremo, dar la vida por el Otro. No tememos al dolor, porque en el andar firme de la Institución: la guía es Dios y el servicio es para la Patria.

Parafraseando la carta de Maquiavelo a Francisco Vettori, reflexionamos sobre la profesión del uniformado de policía, quien después de su labor, en la oscuridad regresa tarde a casa, se despoja de su armadura verde oliva, cubierta de polvo y se cobija con el ropaje de sus seres amados. En el seno del hogar se nutre del alimento del amor, por el cual ha nacido y por el cual muere.

Se prepara para la siguiente jornada con generosidad olvidando todos los problemas, sin lamentarse por las dificultades, sin temor a la muerte y con ansias de entregarse por completo. Acrecentándose en el altruismo, la compasión y las acciones para el bien común. Al final, siempre existirá esperanza que esta vicisitud conducirá a un país mejor.

Participación ciudadana          

¿Quién conoce mejor los problemas de su entorno más que los propios habitantes y vecinos? Es fundamental la participación de toda la sociedad en el diseño de programas viables e integrales para la prevención del delito y promoción de la convivencia. La cooperación de la comunidad con la función policial por medio de su permanente participación en diversas prácticas de control y disuasión del delito es una forma de contribuir a generar y mantener las condiciones de tranquilidad y seguridad.

La preocupación de la convivencia y la seguridad ciudadana es un asunto que le compete a toda la sociedad. Por lo cual, ninguno de los protagonistas: autoridades político-administrativas, cuerpo de Policía, la ciudadanía en general debe excluirse de la búsqueda de soluciones holísticas, tanto preventivas como disuasivas y de control en cuanto a las problemáticas de violencia, criminalidad e inseguridad. 

Esta clase de participación debe dar solución a dos interrogantes principales: ¿Quiénes deben participar? Y ¿qué tipo de participación se espera? A partir de lo cual se puede plantear las siguientes respuestas: para la primera pregunta, esperar una participación directa de todos los ciudadanos o también por asistencia de sus líderes, y para la segunda, la participación ciudadana se lleva a cabo en la práctica de forma pasiva o por intermediación de personas que sean, por ejemplo, veedores sociales.

La participación activa de la comunidad para ser parte de la solución en el mejoramiento de la seguridad ciudadana, permitió a la Policía Nacional invitar a los habitantes en general para vincularla en la construcción del Proceso de Transformación Integral -PTI-, por medio de los diálogos “Hablemos de Policía”, en donde se recibieron fundamentales iniciativas que fueron apropiadas dentro del desarrollo programático para contribuir de manera propositiva a la implementación de la estrategia de reforma interna. 

“Hablemos de Policía” como herramienta metodológica logró la articulación entre ciudadanía y Policía Nacional. Se aportaron propuestas a desarrollar en el marco del PTI, en donde se priorizó saber lo que está pensando la sociedad acerca de la Policía; a partir de esto identificar los puntos que hacen efectiva la transformación integral que espera la comunidad, en coherencia con los datos recopilados en todo el país.

La Institución requiere la contribución de la sociedad para la elaboración de diagnósticos y la definición de necesidades específicas de seguridad de cada comunidad, como también su colaboración en el diseño de estrategias, programas y acciones, o directamente que cooperen en la ejecución e implementación de las tareas misionales, con la participación de los ciudadanos en los procesos de evaluación y seguimiento de la actividad policial y de manera puntual en la rendición de cuentas por parte de la Institución.

De esta forma, la labor articulada con la ciudadanía fue esencial para la consolidación del PTI, mediante la solidaridad social, el diálogo y el fortalecimiento de los lazos demostrados con la Institución, con ejercicios decisivos y aportes transcendentales a la hora de implementar la hoja de ruta institucional para alcanzar los objetivos trazados en la reforma policial. Con la asistencia de la comunidad se obtiene una mayor legitimidad de las acciones que realiza la Institución, desde la actividad de policía que se brinda al ciudadano.