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Internet oscuro

La web oscura es como el iceberg, en su parte visible solo se muestran los íconos de las redes sociales y la información pública en donde navega la mayoría de los usuarios, allí nuestras acciones están controladas y siempre se deja una huella digital.

Buceando en aguas más profundas observaremos el internet oscuro, en este se encuentran redes de pedofilia y hasta zoofilia, existen páginas relacionadas con violencia xenófoba, otras con tendencias al suicidio, que fomentan el acoso escolar y el tráfico de armas, las acciones terroristas y mafiosas; además el comercio de toda clase de software ilegal, entre otros. Es un mundo virtual con dificultades para rastrear su origen, en donde se puede hallar lo menos imaginado.

A 2019 existen 1.240 millones de sitios web y los publicadores de estas páginas compiten por la atención de 4.000 millones de usuarios, quienes acceden con poca ciber-cultura y ciber-seguridad, lo que causa profundos problemas. A la vez se ingresa a un submundo que es tenebroso, creándose un futuro disfuncional en su uso.

El internet oscuro se esconde detrás de la poca información brindada por los diferentes proveedores de los servicios, creando una variedad de zonas grises que favorecen a algunos usuarios, lo que abre grandes brechas digitales a quienes se usufructúan con actos delictivos en la web.

El anonimato en la dark web es su principal característica, sus usuarios y proveedores siempre ocultan su identidad, por lo que no es posible confiar en sus perfiles. Aunque posean fotos y datos, no son más que individuos no determinables.

Además los delincuentes aprovechan la falta de coordinación y cooperación estratégica que debe existir entre las naciones en materia judicial para contrarrestarlos, sumado a la constante migración del contenido que circula en la red oscura, lo que facilita el accionar del anonimato de los ciber-criminales y conlleva a que las investigaciones contra estos delitos necesiten una rigurosidad que eleva los costos judiciales.

Los adultos debemos evitar el acceso de los niños a esta parte oculta de internet

Ahora, es valioso dar una mirada a la manera en que debe ser usado el internet, conociendo su alta injerencia en esta sociedad, el cual es parte de nosotros porque se ha introducido en la cotidianeidad. Los adultos debemos evitar el acceso de los niños a esta parte oculta de internet y lo primero que necesitamos es conocer cómo opera.

Se debe mantener un diálogo sincero con los menores para informarles sobre sus peligros y sus efectos perjudiciales y como una acción adicional se necesita usar software de control parental que permita bloquear direcciones riesgosas.

No es ilegal ingresar a la dark web, aunque la gran mayoría de los productos que allí se encuentran son ilícitos. Sin embargo, la recomendación es evitar navegar por estas aguas turbias.

Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/internet-oscuro

Oración patria

Colombia es un territorio que ha forjado hombres y mujeres ejemplares, a quienes estamos en la obligación de rememorar como la expresión más sublime de un pueblo, que nació a la inmortalidad por su lucha en favor de la libertad, con centenares de héroes, próceres y mártires, hijos de una gloriosa época.

En estas fechas de itinerario histórico, se debe evocar con devoción, honor y orgullo a los próceres neogranadinos, embajadores de la creación de una nación para todos, sin distinción de razas ni de credos religiosos o políticos; y que nos perteneciera por igual. Llevamos ahora en la sangre y en el alma el destino de su legado.

Como una tradición heredada de generación en generación, los meses de julio y agosto se celebran, primero: los 209 años del “Grito de Independencia”, el cual dio origen a la firma del Acta del Cabildo Extraordinario de Santa Fe, y segundo: el Bicentenario de la Independencia de Colombia con la “Batalla de Boyacá”.

El centro de las celebraciones se enmarca con desfiles y paradas militares y policiales, por las principales calles y plazas de todas las capitales de Colombia, allí niños, mujeres, adultos mayores y familias completas vestidas con el tricolor nacional, se agolpan para observar a los héroes patrios.

…colofón de la Oración Patria: “mi ambición más grande, es la de llevar con honor el título de colombiano, y llegado el caso, morir por defenderte

Valientes que han hecho parte de la historia y en palabras de Tucídides, historiador ateniense, la concebía como la “maestra de la vida” en la que se plasma las realizaciones, los éxitos y las frustraciones del hombre.

La Policía Nacional en su ferviente deseo de preservar la historia nacional, emula el actuar de sus ilustres forjadores y rinde un homenaje de admiración y gratitud a nuestros héroes, que sin temores han alimentado el faro que por más de un siglo ha iluminado el sendero de la Institución.

Hoy contamos con una Policía más fuerte que nunca, por la unidad con la comunidad y sus autoridades, nos unen el recuerdo y la sangre de tantos patriotas que lucharon sin ambicionar la gloria, que lo arriesgaron todo con la grandeza de la humildad y la generosidad del misionero.

Así, con el tesón y la valentía de los hombres y mujeres que hicieron parte de la lucha por la independencia, quienes con denuedo inquebrantable aportaron sin igual ejemplo, hoy la Policía Nacional asume la responsabilidad histórica de continuar la tarea de construir patria.

Siempre inspirados en el noble ideal de servir y de hacerlo de la mejor forma, sin evadir los dolorosos sinsabores de la abnegación y sin esperar recompensa alguna.

Nuestros policías están dispuestos en aras del mandato constitucional y del juramento hecho ante Dios y toda la nación, como en el colofón de la Oración Patria: “mi ambición más grande, es la de llevar con honor el título de colombiano, y llegado el caso, morir por defenderte”.

Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/oracin-patria

Álbum mental

La historia de la humanidad esta atada a millones de recuerdos. Por naturaleza los hombres poseen inquietud por el recuerdo y desde la antigüedad, los grandes personajes y hasta los más humildes, han buscado la forma de trascender a la historia para dejar constancia de su legado. 

El ser humano anhela que se mencione su nombre, ya que piensa que en el momento que no se haga surge en el imaginario que se dejará de existir, se perderá su recuerdo y se olvidará su huella en este mundo.

En definitiva, somos nuestra historia y el álbum mental de nuestro pasado, la suma de recuerdos que hemos acumulado a lo largo de la vida, eso, es lo que nos hace únicos y nos da verdadera identidad. 

Lo fundamental de los recuerdos son las emociones asociadas a estos, generando una serie de experiencias de vida. Los recuerdos con un alto contenido emocional como el miedo, el odio, la tristeza o la felicidad y también aquellos que están asociados con algún dolor, sonido o sabor, son los que más perdurarán en la memoria.

Nuestra mente es selectiva y valora más el aprendizaje que logramos extraer de nuestros recuerdos, que incluso de otras enseñanzas, esto nos ayuda a preferir entre las acciones que nos hicieron sentir bien y las que nos hicieron sentir mal. Esto es precisamente lo que permite que se aprenda de nuestras vivencias y nos orienten en la toma de decisiones. 

Parafraseando a Gabriel García Márquez, encontramos la profundidad de nuestras remembranzas: la vida no es la que uno vive, sino la que se recuerda y cómo se recuerda para contarla

Sin el viaje mental que nos proporciona la memoria, no seríamos conscientes de nuestra historia personal y colectiva. Los buenos recuerdos deben ser empleados para generar vínculos con la vivencia propia, porque estos poseen el potencial de cargar de coraje la vida, somos lo que somos gracias a lo que hemos experimentado.

Lo que nos indica que la solución de los problemas de la vida cotidiana, se encuentra dentro de nuestro espíritu en el baúl de las experiencias. De esta forma aprenderemos a ser más asertivos usando los recuerdos de los momentos en los que hemos actuado con confianza y responsabilidad.

La historia es la memoria del mundo y en los recuerdos sobrevive la humanidad, conformando el relato de los pueblos. No se debe permitir que en esta nueva sociedad se pierda el recuerdo, el cual se debe conservar como la cultura del hombre.

La memoria es la transmisión de un conocimiento para el futuro, esto hace que las personas sean en realidad seres humanos. Parafraseando a Gabriel García Márquez, encontramos la profundidad de nuestras remembranzas: la vida no es la que uno vive, sino la que se recuerda y cómo se recuerda para contarla.

Por tanto, algunos hechos son tan contundentes que nunca se borran, ¿recordamos ese obsequio sorpresa que algún día nos dio un ser amado? O ¿mencionemos que actividad realizábamos el día del atentado a las Torres Gemelas?

Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/lbum-mental

Ciudadanos digitales

Las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, TIC, transformaron la vida posmoderna, originando una “sociedad en red” en donde su capital clave del desarrollo social, económico y político es el acceso a la información, para convertirla en conocimiento y ser empleada por diferentes usuarios para la toma de decisiones.

En la actualidad el internet se ha masificado por la diversificación de equipos portátiles, ampliación de redes, entre otros aspectos, facilitando la interacción de las personas. Generando una serie de desafíos en los sistemas educativos del país para enseñar a vivir en esta sociedad de la información.

Sin duda alguna, la tecnología seguirá evolucionando en los próximos años, conformándose un ecosistema digital. Por tal razón, en este siglo XXI no se debe desatender la educación digital, así lo interpretamos de las palabras del filósofo austriaco Wittgenstein cuando recomendaba “los límites de la lengua deben imponer los límites del mundo”.

Lo que nos debe indicar que es necesario promover una mejor interacción y comunicación entre las personas que habitan este planeta en línea, para no continuar con la división entre el mundo digital y el físico, los cuales se encuentran conectados en todos los niveles y las acciones presentadas en uno tiene enormes consecuencias en lo que ocurre en el otro.

Debemos garantizar que el ciber-ciudadano construya un horizonte moral para navegar por la red virtual

Todos los individuos deben adquirir las habilidades digitales indispensables para obtener el mejor provecho de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, para ingresar a esta nueva sociedad digital e implicarse activamente en ella y convertirse en ciudadanos digitales. Lo que busca como resultado fortalecer a las personas para cultivar los beneficios de la tecnología de una forma segura y eficiente.

Además, debemos garantizar que el ciber-ciudadano construya un horizonte moral para navegar por la red virtual, inculcándole valores como el respeto, la disciplina, la libertad y la dignidad humana, lo que ayudará a dotarlos de insumos para su vida en línea con un comportamiento apropiado y responsable.

Finalmente, se debe comprender que la web no solo es una red de computadores conectados, sino que detrás de cada dispositivo se encuentran personas de diversas características, y existe la necesidad de formarlas y empoderarlas como ciudadanos digitales en esta sociedad, que coloca al centro el internet y sus tecnologías asociadas.

Si queremos que los ciudadanos vivan en una sociedad digital caracterizada por la democracia, la inclusión y la tolerancia, ahora es el mejor momento de iniciar su formación.

Es también imprescindible establecer medidas para la enseñanza y protección de los niños, niñas y adolescentes, ya que como en el mundo real, es fundamental ofrecerles medidas que orienten su actuación virtual.

Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/ciudadanos-digitales

Menos crí­ticos

La gran mayoría de niños alrededor del mundo observan a las personas adultas como un referente a seguir, especialmente a sus padres quienes se convierten en sus superhéroes. Seres que son capaces de hacer cosas realmente increíbles por sus hijos para protegerlos de todas las adversidades; a su lado, no hay fantasmas ni peligros que les acechen.

Por tal motivo desde el instante en que se decide ser padres es imprescindible pensar cómo nos gustaría educar a nuestros hijos.

Superhéroes o no, lo que necesitan los niños es una serie de figuras de referencia que les ayuden a orientar sus decisiones, mientras ellos ganan experiencia para tomarlas por sí mismos. Para que los menores consideren a los adultos como un modelo a seguir, lo primero que se debe tener en claro es que ningún adulto es un superhéroe.

En un principio, las personas adultas pueden engañar a los niños, pero después poco a poco ellos se darán cuenta de la verdad, lo que logra como respuesta que se desencanten del entorno familiar y pierdan la confianza que han depositado en los adultos.

Es necesario comprender que deben prevalecer los modelos de referencia para estas pequeñas personas en instrucción, y no tanto de críticos que les recalquen sus debilidades y que no se percaten de sus fortalezas y las oportunidades que poseen.

La gran mayoría de niños alrededor del mundo observan a las personas adultas como un referente a seguir, especialmente a sus padres quienes se convierten en sus superhéroes

De tal manera, debemos persistir cada día en ser un modelo positivo para ellos, para que crezcan con más fortaleza interior, mayor sensibilidad y libres de prejuicios. Siendo congruentes en las acciones que mostramos y recalcando que primero que todo somos humanos, así en su vida adulta no tendrán que descubrir cómo se rompe mito alguno.

La mejor lección de vida para los menores, es que observen la solidaridad de sus padres hacia a la sociedad y motivar que los niños se involucren en actividades altruistas. Es necesario como adultos, conversar con ellos acerca de los diferentes problemas éticos que se les presentarán a lo largo de la vida, para que sepan cómo afrontarlos y guiarlos en las soluciones más idóneas.

Además, para inculcar el valor del respeto, los adultos que rodean a los infantes deben aplicarlo en su trato a los demás, y por supuesto con los mismos menores, escuchando sus inquietudes y aceptando nuestros propios errores.

Los niños no nacen buenos ni malos y nunca debemos rendirnos en la responsabilidad de su formación, especialmente desde el hogar. Es tarea de los adultos ayudar a que se conviertan en seres respetuosos y responsables para sus comunidades y dispuestos al servicio de los demás y lo fundamental es que sean buenos ciudadanos.

De esta forma les brindaremos a los niños herramientas para desarrollar empatía, que les permita obtener como resultado que sean personas más felices y que ayuden a ser felices a sus congéneres.

Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/menos-crticos

Anomia social

Entre la ciudadanía, es frecuente encontrar comportamientos, individuales y colectivos, que expresan la percepción de agobio en el que se encuentran. La alteración en la convivencia ciudadana les impide tener o conservar un mínimo de tranquilidad, por lo que demandan y cuestionan un mejor desempeño del Estado. 

La comunidad, muchas veces, pasa por alto que el entorno violento e inseguro, no es solo responsabilidad de las autoridades, sino que existen otros factores, inmersos en las manifestaciones culturales y sociales, que sumados a la apatía social y a la falta de valores, de una u otra forma contribuyen a la generación y mantenimiento de situaciones desencadenantes de intolerancia, violencia e inseguridad.

Émile Durkheim (1893) sociólogo y filósofo francés estableció el concepto de anomia, como los aspectos de la vida cotidiana en el cual las leyes han perdido su fuerza para regular e integrar a los individuos, dando origen a un sentimiento de resistencia hacia el orden establecido por parte del conglomerado social.

La convivencia ciudadana en Colombia padece de esta enfermedad social, ya que no se ha logrado la satisfacción total de las necesidades básicas para vivir de forma incluyente y aceptable. La anomia genera una fractura entre los fines que la sociedad establece como ideales y los medios que se deben proporcionar a sus asociados para alcanzarlos.

El olvido de las reglas sociales de convivencia traduce a la ruptura del contrato social y al vivir bajo expresiones como el “todo vale” o “el vivo vive del bobo”

Actitudes como el cruzar la calle por fuera de la cebra, colarse en el transporte público y ocupar en este indebidamente los espacios reservados o arrojar basura en lugares no destinados para su recolección, son tan solo una muestra de la falta de civismo que se presenta en el día a día en nuestra sociedad.

Actividades que primordialmente se focalizan en ambientes deteriorados o zonas marginales de las ciudades que facilitan el desconocimiento de las normas; por ejemplo el desaparecido “Bronx” en la ciudad de Bogotá era uno de los mayores centros de transgresión del orden social en Colombia.

La anomia, recurrente en Colombia, es de por sí una expresión del conflicto normativo con el que se vive. El olvido de las reglas sociales de convivencia traduce a la ruptura del contrato social y al vivir bajo expresiones como el “todo vale” o “el vivo vive del bobo”.

El ciudadano por su parte, debe comprender que actitudes como la indisciplina social, la ilegalidad, entre otros, son factores facilitadores de espacios anómicos y que solo asumiendo su responsabilidad como agente de la comunidad, es posible la edificación de ambientes sociales sanos con la participación de todos.

En este sentido, ¿Qué iniciativas sobre construcción de civilidad hemos propuesto? Y ¿Qué conductas individuales y colectivas debemos modificar? Son asuntos interesantes para discutir.

Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/anomia-social