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Caso israelí

Ser voluntario es estar atento a los requerimientos de una comunidad y convertirse en líder para satisfacer sus necesidades. Es una opción valiosa para involucrarse como buen ciudadano en los desafíos sociales que posee nuestro entorno y el territorio, transformando su ambiente y ciclo vital, beneficiando a toda la población e incrementando la esperanza, el sentimiento de solidaridad, la reciprocidad entre iguales y generando oportunidades de participación.

El voluntariado contribuye a movilizar toda la sociedad civil y las organizaciones estatales para que aporten a la solución de sus problemas.

El voluntarismo en el Estado de Israel es considerado el resultado de un esfuerzo de miles de ciudadanos, digno de ser difundido en nuestro país como un estudio de caso exitoso para el “activismo social”. Incluso, existe en Israel una entidad gubernamental denominada el Consejo Nacional del Voluntarismo como la encargada de coordinar todo el ahínco de los voluntariados, financiado por la oficina del Primer Ministro, compuesto por los representantes de las organizaciones voluntarias, ministerios y organismos de gobierno, la academia y la comunidad en general.

Es así, que es tan arraigado el concepto del voluntarismo en Israel que el problema del rechazo al voluntario por parte de las personas, conocido en otros países, casi no se presenta allí.

El voluntarismo en el Estado de Israel es considerado el resultado de un esfuerzo de miles de ciudadanos

En los inicios de la historia de Israel, se requirió de ingentes esfuerzos de activistas sociales por sus innumerables necesidades, desde entonces, un tercio de los habitantes adultos de su país son voluntarios, quienes se involucran en una variedad de ámbitos sociales que brindan apoyo a la comunidad.

Entre otros voluntariados, hoy cuentan con una Guardia Civil creada por la Policía de Israel con alrededor de 50.000 integrantes, cooperando en patrullajes urbanos, control del tránsito, trabajos de rescate, prevención de la delincuencia juvenil y en programas de participación ciudadana, además en grupos de atención a problemas sociales como drogadicción, maltrato a la mujer y a la niñez y en conservación del medio ambiente.

Por medio del voluntariado y usando todos los medios disponibles al servicio comunal, los obstaculos de la actual sociedad sin duda se presentarán como salvables. El poseer un grupo de ciudadanos que de manera voluntaria ofrezca sus habilidades y experticia para que sirvan al beneficio común, forjará ambientes más propicios para una promoción de cultura ciudadana y un desarrollo cooperativo como factor de éxito, trabajando mancomunadamente con las administraciones locales, el sector empresarial y la sociedad civil con el fin de crear procesos de gobernanza más participativos e incluyentes. El voluntarismo en Israel definitivamente es un ejemplo a seguir.

Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/caso-israel

Mujer policí­a en el conflicto

En Colombia la principal víctima de la guerra tiene rostro de mujer. Las mujeres en la mayoría de las circunstancias sufren la peor parte de las consecuencias de los conflictos armados. En estas cinco décadas, la violencia contra las mujeres en el conflicto armado colombiano se ha visibilizado aún más, quienes han estado sujetas a abuso sexual, amenazas, señalamientos, secuestros, control social, desplazamiento forzado y a todo tipo de acciones violentas por causa de su cultura, sus ideales políticos, por la posesión del territorio o por el hecho de defender y solicitar el cumplimiento de sus derechos y usualmente, tan solo por ser mujer.

El ingreso de la mujer a la Policía Nacional de Colombia, se constituyó en una realidad que transformó el paradigma social en cuanto a los roles de género que debían asumir los hombres y las mujeres en la sociedad colombiana. La mujer policía posee entrenamiento y capacitación igual al de sus compañeros varones, se encuentra incluida en actividades de gran complejidad en todas las especialidades del servicio de la Institución.

Estas colombianas han demostrado que no solo han sido víctimas, sino también líderes

Cumple enormes responsabilidades en el nivel investigativo y en el liderazgo de la alta dirección, siempre con una mejor disposición para el servicio de policía por su instinto de madre de familia. Han ganado estos espacios gracias a sus dotes naturales de valentía, organización, inteligencia y sabiduría, para salvaguardar el cumplimiento de la misión constitucional de asegurar que los habitantes de Colombia convivamos en paz y tranquilidad.

En el país, según las cifras del Registro Único de Víctimas (RUV), 4´212.278 mujeres han sido víctimas del conflicto armado, entre ellas 1.857 mujeres policías. La violencia generalizada ha hundido sus raíces mediante una prolongada y confusa red de confrontaciones y desacuerdos; con un sinnúmero de relatos de mujeres policías, quienes con su valentía han sido constructoras del devenir nacional y sus experiencias han cimentado su rol como partícipe en la resolución del conflicto armado interno, como protagonistas para encarar los fenómenos de orden público y las acciones derivadas de la criminalidad, la insurgencia y el narcotráfico.

A pesar de la violencia cometida contra la mujer policía y el sufrimiento que se ha marcado en su cuerpo y su alma, estas colombianas han demostrado que no solo han sido víctimas, sino también líderes de cambio por la lucha de la justicia, constructoras del tejido social para lograr un país promisorio, protagonistas de la historia de la nación y servidoras en una Institución que se sigue transformando y modernizando para aportar cada día al mejoramiento de las condiciones de vida de la población colombiana, en un proceso de resiliencia de miles de mujeres.

Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/mujer-polica-en-el-conflicto

Terapia multisistémica

La delincuencia juvenil comienza a manifestarse entre los 8 y los 14 años, logra su cumbre entre los 15 y los 19 y termina progresivamente entre los 20 y los 29. Adicionalmente las cifras del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC), nos indica que el 38% de la población de sus 135 centros penitenciarios en seis regionales, son jóvenes de 18 a 29 años de edad.

De la misma manera las cifras emitidas por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), mediante el Sistema de Responsabilidad Penal en Colombia, informa que desde su implementación en el año 2007, hasta junio del año 2017 se registra un total de 233.055 ingresos de menores.

La adolescencia es el periodo de la existencia con mayor potencial y también donde se presentan los más altos riesgos. En esta etapa los jóvenes sientan las bases de todo su desarrollo para el futuro y obtienen la capacidad de razonamiento y argumentación entre el amor y el odio. Se generan habilidades para explorar su individualidad, reconocer sus sentimientos y regular sus emociones.

Las ciencias del comportamiento pueden aportar para reducir el delito

En el momento de presentarse escenarios marcados por el abuso, la falta de atención por padres y custodios, sumado a la desigualdad y la vulnerabilidad social, la pobreza y la exclusión del sistema educativo, se multiplican los factores para que se origine un comportamiento antisocial que conlleve a tomarse decisiones erróneas como el iniciar a delinquir.

En algunos países de la región se implementa la terapia multisistémica como un tratamiento intensivo que aborda de manera integral los problemas conductuales asociados a transgresiones y factores de riesgo de reincidencia delictual, que buscan incidir en la integración social de los jóvenes y evitar que se conviertan en potenciales delincuentes; empoderando y orientando principalmente a sus padres o cuidadores, hermanos, amigos y profesores, para favorecer conductas prosociales en el joven, junto con el desarrollo de capacidades protectoras y competencias parentales en la familia.

Este programa sirve como ejemplo, demostrando que el uso de las ciencias del comportamiento puede aportar para reducir el delito. En los territorios donde se ha implementado se ha intervenido grupos de jóvenes de bajos recursos mediante actividades que contienen elementos de terapias cognitivo-conductuales, las cuales brindan una oportunidad para crear opciones económicas y eficientes en comparación a los altos costos de la criminalidad juvenil.

Finalmente, las ciencias del comportamiento han demostrado ser exitosas para la reducción de la violencia y su aplicación en Latinoamérica resulta más que promisoria. El triunfo de este proyecto depende del compromiso y el aporte de los distintos niveles del Estado, la academia y desde luego la sociedad civil.

Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/terapia-multisistmica

Ciudad en la ciudad

El arquitecto francés Le Corbusier, definía la ciudad como “un instrumento de trabajo y una creación de imágenes poderosas que transforma el espíritu” y así ha sido desde el inicio de las civilizaciones en la antigua Mesopotamia, en Egipto y en China, donde a través de la construcción del conocimiento, la ciudad se ha convertido en la obra cumbre del hombre, reuniendo los diferentes conceptos de la humanidad, concediéndole a la ciudadanía un status de reconocimiento social al acumular y aprovechar la experiencia en la formación del hombre y su pertenencia a una comunidad, al punto que bajo la tutela de la ciudad se ha logrado obtener un gran impacto en la evolución de la vida y en la civilización mundial en general.

Las ciudades son étnicas y culturalmente diversas, en la mayoría de estas se pueden encontrar sinnúmero de urbes, algunas visibles y otras invisibles, mediante variadas formas de imaginar la ciudad, producidas todas ellas en la heterogeneidad y en la diferencia del territorio.

Como residentes de la ciudad nos apropiamos de sus espacios: casas, parques y calles, los cuales conocemos no solamente al ser recorridos en los medios de transporte, que en definitiva limita el conocimiento, sino por la manera más valiosa como lo son: los relatos y las imágenes que visibilizan lo invisible.

El crecimiento exponencial de las ciudades ha transformado la urbe mediante sus proyecciones simbólicas

Las ciudades han sido transformadas por los medios de comunicación: el diario, la radio, el cine, la televisión y la misma literatura urbana. En el siglo XXI la relación entre ciudades y la comunicación es profundamente estrecha y sus diferentes actuaciones han encontrado múltiples formas de narrar la ciudad.

Acto seguido, los medios de comunicación han sido testigos del desarrollo y crecimiento de las urbes, y sus relatos han permitido también imaginarnos centros urbanos en la ciudad relacionados con las experiencias brindadas por las comunicaciones y sus informaciones. La ciudad en la ciudad es un fenómeno asociado con los conceptos anteriores, que ha permitido su rápido desarrollo e incremento.

El crecimiento exponencial de las ciudades ha transformado la urbe mediante sus proyecciones simbólicas y culturales, lo que permite evadirse de las ciudades homogéneas, grises y frías, habitadas en grandes núcleos de cemento industrial y de ladrillo a la vista. Nuestra ciudad es, de cierto modo incomprensible y fantástica, tan imperceptible como las “Ciudades invisibles” de Italo Calvino, aunque cada vez menos poética o evocativa.

La ciudad es un punto de encuentro de memorias en una naciente geografía, con su paisaje urbano construído con narrativas y con el aprovechamiento de la arquitectura de las redes sociales donde con la suma de la memoria, los deseos y los signos del lenguaje urbano, todos tendremos cabida.

Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/ciudad-en-la-ciudad

Ingeniería social

El ser humano es el elemento más valioso en las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) y también es el eslabón más vulnerable en aspectos relacionados con mantener la seguridad informática. Sin las habilidades adecuadas, la mayoría de nosotros no reconoceríamos las artimañas de un ingeniero social, quienes usan el engaño para obtener información de las personas y de las empresas.

Para el 2020 y con más de 21.000 millones de dispositivos conectados, los ataques informáticos enfocados en la ingeniería social cada día se incrementarán para centrarse en explotar la confianza del usuario y lograr la infiltración a las personas y sus organizaciones.

La ingeniería social es principalmente la forma de obtener acceso a la infraestructura física y a sus sistemas informáticos para sustraer datos privilegiados, por medio de la manipulación de la psique humana aprovechando el miedo y su curiosidad, mejor entendido como la acción de hackear a las personas y las empresas, irrumpiendo en sus instalaciones y a sus sistemas de seguridad informáticos sin generar necesariamente un daño real.

Como amenaza siempre ha existido desde el origen de la misma humanidad y se manifiesta en todos los ámbitos de la vida, con una mezcla de habilidad y el uso de argucias de persuasión contribuyendo al aumento del ciberriesgo.

Para lograr una cultura de ciberseguridad es necesario gestionar el riesgo asociado a las incidencias humanas

El impacto de los ciberataques en la región alcanza los 90 mil millones de dólares en pérdidas anuales para las organizaciones, mediante cerca de 54.000 incidentes de seguridad, 2.216 violaciones de datos y afectando 65 países alrededor del mundo, según el estudio “Tendencias en ciberseguridad: DDoS en Latinoamérica”.

Indicándonos que el 50% de las corporaciones son y han sido víctimas de la ingeniería social. Ataques que comprometen los bienes de la empresa, la operación comercial, generan fuga de clientes, disminución en sus ganancias y deterioro de la imagen corporativa.

Infortunadamente el ser humano desarrolla una limitada capacidad para dar cumplimiento a los requisitos mínimos de seguridad en su lugar de trabajo. Para lograr una cultura de ciberseguridad es necesario gestionar el riesgo asociado a las incidencias humanas, al mismo tiempo es indispensable adoptar el uso de nuevas tecnologías por parte de las organizaciones.

Sin embargo, aunque las herramientas tecnológicas son útiles para la administración de la seguridad de la información y se hacen grandes inversiones adquiriendo software como antivirus, firewalls, antispam, entre otros, estos productos se deben complementar con la capacitación del talento humano, para lograr que los empleados puedan detectar los posibles ciberataques, protegiendo uno de los activos más importantes de las organizaciones, la información.

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Barrios seguros

Las nuevas dinámicas delincuenciales en América Latina y el Caribe enfrentan grandes retos para atender la seguridad de su población. De acuerdo con el más reciente Informe Regional de Desarrollo Humano, somos el único territorio del mundo en donde el homicidio es la principal causa externa de muerte; en la primera década del siglo XXI se presentó un millón de asesinatos. Obteniendo la denominación como la región más violenta del planeta.

Adicionalmente fenómenos como el hurto con el empleo de violencia se ha multiplicado en diferentes paises de la región. La presencia del tráfico local de estupefacientes, ha transformado las ciudades hasta convertir el consumo de drogas en una epidemia.

Las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones y el “internet de las cosas” ha sofisticado la forma tradicional de robar dinero.

Ante esta situación, el gobierno de la ciudad debe dedicar valiosos recursos humanos y financieros para combatir la delincuencia, con estrategias diferenciales ya que el delito no es casual y no se presenta en todo el territorio y sus características pueden acrecentar o prevenir la criminalidad.

En el estudio sobre crimen en el Caribe “Restaurando el Paraíso en el Caribe: Combatiendo la Violencia con Números”, encontramos que los delitos ocurren principalmente dentro del barrio de las víctimas, cerca de un 66% de los casos.

El gobierno de la ciudad debe dedicar valiosos recursos humanos y financieros para combatir la delincuencia

Se debe entonces preguntar cuáles son las características de estos barrios y no es sorpresa descubrir que en ellos se carece de un plan de ordenamiento territorial con un crecimiento desbordado sumado a la acumulación de desechos, vandalismo a lo público e infraestructuras abandonadas.

Igualmente, el hecho delictivo se encuentra concentrado en determinados segmentos de vía o puntos calientes dentro de los barrios. El análisis de las cifras estadísticas, nos indica que el 50% de los crímenes ocurren en el 4% al 7% de los segmentos de vía.

¿Cómo se debe actuar? Generando iniciativas de control y prevención en áreas específicas donde el crimen ocurre, adicionalmente en espacios con baja integración y alta indisciplina social. Emplear los sistemas de información geográfica para recrear mapas de calor y aplicando vigilancia policial en los puntos críticos donde el delito está concentrado mediante el incremento de acciones focalizadas, así como el despliegue de programas de participación ciudadana orientados a atender la problemática social.

Las autoridades locales deben identificar las áreas donde hay un déficit de cooperación social, para diseñar intervenciones que intensifiquen la voluntad de los vecinos de aportar a la construcción de soluciones en respuesta a los problemas sociales para mejorar la confianza, el sentido de responsabilidad y solidaridad de la comunidad.

Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/barrios-seguros