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Doble moral

Se ha suscitado un debate por los hechos presentados en Bogotá en la doceava localidad “Barrios Unidos”, en donde varios integrantes de la Policía Nacional de todos los colombianos, realizaron comparendos e impusieron medidas correctivas a cinco ciudadanos quienes se encontraban generando un uso incorrecto del espacio público.

Es conveniente resaltar que estos uniformados practicaban un procedimiento de control de lugares públicos, en cumplimiento a un fallo de tutela contra la alcaldía local, presentada por la misma comunidad del sector, en donde solicitaban con urgencia el retiro de los puestos de ventas ambulantes ubicados en varios puntos de esta localidad.

Los uniformados siguieron con respeto los protocolos estandarizados que posee la Institución y realizaron el procedimiento legal al vendedor involucrado en la tutela; en ese momento cinco ciudadanos propician la invasión de los entornos públicos al favorecer la actividad prohibida, quienes fueron advertidos por los policías y les solicitan que se abstengan de realizar la acción, teniendo en cuenta que este hecho “promueve o facilita el uso indebido del espacio público”, de acuerdo con el artículo 140, numeral 6 de la Ley 1801 de 2016, Código Nacional de Policía y Convivencia.

Luego de la indicación, estos ciudadanos hacen caso omiso y realizan la adquisición de los productos, por lo tanto los policías deben aplicar las órdenes de comparendo correspondientes de acuerdo con lo dispuesto en el Código Nacional de Policía y Convivencia, de la misma manera al sujeto que estaba realizando la venta ambulante, se le efectúa una orden de comparendo por “ocupar el espacio público en contra de las normas vigentes”, de conformidad con el articulo 140, numeral 4 y se le solicita que se retire del lugar.

Cada sociedad posee una serie de normas de comportamiento que ayuda a sus individuos a distinguir lo bueno de lo malo

Se desinforma a la comunidad en general, cuando se manifiesta que la Policía Nacional impone multas, esto no es real, tan solo imparte la orden de comparendo de acuerdo con los comportamientos contrarios a la convivencia evidenciados, con el fin que el ciudadano acuda ante un inspector de policía, quien es la autoridad competente, para analizar si se sanciona o no con la medida correctiva de multa.

Cada sociedad posee una serie de normas de comportamiento que ayuda a sus individuos a distinguir lo bueno de lo malo, lo legal de lo ilegal y lo correcto de lo incorrecto y cuando aceptamos estos conceptos pero hacemos exactamente lo contrario, es allí cuando se configura lo que se conoce como doble moral.

Entonces para que el contrato social se ajuste a la realidad, nuestras palabras y acciones deben coincidir. Es imprenscindible mantener la coherencia entre el planteamiento teórico de la ética y la vida para ser un ciudadano íntegro.

Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/doble-moral

Derecho a la ciudad

Al principio nuestros antepasados eran cazadores y recolectores, quienes permanecían en las tierras más prósperas hasta agotar las existencias de alimentos. Fue solo hasta hace 10.000 años que esos hombres primitivos iniciaron los procesos de selección artificial y técnicas de agricultura primaria, logrando el conocimiento de cómo cultivar su propia comida, desarrollándose así los primeros asentamientos de forma semi-permanente.

Después, hace 5.000 años crearon las técnicas de irrigación y de rotación de cultivos y las personas pudieron confiar en una cadena a largo plazo de producción que sumado a la especialización del comercio en general, originó el concepto de ciudad.

Las ciudades y desde luego la forma de vivir en estas, constituye uno de los grandes hitos de investigación durante el siglo XXI. La ciudad es más significativa en la actualidad que en cualquier otra época de la historia. En el siglo XX las urbes sufrieron una enorme y desordenada expansión, en la mitad del presente siglo cerca del 70% de las personas vivirá en centros poblados en donde la calidad de la vida urbana debe ser una prioridad.

El crecimiento de las ciudades es “irreversible”, acarreando inmensos desafíos a sus gobernantes, quienes con el concurso de sus habitantes deben propender para que perduren como lugares de desarrollo cultural, de iniciativa y de emprendimiento ofreciendo opciones de movilidad social.

Las ciudades y desde luego la forma de vivir en estas, constituye uno de los grandes hitos de investigación durante el siglo XXI

La ciudad debe prepararse para permitir el derecho a la vida urbana, como una opción para obtener espacios renovados de encuentro y de cambio al pulso de vida diario. El cohabitar en ciudad se debe concebir como un derecho colectivo que apuesta a que las personas gocen de una urbe incluyente, en donde todos puedan acceder a los servicios y se ejerza la ciudadanía sin exclusión por posición económica, social, de género u otra, lo que debe otorgar a sus pobladores legitimidad de acción y de organización para demandar el pleno ejercicio del derecho a la libre autodeterminación y a niveles de vida óptimos.

El modo de vivir urbano establece el vínculo con nuestros congéneres y con el territorio, promoviendo el derecho a la ciudad como un enfoque sobre la forma de mejorar la calidad de vida de la población y un mecanismo de protección en la promoción, respeto, defensa y realización de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales, culturales y ambientales que deben ser garantizados en los instrumentos de gobierno locales.

Es necesario contar siempre con una contrapartida para el desarrollo de la ciudadanía, exigiéndonos primero el cumplimiento de las diferentes responsabilidades y deberes que se poseen, como forma de impulsar la justa distribución de los beneficios resultantes del proceso de urbanización.

Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/derecho-a-la-ciudad

Mito de la caverna

Al inicio de esta semana los medios de comunicación informaban de un lamentable hecho acontecido en zona rural al noroccidente de Colombia, en donde un individuo en un establecimiento de comercio, después de una discusión con la madre de un niño de tres años, termina con la vida del menor causándole una herida en el cuello con un machete.

Este es tan solo uno de los eventos de violencia en 2019, el año anterior se presentaron según las estadísticas 3.500 homicidios y 119.000 lesionados en casos de riña en el país.

La tolerancia solo es posible cuando aceptamos que la verdad no es unívoca sino plural y que no existe una verdad absoluta, ni depositarios ni guardianes del conocimiento general, que se encuentre controlado por ninguna institución bien sea una iglesia, un grupo político, una etnia, una cultura, un país o un colectivo de opinión pública.

Surge entonces el fenómeno de la intolerancia cuando dentro de una cultura se busca defender los parámetros que les da su propia identidad, mediante reacciones hostiles y suspicacias ante el “diferente”, al extranjero o al “otro”, descalificando a estos en el momento de no alinearse a sus propias costumbres u opiniones porque ve en ellos un peligro y como arma de protección se recurre al prejuicio y al estigma.

Para salir de la caverna se debe trabajar en desmantelar los propios prejuicios, con un análisis racional, donde se identifiquen las barreras que se edifican en contra del diferente

Hoy uso como alegoría el “mito de la caverna” de Platón en el cual se pone de manifiesto la relación del hombre con el aferrarse a las costumbres, opiniones, prejuicios y falsas creencias, para entender cómo en este mundo de conceptos y de experiencias la realidad y el sentido de la vida se desdibuja y se construye una serie de imaginarios sociales, que imposibilitan la probabilidad de autodirigirse y crear sus propias ideas, convirtiéndose el comportamiento violento en parte de la vida cotidiana, lo que conlleva a las personas a vivir con temor a ser amenazado, golpeado, desterrado de su hogar e, incluso, asesinado.

Para salir de la caverna se debe trabajar en desmantelar los propios prejuicios, con un análisis racional, donde se identifiquen las barreras que se edifican en contra del diferente; se deben diseñar procesos comunicacionales y de diálogo para compartir adecuadamente con las personas que consideramos poseen ideas contrarias a las nuestras; debemos permitir los espacios para comprender y reconocer la razón del otro, evitar en las interacciones sociales el anular la comunicación con el interlocutor, tratar de reducirlo y pretender integrarlo a nuestro pensamiento.

Siempre se debe construir juntos, a partir de lo nuestro y de aquello que se considere valioso en la diferencia. Fundamental abrirnos con una actitud solidaria a nuestros congéneres, lo que debe implicar establecer como mías sus necesidades y colaborar para satisfacer las del otro.

Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/mito-de-la-caverna

Acoso escolar

En este inicio de año escolar se encuentran matriculados en los diferentes colegios del país más de 6 millones de estudiantes y aún incluso siguen disponibles 4 millones de cupos en las instituciones educativas del territorio nacional.

Un cuerpo estudiantil que busca en la educación la motivación para trabajar en pro de la construcción de una Colombia que soportada en la excelencia académica desea surgir con equidad, fortaleciendo sus conocimientos y sus habilidades, como poderosa herramienta para lograr mejores oportunidades y una amplia movilidad social.

Sin embargo, en la vida diaria encontramos un sinnúmero de conflictos, los cuales han transformado la interacción con las personas generando las condiciones para llegar a la violencia y en el ambiente académico especialmente, emergen agresiones entre iguales con evidencia de una expansión a más territorios y en distintas edades, masificadas en la actualidad por los medios de comunicación y las redes sociales.

La definición del acoso psicológico o acoso escolar y hoy día conocido como bullying se ha venido construyendo durante los últimos treinta años para incluirlo dentro de una gama amplia de conductas de victimización y variadas prácticas de abusos escolares.

Desde el hogar es necesario generar en los niños herramientas mediante el afecto y el reconocimiento de sus conductas positivas para que posean una alta autoestima

Regularmente los victimarios se originan en ambientes familiares con serias dificultades para educar a sus hijos en el respeto, los límites y el cumplimiento de normas. Habitualmente estas familias combinan una permisividad excesiva en torno a conductas inadecuadas y antisociales, con el uso del castigo físico y el maltrato emocional para afirmar la autoridad familiar.

Lo anterior crea menores que no desarrollan sentimientos de empatía, sumado a la ausencia de altruismo, compasión, niños con una baja autoestima y con pérdida de tolerancia hacia las diferencias con el otro, causando en ellos comportamientos hostiles y agresivos con su medio y sus compañeros.

El mejor tratamiento es la prevención. Desde el hogar es necesario generar en los niños herramientas mediante el afecto y el reconocimiento de sus conductas positivas para que posean una alta autoestima, sean asertivos y aprendan a solucionar de una manera prosocial el conflicto, lo que les permitirá cuestionarlo y denunciarlo en el momento de presentarse la acción.

Igualmente es un derecho de los alumnos estar seguros en los colegios, por lo tanto, es su deber velar por la seguridad de la comunidad estudiantil vinculando incluso a los padres. La política institucional de cada centro educativo, las autoridades responsables y la familia debe ser sin duda la “tolerancia cero” y tiene que estar presente de forma explícita en las normas escolares e interacciones sociales.

Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/acoso-escolar

Reconciliación nacional

La apuesta fundamental para el inicio del proceso de paz con el grupo insurgente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), fue lograr entender qué estaba ocurriendo en el territorio colombiano en medio de la violencia generalizada en 5 décadas, para buscar los puntos de acuerdo que nos condujera a originar respuestas que sean sustentables y sostenibles al interior de la sociedad que ha sufrido graves fracturas en su tejido social y obteniendo la mediación en los puntos que eran considerados como irrenunciables por cada una de las partes.

La reconciliación debe estar acompañada con el derecho de saber la verdad, superar la impunidad, brindar perdón y obtener justicia, reparación y restitución.

El país posee una historia muy antigua de violencia, hechos lamentables y horrorosos que dan cuenta desde el asesinato y decapitación de ciudadanos inermes, al desplazamiento de poblaciones completas, la desaparición de miles de compatriotas y la indiferencia de muchos con el dolor de la comunidad.

Sin tener la menor duda, que en Colombia el conflicto armado se desbordó en toda su dinámica de enfrentamiento entre los agentes generadores de violencia, porque la inmensa mayoría de personas afectadas fueron civiles quienes de manera constante en los años del conflicto fueron vinculados a los proyectos armados por diferentes medios desde la adhesión o la victimización. 

La construcción de paz territorial necesita convertirse en un proceso eficaz mediante una acción pública desde todo

Este conflicto al encontrarse arraigado en el pensamiento social colombiano llevó finalmente a la sociedad a reflexionar sobre la necesidad de transformar el entorno y cerrar el ciclo de la violencia, avanzando hacia una construcción de paz identificando las variables y mecanismos que permitieron orientar la reconciliación por medios no violentos deteniendo la degradación y la barbarie.

Por lo tanto, suscrito el acuerdo de paz debe iniciarse el proceso de reconciliación generando un cambio social relacionado con los valores y creencias que los grupos poseen en la transición de las nuevas dinámicas sociales del pos-acuerdo.

La construcción de paz territorial necesita convertirse en un proceso eficaz mediante una acción pública desde todo nivel: local, regional y nacional. Con una visión desde los diversos territorios, con apego a las particularidades y en donde se presenten las soluciones a las respuestas a sus necesidades puntuales.

Por lo tanto, la reconciliación es necesaria construirse como un proceso incluyente y llegando al esclarecimiento del origen que generó el conflicto, encontrando las zonas grises causantes de la violencia y emprendiendo todos los esfuerzos en superar el odio, la reparación y restitución de las víctimas y la integración con los victimarios en aras de garantizar la convivencia pacífica y el fin de la guerra. 

Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/reconciliacin-nacional

Dolor

En la “Escuela de Cadetes de Policía General Francisco de Paula Santander”, se encuentra erigida una serena estatua del “Fundador civil de la República” figura eximia del noble prócer, con pose vigilante del porvenir y señalando el horizonte institucional, la que sumada a la tristeza llora su pátina por los hechos de barbarie acontecidos esta semana.

Sentimiento que también invade de estupor el alma de toda la nación, de la Policía Nacional de todos los colombianos y de quienes nos hemos formado en esa alma máter.

Ilustres hombres se han educado en las aulas de nuestro campus universitario, en donde a partir de este lamentable enero cada aniversario será desolador. Lloramos el dolor causado por los enemigos de la paz quienes han segado la vida de valientes jóvenes que deseaban con la luz espiritual de estudiantes aportar a la seguridad de su nación, soñando en este campo sinople hacerse a la magnanimidad del león y obtener la victoria sobre las vicisitudes, emulando las virtudes, cualidades y atributos del general Santander que como el “Hombre de las Leyes” con su pensamiento de servicio y de civismo dio los elementos de la convivencia pacífica como guía de vida y gestión.

Muere entonces una parte del alma con la despedida de nuestros jóvenes compañeros, ángeles eternos; nuestro respeto y solidaridad con sus familias

La Policía Nacional de todos los colombianos con el claro compromiso de preparar las nuevas generaciones de oficiales engalana a sus alumnos con el laureado uniforme verde oliva, sable en mano y enarbolando la bandera de la seguridad, instruyéndolos con el lema “LA FUERZA AL SERVICIO DEL DERECHO”, grabada en letras de argén en el escudo de armas del alma máter; convirtiéndose en la esencia de la razón de la existencia y el loable fin de la Institución para ofrendarlo todo, hasta el sacrificio supremo en beneficio de la comunidad, como Quijotes de quimérica valentía y próceres contemporáneos.

Excelso es el legado de nuestros héroes que han partido hacia la bóveda celeste, quienes a pesar de su corta vida se preparaban para brillar en la paz, con una actitud ecuánime y tesonera, deseando poner en marcha los pilares de la tranquilidad en nuestra amada patria, desafiando, incluso, los peligros de la violencia.

Muere entonces una parte del alma con la despedida de nuestros jóvenes compañeros, ángeles eternos; nuestro respeto y solidaridad con sus familias. Hoy más que nunca nos levantaremos ante la adversidad y ratificamos el enorme compromiso adquirido en nuestro juramento institucional, fortalecidos con la convicción plena de continuar sirviendo incesantemente en respuesta de honor, como reza el introito del himno del alma máter: “adalides, gallardos marchemos, en la senda que marca el deber; nuestra fúlgida espada es la ley, con que patria nos dio Santander”. Paz en sus tumbas.

Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/dolor-1