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Democracia y sus garantes

Etimológicamente, la palabra democracia surge del griego, “demos”, pueblo, gente, y “kratos”, poder, superioridad. Por ende la democracia se identifica como una manera de gobernar en donde el poder político es ejercido por los ciudadanos de una nación, y la preocupación central es garantizar que todos los miembros de la sociedad tengan una posibilidad real e igual de participar en las decisiones colectivas.

Como todo modelo de gobierno presenta oportunidades de mejora, sin embargo en la actualidad, una gran variedad de países en el mundo sino la gran mayoría, adhieren a la democracia como su forma de gobierno, al considerar que es la mejor manera de brindar las garantías necesarias para incentivar los principios de igualdad y libertad de todos los hombres, la construcción de la constitución y la representatividad de los ciudadanos; planteados por la Revolución Francesa en 1789, antecedente histórico del cambio político más significativo que se produciría en Europa, el cual sirvió de ejemplo para otros países y promovió la democracia en el mundo. 

Colombia es, desde 1991, una democracia participativa. Ello significa que por medio de algunos mecanismos de participación, los ciudadanos del común pueden tomar ciertas decisiones en el gobierno local y ejercer veedurías de control en los planes de gobierno de las administraciones y especialmente en el manejo de la inversión pública.

La posición de garante de la Policía Nacional específicamente recae sobre la seguridad y convivencia ciudadana, y obliga a todos sus miembros a proteger la vida y el goce efectivo de los derechos y libertades de todos los residentes del país, aspecto que se vislumbra desde los artículos 6 y 124 de la Constitución Política, donde se postula la responsabilidad por acción, omisión o extralimitación.

Sumado a la condición neutral que posee la Policía Nacional, frente al ejercicio de la política, no debe existir una postura en torno a un candidato, partido o movimiento, menos aún la participación en campañas o mostrar inclinaciones, emitir opiniones por programa político alguno de quienes aspiran ocupar los cargos de elección popular. Así se garantiza la posición de garante a través de la acción que redunda en el cumplimiento irrestricto de los deberes como servidor público.

Ser garantes de los comicios electorales implica para los miembros de la Policía Nacional, generar protocolos de transparencia en el servicio que se presta a la sociedad, quienes esperan lo mejor con autoridad y responsabilidad, actuando de forma imparcial en cada puesto de votación, en la seguridad que se brinda en cada contienda política, y en el acompañamiento que se hace a los escrutinios electorales.

Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/democracia-y-sus-garantes

Santander y su legado

La figura del General Santander, trae a la mente el reflejo de un personaje con unas condiciones excepcionales en la historia de Colombia. Admirado por ser el abanderado y promotor de una legislación compleja y responsable en la toma de decisiones políticas importantes para la República de Colombia, que marcaron el devenir del país. Existen pocos como él, que en su personalidad reúnan la precocidad, virtuosismo y agudeza intelectual de un líder. Por tal motivo no puede pasar inadvertido, este mes de mayo cuando se conmemora 178 años del fallecimiento del jurista, militar y policía.

Para Santander, “El Hombre de las Leyes”, el respeto, el culto y la veneración por la Constitución, fueron más allá de los imperativos que todo ciudadano posee dentro de sí, para transformarse en una verdadera obsesión. No existe en la historia otro jurista o estadista alguno, quien no haya sorteado tantas dificultades y puesto su propio interés en juego, por defender la libertad al amparo del sistema jurídico inspirado por las constituciones de los pueblos. 

Al “Fundador Civil de la República”, como también se le conoce al General Francisco de Paula Santander, se le admira por la iniciativa de fomentar en la nación los primeros hitos del derecho de policía, al comprometerse como un cultor del concepto de Policía, al entender que la convivencia pacífica de los asociados constituía un requisito primario para el desarrollo de los procesos jurídicos de integración y progreso de la comunidad, como solo un arquitecto de la institucionalidad lo pudo haber construido en tantos y tan variados campos del conocimiento.

La literatura sobre el General Santander, relata en forma fiel y detallada su preocupación constante por la seguridad, la garantía de la propiedad privada y la guarda del derecho individual; bastiones en los que por siglos se ha elaborado el moderno derecho de policía, rama hoy independiente de las disciplinas jurídicas y fuente de inspiración de la concepción democrática del Estado.

Fue entonces con el trasegar de los años en los albores del s. XX, en donde nació la epónima relación del General Santander con la Policía Nacional y concretamente, con su “campus académico”, para crear  la Escuela Nacional de Policía como instrumento docente, pedagógico y didáctico en la formación y profesionalización del cuerpo de policía; idea que se materializó en la década de los 40´s, en donde bajo sus banderas y para servicio de la patria, un puñado de hombres de buena voluntad quisieron restañar tantas heridas de la violencia indolente en que se vivía y así engalanar con la presea del orden el afianzamiento de la tal anhelada paz nacional. 

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Mujer policía

Con motivo del mes de la madre, rindo homenaje a las mujeres que no solamente se han convertido en mamás dentro de la Institución Policial, sino a todas las que comparten el uniforme verde oliva como símbolo de vocación. La mujer policía nos lleva a un universo de escenarios en donde se desarrolla la historia de Colombia y nos genera reflexiones sobre su labor de mujer constructora de tejido social, protagonista de la historia del país y como servidora policial. 

La evolución del país y de la misma Policía Nacional, se ha centrado en el conflicto armado, el cual hunde sus raíces en una larga y compleja maraña de confrontaciones y desacuerdos presentes, marcándose profundas transformaciones dentro de la dinámica institucional, desde las guerras civiles en el contexto bipartidista en los albores del s. XX a la época de La Violencia, con enfrentamientos por la filiación política. Sumado a ello las condiciones económicas y sociales, y diversas manifestaciones de violencia, con una mezcla entre grupos subversivos y estructuras criminales, en donde la Policía Nacional ha estado presente en cada uno de estos momentos históricos y ha contado con hombres y especialmente mujeres con el único propósito de cumplir su misión constitucional. 

Para reconocer el valioso aporte de la mujer en la historia de la Policía Nacional en sus casi 127 años de fundada, es necesario recorrer su meritoria trayectoria y la manera como el aporte femenino, a partir de 1954, ha significado un factor exitoso forjado en el cuerpo uniformado, en donde comenzó a cosechar una trayectoria llena de éxitos y logros dentro de la Policía Nacional de Colombia. Las mujeres han sido protagonistas de primer orden en la historia moderna del país y de la institución policial. 

La incorporación de la mujer a la Policía Nacional en Colombia, fue una realidad que cambió el paradigma social frente a los roles de género que debían asumir los hombres y las mujeres dentro de la Institución, incursionando en asuntos relacionados con la protección de la infancia, evolucionando a labores con el transcurrir de los años que le fueron abriendo otros espacios y oportunidades, como en actividades de vigilancia urbana y rural, trabajo comunitario, tránsito y apoyo a las diferentes especialidades del servicio, en respuesta a las continuas transformaciones culturales, políticas y sociales del país, en temas de seguridad, criminalidad y conflicto armado.

Honremos en este mes a todas las mujeres policías que en cumplimiento de su deber han aportado una lucha sin reparo contra los fenómenos delictivos y todos los relacionados con el conflicto armado en Colombia, y por aquellas mujeres que ofrendaron su vida, por servir a la patria y obtener unas comunidades seguras y en paz.

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Seguridad vial

La Organización Mundial de la Salud, describe en el “Informe sobre la Situación Mundial de la Seguridad Vial”, que los accidentes de tránsito se encuentran en el noveno lugar entre las principales causas de defunción en el mundo, con un promedio diario de 3 mil decesos en accidentes de tránsito y cobrando la vida de más de 1,2 millones de personas anualmente. Sumado a 50 millones que sufren traumatismos por esta misma causa, generándose grandes incapacidades para el resto de la vida y afectando la productividad de las naciones. 

En América Latina y el Caribe se presentan aproximadamente 100 mil muertes al año por accidentes de tránsito y se constituye como la primera causa de fallecimiento entre niños de 5 a 14 años. En Colombia en el año 2017 se presentaron 6.500 muertes por el mismo motivo, panorama que indica que los accidentes de tránsito en Colombia son la segunda causa de muerte violenta en el país según el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses; y la primera causa de muerte de los jóvenes colombianos menores de 30 años. 

Por iniciativa de los Jefes de Estado que en septiembre de 2015 asistieron a la Asamblea General de las Naciones Unidas, quienes se comprometieron en adoptar la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, en donde una de las nuevas metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible es reducir a la mitad el número mundial de muertes y traumatismos por accidente de tránsito al 2020, una meta ambiciosa que significa un avance sustancial para la seguridad vial. En concordancia con lo anterior, existe en Colombia como una prioridad y como una política de Estado la Seguridad Vial, se construyó el Plan Nacional de Seguridad Vial 2011-2021, convirtiéndose en la carta de navegación que genera medidas integrales en todo el territorio, para fomentar la formulación de políticas y acciones con el objetivo de reducir el número de víctimas fatales y no fatales.

Finalmente y para tener presente, experiencias internacionales dan cuenta de cuatro factores de éxito que deben fortalecerse para contrarrestar la accidentalidad vial: concienciar al factor humano con campañas de vigilancia y control; modernizar la infraestructura vial y la realización de auditorías e inspecciones de seguridad vial muy estrictas; nuevos sistemas de seguridad en el vehículo con desarrollos tecnológicos y sistemas de inspección; y una política pública con iniciativas que incluyan planes de seguridad vial ejecutados por agencias y entidades en lo posible independientes. El trabajo coordinado con las instituciones responsables, modificando malas prácticas y estableciendo acciones concretas, permitirá reducir el número de víctimas fatales por accidentes de tránsito a nivel nacional.

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En préstamo

El pasado 22 de abril se celebró a nivel mundial el “día internacional de la Tierra”, fecha en la que se trata de crear conciencia de la necesidad de proteger el medio ambiente y la conservación de la biodiversidad, y de la misma forma contrarrestar el impacto del crecimiento demográfico en el planeta, la contaminación, el calentamiento global y promover un uso responsable de los recursos naturales. El planeta necesita de manera urgente una atención especial. Toda acción es poca,

Hace más de 2.500 millones de años surgió el planeta Tierra y con la suma de todos sus ecosistemas que lo componen es reconocido como el único hogar de la humanidad, en donde para lograr una balanza justa en los intereses económicos, sociales y ambientales de las generaciones presentes y futuras, es obligatorio promover el equilibrio entre la naturaleza y la Tierra. 

En las últimas cuatro décadas, cerca del 30% de las regiones naturales del planeta se han deteriorado de manera irreversible. Cada segundo media hectárea de bosques es destruida. Las emisiones globales de dióxido de carbono suman por año desde 2015 un promedio de 32 mil millones de toneladas, doblando la cantidad que se registró en 1950, sin lugar a dudas las actividades humanas siguen siendo las causantes de la situación de riesgo en la que se encuentra el planeta.

En la actualidad el planeta Tierra se acerca a los 7.300 millones de personas y más de la mitad de ellas viven en ciudades. El compromiso con todos ellos debe ser el de construir “ciudades verdes”, para lograr un medio ambiente saludable y sostenible movilizando a toda su población generando una responsabilidad colectiva para fomentar la armonía con la “Madre Tierra”, y alcanzar el equilibrio justo entre los indicadores sociales, económicos y medioambientales.

En Colombia, la legislación en materia ambiental es extensa, ya que tiene un amplio cubrimiento en muchos temas, pero infortunadamente es poco conocida. Incluso la Constitución Política garantiza en su artículo 79 que todas las personas tienen derecho a gozar de un ambiente sano y además manifiesta que es deber del Estado proteger la diversidad e integridad del ambiente, conservar las áreas de especial importancia ecológica y fomentar la educación de la ciudadanía para el logro de estos fines.

Reza un proverbio Indio “la Tierra no es una herencia de nuestros padres, sino un préstamo de nuestros hijos”, por tal motivo las decisiones con relación al futuro del medio ambiente no solo le corresponden a los legisladores y lideres mundiales; el día de hoy nos invita a realizar un llamado a todos para ser conscientes de las consecuencias que tienen nuestras actuaciones sobre el planeta y lo que significa para las generaciones futuras.

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Misión constitucional

Como resultado de las conversaciones de La Habana, entre el presente gobierno y la guerrilla de las Farc, se obtuvo la firma del “Acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera”. Proceso que se adelantó según los lineamientos de la Constitución y las leyes colombianas.

La lucha para buscar la paz debe ser una prioridad en todas las actuaciones de nuestra vida, ya que es necesario fortalecer el sentido de fraternidad entre los colombianos; sumado al esfuerzo del Estado de contrarrestar a los violentos, para que prevalezca la prosperidad y la convivencia; plasmándose la paz como uno de los objetivos fundamentales de nuestra Carta Magna, en donde no solo la prevé, sino que estimula su realización. Desde su preámbulo establece como fines del Estado “fortalecer la unidad de la nación y asegurar a sus integrantes la vida, la convivencia, el trabajo, la justicia, la igualdad, el conocimiento, la libertad y la paz”. 

Adicionalmente en el artículo 22 de la Constitución Política de Colombia, se establece que “la paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento”, y complementando el concepto en su artículo 95 reza que es “deber de todos los ciudadanos el propender al logro y mantenimiento de la paz”. Obligación que no solamente vincula al Estado, sino que se extiende a los ciudadanos en general, y la Policía Nacional ha interiorizado este profundo sentido universal que consagra la paz como un bien superior y se convierte en su garante por su rol de garantizar la convivencia pacífica y la prevención de la violencia.

Con esa convicción y con una institución totalmente comprometida, se busca articular sus capacidades para promover acciones sectoriales e interinstitucionales; para así contribuir a la consolidación del Estado Social de Derecho y obtener de una forma armónica la paz territorial y lograr una nueva dinámica social para la solución pacífica de conflictos, en la cual la Policía Nacional afiance su rol constitucional.

Conociendo su deber la institución da cumplimiento al pilar misional, plasmado en el artículo 218 de la Carta Política que establece como “fin primordial el mantenimiento de las condiciones necesarias para el ejercicio de los derechos y libertades públicas, y para asegurar que los habitantes de Colombia convivan en paz”. Compromiso que se demuestra en el diseño del “Modelo de Construcción de Paz” de la Policía Nacional, para la implementación del Acuerdo final el cual se alinea holísticamente con el Plan Estratégico Institucional, y es al mismo tiempo un ejemplo de innovación, calidad técnica y visión para enfrentar los múltiples desafíos presentados y la edificación de la paz: “por unas comunidades seguras y en paz”. 

Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/misin-constitucional