Libros

Brecha digital

La capacidad de invención del hombre para facilitar la vida, permitió que hace 50 mil años, se descubriera cómo controlar el fuego; hace 5 mil años, concebir la rueda y hace 4 mil años, las antiguas civilizaciones ingeniaron el ábaco, con el cual resolvían problemas matemáticos.

Igualmente: el telégrafo, el teléfono y la radio fueron la base para la revolución de la informática y las telecomunicaciones. El primer concepto de internet lo conocimos por el profesor Licklider del MIT en 1962, quien imaginó un grupo de ordenadores interconectados para acceder rápidamente a información desde cualquier sitio. Así, el internet se posesionó como una herramienta de comunicación mundial.

Los avances tecnológicos aportan grandes beneficios a la humanidad, como agentes transformadores de la sociedad, afectándola tanto positiva como negativamente en la aldea global, fundamental en la historia social. Ese elemento de cambio plantea grandes retos en ésta época, uno de éstos es lograr disminuir la brecha digital en las comunidades.

En la actualidad, tan solo el 46% de la población mundial tiene acceso a internet, a pesar del crecimiento de la conectividad en más de un 900% desde el 2002. Europa, Oceanía y Norte América son los lugares del planeta con una penetración del internet superior al 73% de su población, contra un 44% de América Central, un discreto 29% en África y un 27% el Sudeste Asiático.

En Colombia, solo el 30% de la población posee acceso a internet, aunque la penetración sigue en ascenso. En el último trimestre de 2016 el país alcanzó 14,6 millones de conexiones a internet; en comparación con el anterior trimestre, creció un 4,7%.

La cobertura digital disminuye en los estratos bajos y aún más en las zonas rurales. Hechos como la baja calidad en la educación básica y secundaria, la deserción escolar y la falta de medios, incrementan la brecha y ponen en desventaja social a las poblaciones vulnerables.    

Para obtener una reducción en la brecha digital, se debe proponer: mejorar en infraestructura, con una mayor disponibilidad de equipos de cómputo y conexión a internet de calidad; perfeccionar las habilidades de uso en esta tecnología, con alfabetización y desarrollo de competencias digitales; desarrollar sitios web con contenidos relevantes y por último; generar un cambio cultural, con mecanismos de fomento al uso de las tecnologías de la información de forma práctica y social, que ayude a tener comunidades más equilibradas e incluyentes con ciudadanos que se sientan actuantes y no simples espectadores de los avances tecnológicos que los alejan aún más en la pirámide social.

Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/brecha-digital

Para vivir en paz (l)

El nuevo Código Nacional de Policía y Convivencia, CNPC, -Ley 1801 de 2016- surge como el compendio de normas para conectarse con nuestro actual entorno social y responder a las nuevas necesidades en materia de seguridad, bajo la premisa de ser eminentemente preventivo y apuntar a corregir comportamientos que afectan las buenas relaciones humanas.

El CNPC señala los comportamientos y actividades prohibidas a los habitantes del territorio nacional y también a las personas jurídicas, para evitar que problemas de convivencia del día a día, se conviertan en asuntos penales; promoviendo la sana convivencia y los buenos hábitos, más aún en un país en donde el 33% de los homicidios del 2016, se presentaron en cuadros de intolerancia y riñas, según el Centro de Observación para la Convivencia y Seguridad Ciudadana, CEOBS, de la Policía Nacional.

Así mismo, el CEOBS nos informa que durante el año que finalizó, se presentaron 11.987 homicidios en el territorio nacional, con una reducción en este delito de un 4% con 472 vidas que se lograron salvar, obteniendo la tasa por 100 mil habitantes más baja en 40 años (24,6).

En lo concerniente al delito de las lesiones personales, el Ceobs, registra que se presentaron 86.100 casos en el país, el 89% de estas se originaron nuevamente en situaciones de intolerancia y riñas; 63.714 de las lesiones se ocasionaron con arma contundente y el 73% se manifestaron en la vía pública, con un promedio de 235 lesiones diarias. 

Es la falta de tolerancia, los desacuerdos y los conflictos relacionados con la convivencia, hoy una de las principales causas de violencia en el ámbito nacional, estos pueden ser objeto de conciliación y mediación, un elemento que contempla la norma, a través de la cual la autoridad se convierte en el canal para que las personas en conflicto decidan voluntariamente resolver sus desacuerdos armónicamente.

Así, la puesta en marcha del CNPC y sus disposiciones, constituyen una oportunidad para que todos los colombianos, propicien comportamientos que contribuyan desde la cotidianidad a la convivencia. Ayudará a corregir conductas cómo: amenazas para causar daño fÍsico por cualquier medio; porte de elementos o sustancias peligrosas; porte de armas neumáticas, como de aire, fogueo y spray. Igualmente permitirá a las autoridades regular, sobre: la realización de actividades peligrosas; restringir la movilidad o permanencia de niños, niñas y adolescentes en el espacio público o en lugares abiertos al público; entre otros temas fundamentales para lograr la convivencia entre los habitantes del territorio.

Este “manual de convivencia” contribuirá a contar con una mejor calidad de vida para todos, ya que desplegaremos unos mínimos vitales de derechos y deberes, con el propósito de que llegaremos a poseer una convivencia mediante una interacción pacífica, respetuosa y armónica entre las personas, con los bienes y con el ambiente, en el marco del ordenamiento jurídico; con su último fin: Para vivir en paz.

Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/para-vivir-en-paz-l

Los sabios y el elefante

Algo tan antiguo como la historia, es el conflicto mismo. Los seres humanos siempre han buscado la forma de interactuar con los demás. No es fácil, todas las personas vemos los problemas y las actividades cotidianas desde aristas diferentes. 

La humanidad, se ve profundamente marcada en la búsqueda incansable de la respuesta del conocimiento de la naturaleza del ser humano. La violencia sin límites a la que llegamos los habitantes del planeta, hace a los hombres, pensar si realmente somos buenos o malos por naturaleza.

La Organización Mundial de la Salud, OMS, define la violencia como el uso deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea en grado de amenaza o efectivo, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad; que cause o tenga muchas probabilidades de generar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones.

Es necesario añadir que existen otras formas de violencia, como todas aquellas situaciones que impiden que la gente satisfaga sus necesidades fundamentales: alimentación, vivienda, vestido; igualmente la ignominia, la amenaza, el destierro, la desaparición forzada o la tortura. Estas ocasionan efectos devastadores para la convivencia en comunidad.

Existen tres clases de violencia, según Galtung: la violencia directa, aquella que es visible y se concreta con comportamientos agresivos y actos de violencia. La violencia estructural, -la peor de las tres- es la suma total de todos los choques incrustados en las estructuras sociales, hace referencia a situaciones de explotación, discriminación y marginación. Por último, la violencia cultural, que se concreta en actitudes del poco racionamiento ante ciertos eventos (simbolismos, religión, lenguaje, arte, etc.).

Afirmamos que desde el nacimiento nos encontramos con la necesidad de tener sentimientos de posesión hacia otras personas, el hombre hacia su esposa, los padres a los hijos y así sucesivamente. Desde luego, el comportamiento familiar influye en el crecimiento de los niños, ellos son como espon jas, absorben todo lo que se encuentra a su alrededor; ésta es la primera etapa de la violencia, la formación que nos da nuestra familia. 

Al considerar los posibles efectos que esta violencia puede tener sobre las víctimas, hemos de mencionar, toda una serie de efectos para su salud, tanto física como psicológica. Entre las consecuencias que podemos denominar físicas, se encuentran los casos de homicidio, lesiones a la integridad. También podríamos incluir en esta categoría los casos de suicidio a raíz de la situación de violencia vivida. Finalizando el 2016 se registró en todo el país un total de 11.987 homicidios, 3 cada dos horas y 86.098 lesiones personales, 20 cada dos horas; 89% de los lesionados se presentaron en casos de riña e intolerancia.

Con la antigua fábula hindú “Los sabios y el elefante” entenderemos las causas de la incomprensión que lleva a la violencia, en donde seis ilustrados invidentes, querían identificar con su tacto un paquidermo y cada uno lo describía de una forma distinta; esto les generó una crisis profunda, porque los desacuerdos suelen surgir por diferencias en la percepción, sobre lo que debe ser o no ser; lo que nos lleva a tratar de comprender que todos tenemos razón sobre nuestra realidad. Pero que en el consenso de ideas disímiles encontraremos la imperiosa necesidad de evitar el conflicto que tan arraigadamente se encuentra en la naturaleza humana. 

Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/los-sabios-y-el-elefante

Vitalidad de las lenguas ancestrales

En el próximo mes de febrero se celebra el día internacional de la Lengua Materna y el día nacional de las Lenguas Nativas. La diversidad lingüística es primordial en el patrimonio de la humanidad. 

Cada lengua encarna la sabiduría cultural única de un pueblo, de una comunidad que se comunica y comprende el universo que lo rodea y la relación estrecha que forma con él a través de un conjunto especifico de signos y símbolos verbales y no verbales que los caracteriza. 

Esas singularidades han facilitado la creación de entre seis mil y siete mil lenguas habladas y quizá el mismo número de lenguas de símbolos. La media de las personas que se expresan con una determinada lengua se sitúa probablemente en torno a cinco mil o seis mil.

De la misma manera, más del 95% de las lenguas habladas del planeta son empleadas como lengua originaria por menos de un millón de personas; igualmente se puede encontrar cerca de cinco mil lenguas habladas por menos de cien mil personas. Es tan amplia la amalgama de lenguas en el mundo, que convergen los casos en que tres mil lenguas son habladas por menos de diez mil personas, alrededor de mil quinientas lenguas habladas y la generalidad de las lenguas de símbolos son empleadas por menos de mil personas, al término de encontrarse en 1999 unas 500 lenguas que contaban con menos de 100 hablantes según la Unesco. 

Según el Worldwatch Institute, entre el 50% y el 90% de las lenguas del planeta pueden desaparecer al finalizar el presente centenario. Esto implica la extinción de una cultura. Para algunos, esta acción es semejante, de algún modo, a la extinción de especies. 

De otra parte, los diferentes conflictos bélicos y todas las repercusiones que conllevan, coartan el uso de las lenguas nativas imponiendo la adopción de una lengua extranjera para completar el circulo de dominación. Para mantener esa influencia lingüística algunos gobiernos sancionan y han incentivado el desuso de las lenguas autóctonas, con políticas gubernamentales sociales y económicas que las desvalorizan en los sistemas de enseñanza, en donde muy pocas veces se comprende que es mediante la lengua ancestral que se puede hacer un mejor acercamiento a esas comunidades y a sus saberes. 

En nuestro país son 68 las lenguas nativas, 65 de estas, habladas por comunidades indígenas, una  lengua criolla de san Basilio de Palenque y otra del archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina; y la lengua Rom de las Kumpañy gitanas.

Es por esto, que Colombia afronta unos nuevos escenarios para conservar sus lenguas vivas y ancestrales, es el momento que todas sus instituciones sitúen sus capacidades y todos sus recursos y se revierta la tendencia de abandonar la diversidad lingüística y cultural, lo que redireccionará en todas los niveles a la comunidad de especialistas y actores, especialmente en un trabajo mancomunado con las comunidades étnicas, los recursos necesarios para desarrollar y fortalecer los programas de educación lingüística, aunque se cuenten con recursos técnicos muy limitados. 

Cada colombiano tiene la responsabilidad de asegurar que las lenguas ancestrales se mantengan y se perpetúen en las generaciones futuras como patrimonio social e inmaterial para que no caigan en la extinción, como han caído otras especies, incluso por acción de la raza humana. Porque si bien el mito bíblico de la torre de babel plantea la diversidad de las lenguas a un castigo, lo cierto es que la significación de la diversidad fomenta una humanidad más rica, más fuerte y compleja, tornando a los hombres y mujeres más resistentes a las catástrofes, y más aptos para sobrevivir.

Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/vitalidad-de-las-lenguas-ancestrales

La Sima de los Huesos

El homicidio más complejo se puede resolver incluso de la manera más ingeniosa. Por ejemplo, nos encontramos con las evidencias del que se puede catalogar como el primer asesinato de la historia. 

En la Sierra de Atapuerca en el sitio denominado La Sima de los Huesos (España), -el mayor yacimiento de fósiles humanos de la historia-, se hallaron restos óseos de un joven homínido quien vivió hace más de 430.000 años y sus huesos gritan que fue asesinado. Estos presentan unas fracturas en la parte frontal del cráneo causadas con algún objeto contundente. 

En este hecho especial surge, después de todos estos años, una prueba reina, un testimonio mudo, que al elaborarse los correspondientes modelos digitales, nos enseña que se cometió la acción, aún estando con vida el individuo.

La forma de un cráneo golpeado que posee carne, tiene una tipología determinada, en donde el hueso se convierte como un cuerpo elástico. Igualmente las fracturas presentadas son características en las lesiones de un enfrentamiento cara a cara, por tal motivo les confirmaba a los investigadores que el sujeto recibió los golpes antes o justo en el momento de la muerte. Además es importante complementar que los investigadores no han encontrado señales de cicatrización ni de recuperación del tejido óseo. Tal paliza fue mortal, definitivamente fue un asesinato.

En la Alejandría del s. XVI, contamos con el testimonio, tal vez más remoto, acerca de la utilización del conocimiento científico para la investigación de delitos. Siempre el ser humano ha tenido la necesidad de concluir y esclarecer los hechos criminales, especialmente aquellos que involucran segar la vida de otros. En el nacimiento de la criminalística contribuyeron sustancialmente los galenos, prioritariamente los médicos forenses.

En el país se abre la historia de la criminalística de manera oficial el 15 de octubre de 1914, con el magnicidio del general Rafael Uribe Uribe, héroe de la guerra de los Mil Días, quien fue agredido con hachazos en el pórtico del Capitolio Nacional por los artesanos: Leovigildo Galarza y Jesús Carvajal. Los victimarios rápidamente fueron identificados y entregados a las autoridades. 

El examen realizado al cuerpo del general y su correspondiente reseña fotográfica con las huellas de los asesinos, sin lugar a duda son las primeras evidencias de elementos materiales probatorios, utilizadas dentro una investigación criminal en el país.

Procedimientos que con el paso de los años fueron evolucionando y perfeccionando sus técnicas científicas. Lo que nos ha llevado a resolver los casos más complejos en estos 125 años y contribuir con la identificación de los restos de las víctimas de homicidio y desaparición en el marco de la finalización del conflicto armado en Colombia.

Ante este escenario, el señor Director General de la Policía Nacional, Gral. Jorge Hernando Nieto Rojas, en uno de sus cuatros horizontes institucionales propuestos, ha fundamentado la optimización de la investigación criminal que ayude a fortalecer los cimientos de una nueva etapa de la historia colombiana en donde disminuya la impunidad y los investigadores puedan, como en el caso de La Sima de los Huesos, comprender el testimonio mudo de las víctimas.

Porque más que un anhelo institucional es un compromiso histórico que adquiere la Policía Nacional con el país y la comunidad internacional.

Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/la-sima-de-los-huesos

Ni lo uno, ni lo otro

Como “ninis” conocemos en Latinoamérica a los jóvenes que ni estudian ni trabajan, se presenta este fenómeno en uno de cada cinco muchachos, quienes poseen un promedio de edad entre 15 y 24 años. El Banco Mundial nos informa que existen en la región cerca de 20 millones de sus habitantes en esta categoría. Notamos con preocupación que esta cifra dobla a los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Colombia se encuentra en el top tres, compartiendo este deshonroso ránking con Brasil y México, países que poseen problemas progresivos con economías inestables y desiguales, en Colombia se estima un total de 1,7 millones de “ninis”.

En el país contamos con un total de 6,3 millones de jóvenes disponibles para el mercado laboral, pero 1,3 millones están desempleados. Teniendo una particularidad, las mujeres jóvenes es el grupo más golpeado, quienes han alcanzado tasas de desocupación superiores al 20%. 

Sin lugar a duda el activo más valioso de un país son sus jóvenes, pero son quienes han tenido que pagar los costos más altos a raíz de la crisis económica desde 2008. Factores como la alta deserción escolar, el embarazo en adolescentes, matrimonio a temprana edad y desempleo juvenil, son las primeras causas por las cuales aparece el fenómenos de los “ninis”. 

Esta población surge desde el inconformismo que padecen los niños y jóvenes ante las dificultades de la crianza recibida por sus padres y maestros, son muchachos que han crecido con una suma de temores, intensamente indecisos, sin un desarrollo personal, nunca han aprendido a tomar decisiones y los hunde el estar instalados, leamos bien, en un confort familiar que les niega muchas oportunidades.

Igualmente la Organización Internacional del Trabajo (OIT) nos informa que en la región, uno de cada tres jóvenes han estado desempleados durante el último año y claramente quedarán rezagados sino lo encuentran rápidamente. Seis de cada diez jóvenes que logran ocuparse estarán en la obligación de aceptar empleos informales con mínima protección y bajas bonificaciones.

En Centroamérica, en donde sus países poseen altos índices de violencia asociada al narcotráfico, solo obtendremos como resultado que muchos jóvenes inicien y se establezcan en los carteles de droga y desde luego en otras actividades delictivas, en Colombia se asocian a grupos armados ilegales, organizaciones dedicadas al narcomenudeo o delincuencia común.

Lo anterior a raíz de un incremento de la proporción de “ninis” hombres y una necesidad creciente de las estructuras delincuenciales de reclutar un mayor número de colaboradores, ha conllevado que cada día se aumente los “ninis” en actividades criminales. 

Debemos solicitar a las autoridades el fortalecimiento de políticas publicas de protección social, con la creación de escenarios propicios de capacitación para el empleo e incluso de empleo temporal, la otra sugerencia es no incentivar la demanda de trabajadores con baja escolaridad, esto puede incentivar el abandono escolar. 

Para finalizar, la experiencia nos indica que un punto importante para combatir el fenómeno, es la generación de un sistema educativo incluyente con intervenciones tempranas y capaz de proveer educación de calidad, que evite una deserción escolar en la población vulnerable.

Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/ni-lo-uno-ni-lo-otro