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Planes de seguridad: ¿Promesas vacías y estrategia sin liderazgo?

Los mandatarios locales en Colombia tienen una responsabilidad ineludible desde el primer día de su gobierno: garantizar la seguridad y la convivencia ciudadana en sus territorios. Sin embargo, las cifras muestran que gran parte de ellos no han cumplido con el diseño e implementación oportuna de los Planes Integrales de Seguridad y Convivencia Ciudadana (PISCC), herramienta clave para abordar estos desafíos.

Según la Ley 1801 de 2016 por la cual se expide el “Código Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana”, los alcaldes y gobernadores cuentan con 6 meses a partir del inicio de su período para formular y aprobar sus PISCC, alineado a sus planes de desarrollo territorial. No obstante, al inicio del décimo mes de gestión de los mandatarios solo la mitad de los municipios y departamentos han sistematizado efectivamente estos instrumentos en el Sistema de Planeación Territorial (SisPT) según el reporte de la Dirección Nacional de Planeación (DNP). 

Esto es preocupante si se tiene en cuenta que, en el 2023 se registraron 13.555 homicidios y en lo transcurrido del 2024 se han presentado 9.833 homicidios, la seguridad continúa en números rojos, en parte porque la mayoría de autoridades locales no han logrado desplegar de manera oportuna y efectiva sus estrategias de prevención y control del crimen. Además, la percepción de inseguridad entre los ciudadanos no se corresponde con las cifras oficiales, lo que genera un profundo descontento y desconfianza hacia las instituciones. 

La percepción negativa sobre la capacidad de los mandatarios locales para garantizar la seguridad ha llevado a una crisis de confianza entre la ciudadanía y sus gobernantes. Esto se refleja en el aumento del miedo y la incertidumbre en la vida cotidiana. La ausencia de políticas integrales y efectivas ha contribuido a una fragmentación social donde las comunidades se sienten abandonadas y vulnerables ante la violencia y el crimen.

Las autoridades locales deben asumir su responsabilidad frente a sus comunidades y actuar con determinación, planeación y organización para garantizar un entorno seguro y propicio para todos…

Más que una obligación legal, el diseño e implementación de los PISCC debería ser una prioridad ética y política para los mandatarios locales. Lamentablemente, la evidencia sugiere que muchos de ellos han quedado atrapados en medio del fenómeno de “difusión de responsabilidad”, al delegar esta tarea o simplemente posponer su cumplimiento. La carencia de lineamientos claros sobre los tiempos de formulación y vigencia de los PISCC ha generado una “esquizofrenia” en su abordaje, donde cada mandatario establece sus propios cronogramas, sin mayor articulación con el nivel nacional.

Es imperativo que los gobiernos locales prioricen la formulación y puesta en ejecución efectiva de los PISCC. Para esto se requiere fortalecer las capacidades técnicas y de gestión de los entes territoriales, a través de una mayor asistencia y acompañamiento del Gobierno Nacional; establecer mecanismos vinculantes de seguimiento y monitoreo a la ejecución de los PISCC con indicadores claros y transparentes; promover una mayor articulación interinstitucional y participación comunitaria en la construcción de estos instrumentos de planeación; y garantizar la continuidad y sostenibilidad de las estrategias de seguridad más allá de los cambios de gobierno.

Un ejemplo de la importancia y el valor de desarrollar los PISCC es la ciudad de Tunja, que ha demostrado cómo la implementación de estrategias de seguridad mejoran la convivencia ciudadana y reduce la criminalidad. A través de diversas iniciativas y el trabajo conjunto entre autoridades y comunidad, la ciudad ha logrado avances significativos en su lucha contra el delito, convirtiéndose en un modelo a seguir para otras localidades en Colombia.

En conclusión, la seguridad no puede ser solo una promesa de campaña electoral sino una prioridad tangible en las agendas administrativas. Las autoridades locales deben asumir su responsabilidad frente a sus comunidades y actuar con determinación, planeación y organización para garantizar un entorno seguro y propicio para todos, solo así podremos construir un futuro donde la convivencia ciudadana sea una realidad palpable.

Publicada en: https://www.kienyke.com/columnista/jimmy-bedoya

100 años de “La vorágine”: una obra maestra que nos confronta con la naturaleza y nuestra propia humanidad

Publicada en 1924, La vorágine, la única novela del autor colombiano José Eustasio Rivera, se ha convertido en una de las obras más importantes de la literatura colombiana y latinoamericana. Esta obra monumental no solo explora la vida en la inhóspita selva amazónica, sino que, a través de su protagonista Arturo Cova, lanza una crítica feroz hacia las estructuras de poder y la explotación de la naturaleza. La vorágine no es una simple narración de aventuras; es un testimonio desgarrador de las profundas contradicciones entre la civilización y la barbarie, la libertad y la opresión, la naturaleza y el hombre.

La novela se inscribe dentro de la corriente modernista, aunque también se asocia con el criollismo y la literatura de denuncia social. En su momento, Rivera buscaba transmitir la brutal realidad de la explotación en la región amazónica, donde las compañías de caucho sometían a los indígenas y obreros a condiciones inhumanas. Al igual que otros autores de su tiempo, como Rómulo Gallegos y Ricardo Güiraldes, Rivera plasmó en su obra una crítica directa a la violencia estructural en América Latina. Esta aproximación convierte a La vorágine en una obra de relevancia perdurable y en un llamado urgente a reflexionar sobre las injusticias sociales y ambientales que aún persisten en nuestra sociedad.

Violencia y deshumanización

Uno de los temas centrales de La vorágine es la violencia y la deshumanización, especialmente en el contexto de la explotación de los recursos naturales. A través de la historia de Arturo Cova y su travesía en la selva, Rivera denuncia la crueldad con la que las compañías extranjeras trataban a los trabajadores locales y a las comunidades indígenas. En este sentido, la novela puede leerse como una alegoría de la devastación humana y ecológica ocasionada por la ambición desenfrenada y la codicia capitalista. En un pasaje emblemático, Cova describe la selva como un monstruo voraz que todo lo consume, reflejando así no solo la hostilidad del entorno natural, sino también la brutalidad de un sistema económico que destruye todo a su paso.

La selva como personaje

La selva amazónica en La vorágine no es un simple telón de fondo; se erige como un personaje con entidad propia, un espacio donde la civilización pierde todo sentido y se revela la verdadera naturaleza del ser humano. Con un estilo vívido y una prosa que bordea lo poético, Rivera describe la selva como un lugar inhóspito, peligroso, y al mismo tiempo fascinante. Esta representación de la naturaleza tiene un poder simbólico profundo: la selva es, en muchos sentidos, un reflejo de la vorágine interna de los personajes, de sus miedos, deseos y frustraciones. Además, la hostilidad del entorno refuerza la idea de que la naturaleza no puede ser dominada ni subyugada sin consecuencias desastrosas.

Desde una perspectiva ecocrítica, La vorágine anticipa preocupaciones contemporáneas sobre la relación entre el hombre y la naturaleza. Rivera plantea una dicotomía entre la civilización y la barbarie, sugiriendo que la verdadera barbarie reside en la destructiva intervención humana. La novela no solo expone el daño ecológico causado por la extracción de caucho, sino que también cuestiona las estructuras de poder que perpetúan este ciclo de explotación. En este sentido, la obra invita al lector moderno a reflexionar sobre las implicancias ecológicas y éticas de la explotación de los recursos naturales, un tema que se mantiene tristemente vigente.

La lucha entre civilización y barbarie

La dicotomía entre civilización y barbarie es un tema recurrente en la literatura latinoamericana, y La vorágine no es la excepción. La novela plantea una crítica a la idea de que la civilización representa un estado superior frente a la naturaleza y lo primitivo. A través de su protagonista, Rivera muestra cómo la “civilización” a menudo se convierte en una fuerza opresora que despoja al ser humano de su dignidad. Cova huye de la civilización en busca de libertad, pero lo que encuentra en la selva es una vorágine de violencia y desesperación que lo consume. Esta transformación de Cova pone en tela de juicio la noción de progreso y sugiere que el verdadero salvajismo reside en la destrucción impulsada por el propio ser humano.

El papel del individuo frente a la sociedad

En La vorágine, el viaje de Cova puede interpretarse también como un viaje de autodescubrimiento y alienación. Al abandonar la civilización, Cova espera encontrar un sentido de pertenencia y autenticidad en la naturaleza. Sin embargo, lo que descubre es que, lejos de librarse de las ataduras sociales, queda atrapado en una espiral de violencia y desesperanza. La selva se convierte en un espejo de sus propias contradicciones, y la naturaleza hostil refleja sus luchas internas. Rivera sugiere que el ser humano, en su afán por escapar de las estructuras sociales, no puede evitar enfrentar su propia vorágine personal. La novela invita al lector a cuestionarse el papel del individuo frente a la sociedad y la posibilidad de escapar a las fuerzas que moldean su identidad.

Importancia en la Literatura colombiana y latinoamericana

La Vorágine ocupa un lugar destacado en la literatura colombiana y latinoamericana, no solo por su calidad literaria, sino también por su capacidad para abordar temas universales. Rivera logra fusionar la denuncia social con un estilo lírico que evoca la inmensidad y la crueldad de la naturaleza. Su novela ha sido objeto de múltiples interpretaciones, desde el realismo social hasta el existencialismo, y sigue siendo un referente en el estudio de la literatura regional.

Además, la novela de Rivera establece un diálogo con otras obras clásicas de la literatura latinoamericana, como Doña Bárbara de Rómulo Gallegos y Don Segundo Sombra de Ricardo Güiraldes. Estas obras, aunque distintas en su enfoque y ambientación, comparten una preocupación común por los efectos de la modernización y la explotación en las sociedades rurales. La vorágine, en particular, destaca por su capacidad para representar la selva como un espacio tanto de peligro como de redención, una visión que influyó en autores posteriores como Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa.

Conclusión y recomendación

En definitiva, La vorágine es una obra imprescindible para quienes deseen comprender las complejidades de la sociedad latinoamericana y la relación entre el hombre y la naturaleza. La novela de Rivera trasciende su contexto histórico y se convierte en una advertencia intemporal sobre los peligros de la ambición desmedida y la explotación ambiental. Su estilo lírico, sus descripciones vívidas y su profundo contenido social hacen de esta obra una lectura desafiante, pero sumamente gratificante.

Recomiendo La vorágine no solo a académicos y estudiosos de la literatura, sino también a cualquier lector que busque una obra que lo confronte y lo haga reflexionar sobre la condición humana. En un mundo cada vez más consciente de los efectos del cambio climático y la degradación ambiental, la novela de José Eustasio Rivera sigue siendo una lectura relevante que nos invita a cuestionar nuestra relación con el entorno natural y el precio del progreso. La vorágine nos recuerda que la verdadera libertad solo puede alcanzarse al reconocer y respetar los límites de la naturaleza, y su mensaje cobra especial urgencia para las nuevas generaciones.

José Eustasio Rivera ha dejado con La vorágine un legado que trasciende su época y que continúa desafiando a los lectores a enfrentarse a la vorágine de la vida y a encontrar, en medio del caos, un sentido de humanidad y pertenencia.

Título“La vorágine”.
Autor: José Eustasio Rivera.
Género: novela.
Año de publicación: 1924.
Páginas: 390.
Temas: ficción, clásico, literatura colombiana y latinoamericana, drama.
Calificación en Goodreads: 3.78

Caminos de libertad: enseñanzas de la autobiografía de Nelson Mandela

La autobiografía de Nelson Mandela, “El largo camino hacia la libertad“, es una obra fundamental para comprender no solo la vida de uno de los líderes más icónicos del siglo XX, sino también la historia de Sudáfrica y su lucha contra el apartheid. Publicada en 1994, la obra recorre la vida de Mandela desde su infancia en la pequeña aldea de Mvezo hasta su presidencia tras salir de prisión, después de pasar 27 años encarcelado por su lucha contra el sistema de segregación racial.

Uno de los aspectos más destacados del libro es cómo Mandela relata su proceso de toma de conciencia política y su evolución de joven abogado a líder revolucionario del Congreso Nacional Africano (CNA). A través de su narración, expone las complejidades del apartheid y su profundo impacto en la sociedad sudafricana, mientras describe los sacrificios personales que hizo en su lucha por la igualdad, como la separación de su familia y los riesgos constantes a su seguridad.

El estilo de Mandela es a la vez sobrio y emotivo. No es una obra centrada en glorificar su figura, sino más bien en presentar la lucha colectiva por la libertad y los desafíos que él y su pueblo enfrentaron. Su tono es reflexivo y, en muchos momentos, profundamente humanizador, ya que reconoce sus errores, dudas y momentos de desesperación, pero también subraya su firme determinación por alcanzar un futuro más justo. Uno de los temas recurrentes es el poder del perdón y la reconciliación, valores que Mandela defendió con fuerza tras la caída del apartheid.

Lecciones de vida

1. La resiliencia ante la adversidad

Una de las lecciones más poderosas que se desprenden de “El largo camino hacia la libertad” es la resiliencia. Mandela describe cómo, a pesar de las circunstancias adversas -incluyendo su encarcelamiento- nunca perdió la esperanza ni la determinación por luchar por la justicia. Esta resiliencia es esencial para cualquier individuo que enfrente desafíos significativos en su vida personal o profesional.

2. El valor del perdón

Mandela enfatiza el poder del perdón como una herramienta para sanar heridas profundas. A lo largo de su vida, demostró que el perdón no es solo una cuestión moral, sino una estrategia política necesaria para construir una nación unida después del apartheid. Su disposición a negociar con sus opresores fue clave para evitar una guerra civil y establecer una democracia inclusiva.

3. La importancia de la educación

La educación es otro tema central en la autobiografía. Mandela subraya cómo su formación académica fue crucial para desarrollar su pensamiento crítico y su capacidad para liderar. A lo largo del texto, se hace evidente que el conocimiento es un poderoso aliado en la lucha contra la opresión y la injusticia.

4. La solidaridad colectiva

Mandela no se presenta como un héroe solitario; más bien, reconoce el papel fundamental del colectivo en la lucha por los derechos humanos. La obra destaca cómo el trabajo conjunto y la solidaridad entre diferentes grupos fueron esenciales para desafiar al régimen del apartheid. Esta lección resuena hoy en día, recordándonos que los cambios significativos requieren el esfuerzo conjunto de muchas personas.

5. La necesidad de un liderazgo ético

Mandela ejemplifica el concepto de liderazgo ético. A lo largo de su vida, mostró que un verdadero líder debe ser capaz de escuchar a su pueblo y actuar con integridad. Su enfoque centrado en el consenso y el respeto por los demás son cualidades que deberían guiar a todos aquellos en posiciones de poder.

Esta autobiografía es mucho más que una crónica de hechos históricos; es una obra maestra que invita a los lectores a reflexionar sobre sus propias vidas y las luchas que enfrentan en sus contextos particulares. La prosa clara y emotiva de Mandela permite a los lectores conectarse con sus experiencias personales y universales. En tiempos donde las divisiones sociales parecen intensificarse, las enseñanzas de Mandela son más relevantes que nunca. Su vida nos recuerda que cada uno tiene el poder de hacer una diferencia significativa en el mundo. La lucha por la justicia y los DDHH continúa, y cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar.

Invito a todos aquellos interesados en comprender no solo la historia reciente de Sudáfrica, sino también las complejidades del espíritu humano a leer “El largo camino hacia la libertad“. Este texto no solo ofrece una visión profunda sobre las luchas pasadas; también proporciona herramientas valiosas para enfrentar los desafíos presentes y futuros.

En cada página se encuentra una lección sobre resiliencia, perdón, educación, solidaridad y liderazgo ético principios que pueden guiar nuestras acciones cotidianas hacia un mundo más justo y equitativo. Leer esta obra es adentrarse en el alma misma de uno de los líderes más influyentes del siglo XX y encontrar inspiración para continuar luchando por nuestros propios ideales de justicia y dignidad humana.

Título“El largo camino hacia la libertad”.
Autor: Nelson Mandela.
Género: autobiografía.
Año de publicación: 1994.
Páginas: 992.
Temas: no ficción, personaje histórico, liderazgo, autobiografía.
Calificación en Goodreads: 4.35

El fútbol, ¿excusa para violentos?

La semana anterior en el partido de fútbol disputado entre Junior y Atlético Nacional, en el Estadio Atanasio Girardot, se convirtió en un trágico ejemplo de cómo la violencia invade un evento deportivo. Un encuentro apasionante entre dos de los clubes más importantes del fútbol colombiano terminó en caos. Durante el partido grupos de hinchas protagonizaron violentos enfrentamientos que resultaron en múltiples heridos.

La relación del fútbol y su influencia en la sociedad ha sido objeto de análisis en diversas disciplinas académicas, este deporte no solo es una fuente de entretenimiento también es un reflejo de las dinámicas sociales que moldean nuestras interacciones cotidianas. La pregunta clave es: ¿por qué el fútbol se ha transformado en el escenario de manifestaciones de agresividad y confrontación? En Colombia, el fútbol ha mostrado ser un microcosmos donde emergen las tensiones sociales más profundas, y se revelan problemáticas que van más allá del campo de juego. La violencia en los estadios, los enfrentamientos entre barristas y las agresiones a jugadores y árbitros son síntomas de una crisis social amplia que incluye la desigualdad, la exclusión y la falta de oportunidades. 

El fútbol en Colombia ha sido testigo de múltiples episodios de violencia, dentro y fuera de los estadios. Según el estudio “Barrismo social y convivencia (2008-2024)” de la Universidad Central cada 20 días muere un hincha por eventos relacionados con el fútbol, el 68% de los aficionados al fútbol colombiano han presenciado actos violentos en jornadas deportivas, y un 30% han sido víctimas directas de algún tipo de agresión en este contexto, además el 78% de las mujeres y el 70% de los hombres consideran que es peligroso ir al estadio. 

Con la intención de mejorar la seguridad y convivencia en el fútbol colombiano, se promulgó la Ley 1270 de 2009, sin embargo, su implementación ha sido deficiente, lo mismo ocurre con el “Plan Decenal de Seguridad, Comodidad y Convivencia en el Fútbol 2014-2024” impulsado por el Ministerio del Interior y respaldado por diversas entidades gubernamentales para erradicar la violencia tanto dentro como fuera de los recintos deportivos.

…las autoridades deben asumir su responsabilidad y garantizar la efectividad de la Ley 1270, además es fundamental involucrar en este proceso a todos los actores sociales: autoridades, entidades deportivas, aficionados y sociedad civil, y actuar con determinación para erradicar la violencia del fútbol colombiano…

A pesar de contar con un marco normativo adecuado que establece medidas a corto y largo plazo, enfocándose en el control y prevención de manifestaciones violentas mediante protocolos de seguridad, así como en la formación en convivencia y DDHH, las autoridades no han logrado llevar a cabo acciones efectivas para prevenir la violencia originada, por una parte, por la falta de coordinación entre las instituciones encargadas de garantizar la seguridad pública, y porque autoridades locales no han contado con los recursos suficientes o no han dado prioridad a las mejoras en seguridad, lo que ha contribuido a que los incidentes violentos sigan ocurriendo.

Hechos como los de la semana anterior demuestran que la violencia en el fútbol colombiano no ha sido erradicada y sigue siendo un desafío serio para las autoridades. En muchos casos, la falta de una estrategia unificada ha dificultado la prevención de la violencia, y aunque se han creado mecanismos legales para mejorar la seguridad y convivencia en los estadios y alrededor del deporte, la aplicación de estas leyes ha sido limitado. No se han impuesto sanciones adecuadas a los responsables de la violencia, y la falta de seguimiento a las medidas ha debilitado su efectividad.

¿Cómo abordar este reto y que el futbol no sea la excusa para manifestaciones violentas?  Observemos los ejemplos exitosos de otros países, tras años de afrontar esta problemática Argentina implementó un sistema integral que incluye un registro nacional de hinchas violentos. Este sistema permite prohibir el acceso a aquellos identificados como problemáticos, lo que ha reducido significativamente los incidentes agresivos. En cuanto a la liga española se han desarrollado campañas educativas dirigidas a jóvenes aficionados sobre el respeto y la convivencia pacífica durante los partidos. Transformar la cultura del fútbol hacia una más pacífica y respetuosa es posible si se toman las medidas adecuadas y oportunas.

El fútbol tiene el potencial de entretener y unir a las comunidades, esa es parte de su relevancia dentro de la sociedad y para lograrlo es imperativo abordar las raíces sociales que alimentan la violencia dentro y fuera de los estadios. Es cierto que, las autoridades deben asumir su responsabilidad y garantizar la efectividad de la Ley 1270, además es fundamental involucrar en este proceso a todos los actores sociales: autoridades, entidades deportivas, aficionados y sociedad civil, y actuar con determinación para erradicar la violencia del fútbol colombiano para disfrutar de su espectáculo sin temor ni divisiones, y recordemos que para deshacernos de la agresividad en este deporte se comienza con acciones de cada uno de nosotros, hagamos del fútbol un reflejo positivo de nuestra sociedad.

Publicada en: https://www.kienyke.com/columnista/jimmy-bedoya

El gran estadista del s.XX. La biografía definitiva de Churchill

La biografía Churchill de Roy Jenkins ofrece un análisis profundo y matizado de la vida de Winston Churchill, centrándose en su papel como líder durante la Segunda Guerra Mundial y su legado como estadista. A través de un enfoque crítico y reflexivo, Jenkins presenta a Churchill no solo como un héroe nacional, sino también como un personaje complejo, cuyas decisiones y personalidad influyeron significativamente en la historia del siglo XX.

Winston Churchill, nacido el 30 de noviembre de 1874 en una familia aristocrática, se convirtió en primer ministro del Reino Unido en mayo de 1940, en un momento crucial de la historia. Su ascenso al poder se produjo tras la dimisión de Neville Chamberlain, quien había adoptado una política de apaciguamiento hacia Adolf Hitler. Jenkins argumenta que Churchill fue el líder adecuado para enfrentar la amenaza nazi, gracias a su visión estratégica y su capacidad para inspirar a la nación en tiempos de crisis. La biografía detalla cómo su experiencia previa, incluyendo su participación en la Guerra de los Bóeres y su trabajo como primer lord del Almirantazgo, lo prepararon para este desafío monumental.

Jenkins describe cómo Churchill, a pesar de sus fracasos políticos anteriores y su estilo impulsivo, logró posicionarse como un líder carismático. Durante los años previos a la guerra, sus llamados a un rearme británico fueron inicialmente ignorados; sin embargo, estos se convirtieron en presagios de su futura relevancia. La biografía destaca sus “años salvajes” en la década de 1930, cuando sus opiniones sobre el militarismo alemán lo aislaron políticamente. Aun así, Jenkins sostiene que estas experiencias forjaron su carácter y lo prepararon para liderar durante la guerra.

La estrategia militar y diplomática

Durante la Segunda Guerra Mundial, Churchill se destacó por su habilidad para formar alianzas estratégicas. Su relación con Franklin D. Roosevelt fue fundamental para el esfuerzo bélico aliado. Jenkins narra cómo Churchill utilizó su talento oratorio para galvanizar no solo a Gran Bretaña, sino también a los Estados Unidos en torno a la causa común contra el Eje. Las decisiones que tomó durante momentos críticos, como la Batalla de Inglaterra y el desembarco en Normandía, son analizadas con detalle.

La biografía no escatima en mostrar las contradicciones del personaje. Jenkins presenta a un Churchill que era tanto un líder visionario como un político ambicioso que a menudo priorizaba sus intereses personales sobre los del partido. A pesar de sus éxitos durante la guerra, su caída del poder tras el conflicto revela las tensiones inherentes a su carácter y estilo de liderazgo. Jenkins argumenta que esta ambivalencia es parte integral de lo que hizo a Churchill tan fascinante.

Inspiración y legado para el mundo

Uno de los argumentos clave que Jenkins presenta es cómo Churchill se convirtió en un símbolo de resistencia y determinación no solo para Gran Bretaña, sino para el mundo entero. Su famoso discurso “Nunca nos rendiremos” resonó más allá de las fronteras británicas, convirtiéndose en un mantra para aquellos que luchaban contra el fascismo. La biografía resalta cómo sus palabras y acciones inspiraron movimientos democráticos y anti-totalitarios en diversas partes del mundo.

Además de su carrera política, Jenkins también destaca las contribuciones literarias de Churchill. Ganador del Premio Nobel de Literatura en 1953, Churchill utilizó su talento como escritor para documentar sus experiencias y reflexiones sobre la guerra. Su obra La Segunda Guerra Mundial no solo es un testimonio histórico, sino también una pieza literaria que ha influido en generaciones posteriores.

La biografía Churchill es más que una simple narración de eventos históricos; es un estudio integral sobre cómo una figura puede moldear el destino de una nación y dejar una huella indeleble en el mundo. Jenkins logra equilibrar una narrativa rica con un análisis crítico que invita al lector a reflexionar sobre las complejidades del liderazgo y las decisiones políticas. En conclusión, Roy Jenkins ofrece una representación multifacética de Winston Churchill que invita a los lectores a reconsiderar no solo su legado como líder durante la Segunda Guerra Mundial, sino también las lecciones más amplias sobre el poder, la ambición y la responsabilidad. Esta biografía es esencial para aquellos interesados en comprender no solo al hombre detrás del mito, sino también el contexto histórico que dio forma a su vida y carrera.

Título“Churchill”.
Autor: Roy Jenkins.
Género: Biografía.
Año de publicación: 2001.
Páginas: 1024.
Temas: no ficción, historia, personaje histórico, liderazgo.
Calificación en Goodreads: 3.91

IA y el cibercrimen en Colombia: amenazas en la era digital

En la última década, Colombia ha experimentado una acelerada adopción de tecnologías digitales con innumerables beneficios económicos y sociales. Sin embargo, este avance también ha expuesto al país a nuevas formas de criminalidad, en particular aquellas vinculadas al uso de la inteligencia artificial (IA). Los delincuentes han descubierto cómo utilizar esta tecnología para perfeccionar y escalar sus actividades, hoy el cibercrimen alcanza niveles alarmantes. Un desafío para el sector público y privado que requieren de medidas sofisticadas y adaptativas de manera que contrarresten este tipo de amenazas.

El uso de la IA en actividades delictivas no es un fenómeno aislado en Colombia, es una problemática que afecta a toda la región. Según la Organización de Estados Americanos, América Latina es un blanco creciente de ciberataques. Con un aumento significativo de la digitalización en áreas como las finanzas, el comercio y la educación, el país se ha vuelto especialmente vulnerable a los asaltos en la web, que utilizan la IA para realizar fraudes, manipular identidades y ejecutar acciones automatizados a gran escala.

Según datos del Centro Cibernético de la Policía Nacional, en 2023 se reportaron alrededor de 5.000 millones de intentos de ciberataques en Colombia, y la convierte en una de las naciones más afectadas en la región. Entre los delitos que mayor preocupación causan están el ransomware, el phishing y, cada vez más, la sextorsión y la manipulación de imágenes. Estos últimos son delitos en los que la IA ha tenido un impacto devastador, permitiéndoles a los delincuentes la creación de contenido falso extremadamente realista con fines extorsivos.

El fraude financiero es otro delito que ha crecido exponencialmente con el uso de IA, afecta tanto a los bancos como a los consumidores. Los delincuentes utilizan la IA para hackear sistemas, extraer información bancaria y realizar transacciones fraudulentas, sin ser detectados durante largos períodos. Según Kaspersky Lab, en 2023 se reportaron más de 100 mil casos de fraude financiero en Colombia relacionados con IA, lo que representa un aumento del 30% en comparación con el año anterior.

A nivel global, los países que han enfrentado el uso de la IA en el cibercrimen han aprendido lecciones clave que pueden ser aplicables a Colombia, Estados Unidos y naciones miembros de la Unión Europea han liderado esfuerzos conjuntos para combatir el cibercrimen transnacional. Organizaciones como INTERPOL y EUROPOL han demostrado que la cooperación internacional es fundamental para rastrear y detener a los delincuentes más allá de sus fronteras. Colombia, ya forma parte de acuerdos regionales de ciberseguridad que le permitiría fortalecer aún más la inteligencia trasnacional.

Solo a través de una estrategia integral con tecnología, regulación y educación se podrá mitigar los riesgos emergentes, y protegerse adecuadamente en esta era digital, donde la IA se ha convertido tanto en una herramienta para el progreso como en un arma para el crimen.

Otra forma de afrontar este reto es a través de la prevención, algunos países han implementado regulaciones avanzadas sobre el uso de IA para garantizar que no sea utilizada con fines delictivos. Por ejemplo, en Singapur se han establecido leyes que regulan el uso de IA en sectores críticos, mientras que Estonia ha sido pionera en la creación de una arquitectura digital segura que limita la exposición a ciberataques. 

En países como Israel y Japón, la inversión en tecnologías de ciberseguridad basadas en IA ha sido clave para prevenir ataques. Estas naciones han adoptado herramientas que utilizan algoritmos de aprendizaje automático para detectar patrones anómalos y actuar antes de que ocurra un desastre cibernético. 

El cibercrimen potenciado por la IA es un desafío que requiere una respuesta rápida y efectiva. Colombia tiene la oportunidad de aprender de las lecciones globales y adaptar las mejores prácticas a su contexto particular. Sin embargo, esto exige que el país actúe de manera proactiva, invirtiendo en ciberseguridad, promoviendo una regulación clara y desarrollando la capacidad técnica necesaria para enfrentarse a estas amenazas.

Las autoridades colombianas, junto con el sector privado y la academia, deben priorizar la creación de centros de excelencia en ciberseguridad, donde se formen a profesionales en las últimas tecnologías de defensa y donde se investigue continuamente cómo la IA puede ser utilizada para combatir las amenazas cibernéticas. Solo a través de una estrategia integral con tecnología, regulación y educación se podrá mitigar los riesgos emergentes, y protegerse adecuadamente en esta era digital, donde la IA se ha convertido tanto en una herramienta para el progreso como en un arma para el crimen.

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