Colombia es un territorio que ha forjado hombres y mujeres ejemplares, a quienes estamos en la obligación de rememorar como la expresión más sublime de un pueblo, que nació a la inmortalidad por su lucha en favor de la libertad, con centenares de héroes, próceres y mártires, hijos de una gloriosa época.
En estas fechas de itinerario histórico, se debe evocar con devoción, honor y orgullo a los próceres neogranadinos, embajadores de la creación de una nación para todos, sin distinción de razas ni de credos religiosos o políticos; y que nos perteneciera por igual. Llevamos ahora en la sangre y en el alma el destino de su legado.
Como una tradición heredada de generación en generación, los meses de julio y agosto se celebran, primero: los 209 años del “Grito de Independencia”, el cual dio origen a la firma del Acta del Cabildo Extraordinario de Santa Fe, y segundo: el Bicentenario de la Independencia de Colombia con la “Batalla de Boyacá”.
El centro de las celebraciones se enmarca con desfiles y paradas militares y policiales, por las principales calles y plazas de todas las capitales de Colombia, allí niños, mujeres, adultos mayores y familias completas vestidas con el tricolor nacional, se agolpan para observar a los héroes patrios.
…colofón de la Oración Patria: “mi ambición más grande, es la de llevar con honor el título de colombiano, y llegado el caso, morir por defenderte
Valientes que han hecho parte de la historia y en palabras de Tucídides, historiador ateniense, la concebía como la “maestra de la vida” en la que se plasma las realizaciones, los éxitos y las frustraciones del hombre.
La Policía Nacional en su ferviente deseo de preservar la historia nacional, emula el actuar de sus ilustres forjadores y rinde un homenaje de admiración y gratitud a nuestros héroes, que sin temores han alimentado el faro que por más de un siglo ha iluminado el sendero de la Institución.
Hoy contamos con una Policía más fuerte que nunca, por la unidad con la comunidad y sus autoridades, nos unen el recuerdo y la sangre de tantos patriotas que lucharon sin ambicionar la gloria, que lo arriesgaron todo con la grandeza de la humildad y la generosidad del misionero.
Así, con el tesón y la valentía de los hombres y mujeres que hicieron parte de la lucha por la independencia, quienes con denuedo inquebrantable aportaron sin igual ejemplo, hoy la Policía Nacional asume la responsabilidad histórica de continuar la tarea de construir patria.
Siempre inspirados en el noble ideal de servir y de hacerlo de la mejor forma, sin evadir los dolorosos sinsabores de la abnegación y sin esperar recompensa alguna.
Nuestros policías están dispuestos en aras del mandato constitucional y del juramento hecho ante Dios y toda la nación, como en el colofón de la Oración Patria: “mi ambición más grande, es la de llevar con honor el título de colombiano, y llegado el caso, morir por defenderte”.
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