El nuevo Código Nacional de Policía y Convivencia, CNPC, -Ley 1801 de 2016- surge como el compendio de normas para conectarse con nuestro actual entorno social y responder a las nuevas necesidades en materia de seguridad, bajo la premisa de ser eminentemente preventivo y apuntar a corregir comportamientos que afectan las buenas relaciones humanas.
El CNPC señala los comportamientos y actividades prohibidas a los habitantes del territorio nacional y también a las personas jurídicas, para evitar que problemas de convivencia del día a día, se conviertan en asuntos penales; promoviendo la sana convivencia y los buenos hábitos, más aún en un país en donde el 33% de los homicidios del 2016, se presentaron en cuadros de intolerancia y riñas, según el Centro de Observación para la Convivencia y Seguridad Ciudadana, CEOBS, de la Policía Nacional.
Así mismo, el CEOBS nos informa que durante el año que finalizó, se presentaron 11.987 homicidios en el territorio nacional, con una reducción en este delito de un 4% con 472 vidas que se lograron salvar, obteniendo la tasa por 100 mil habitantes más baja en 40 años (24,6).
En lo concerniente al delito de las lesiones personales, el Ceobs, registra que se presentaron 86.100 casos en el país, el 89% de estas se originaron nuevamente en situaciones de intolerancia y riñas; 63.714 de las lesiones se ocasionaron con arma contundente y el 73% se manifestaron en la vía pública, con un promedio de 235 lesiones diarias.
Es la falta de tolerancia, los desacuerdos y los conflictos relacionados con la convivencia, hoy una de las principales causas de violencia en el ámbito nacional, estos pueden ser objeto de conciliación y mediación, un elemento que contempla la norma, a través de la cual la autoridad se convierte en el canal para que las personas en conflicto decidan voluntariamente resolver sus desacuerdos armónicamente.
Así, la puesta en marcha del CNPC y sus disposiciones, constituyen una oportunidad para que todos los colombianos, propicien comportamientos que contribuyan desde la cotidianidad a la convivencia. Ayudará a corregir conductas cómo: amenazas para causar daño fÍsico por cualquier medio; porte de elementos o sustancias peligrosas; porte de armas neumáticas, como de aire, fogueo y spray. Igualmente permitirá a las autoridades regular, sobre: la realización de actividades peligrosas; restringir la movilidad o permanencia de niños, niñas y adolescentes en el espacio público o en lugares abiertos al público; entre otros temas fundamentales para lograr la convivencia entre los habitantes del territorio.
Este “manual de convivencia” contribuirá a contar con una mejor calidad de vida para todos, ya que desplegaremos unos mínimos vitales de derechos y deberes, con el propósito de que llegaremos a poseer una convivencia mediante una interacción pacífica, respetuosa y armónica entre las personas, con los bienes y con el ambiente, en el marco del ordenamiento jurídico; con su último fin: Para vivir en paz.
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