La situación vivida en la actualidad no tiene antecedentes en la historia del planeta. Al inicio de la presente crisis, se establecieron una serie de restricciones con la finalidad de mitigar la propagación del brote, apoyar los sistemas de salud pública, salvaguardar la economía, garantizar el orden público y la seguridad ciudadana para salvar millones de vidas.
Con medidas como el aislamiento social, el cierre de fronteras, la cancelación de viajes aéreos domésticos e internacionales y se decretaron prohibiciones a las actividades sociales. Esto ha introducido un sinnúmero de cambios estructurales en la vida cotidiana, tanto de las personas, las empresas y de toda la institucionalidad.
De la misma manera, los criminales han visto en la crisis una oportunidad de extender sus tentáculos ilegales, afectando la vida de los individuos y la economía de las empresas, adaptando sus modos de obrar y desarrollando nuevas estrategias delictivas. Siendo ampliamente flexibles y adaptables, su habilidad para mutar en esta nueva coyuntura significa que se necesita de instituciones vigilantes y preparadas que le realicen el correspondiente contrapeso. El crimen es sin duda un factor perturbador y obliga a orientar los esfuerzos nacionales para garantizar la salud, la seguridad de los ciudadanos y la protección de sus activos.
Por lo tanto, la Policía Nacional de todos los colombianos, con pleno conocimiento de su misionalidad constitucional y consciente que la responsabilidad con la nación se ha ampliado, para mantener el orden público y garantizar la seguridad interna, es un bastión de apoyo al trabajo de las autoridades sanitarias en el país, quienes son la primera línea de contención en la lucha para recuperar la salud de toda la población.
Con acciones que se aterrizan en lo local, diseñadas de acuerdo con las mejores prácticas internacionales realizadas hasta el momento, como parte de la estrategia de respuesta que contribuirá a controlar la enfermedad…
Es así, que se estableció un enfoque diferencial al interior de la Institución para atender la crisis desde una perspectiva sanitaria. Acciones que tienen el objetivo de dar soporte a la labor del sector salud del país y generar un impacto significativo en el panorama de la delincuencia.
El propósito de la arquitectura policial planeada es contrarrestar los fenómenos presentados en tiempos de distanciamiento social, trabajo remoto y atención médica de la emergencia de salud, con la articulación de todas las capacidades institucionales. Mediante diferentes pautas que mejorarán la seguridad y le brindarán efectividad a los procedimientos internos, en aplicación de las normas que establezca el Gobierno Nacional para aplacar el nuevo coronavirus.
Con acciones que se aterrizan en lo local, diseñadas de acuerdo con las mejores prácticas internacionales realizadas hasta el momento, como parte de la estrategia de respuesta que contribuirá a controlar la enfermedad, promover comunidades seguras y combatir a los delincuentes que se aprovechan de la pandemia.