Primero la verdad

La mentira a través de la historia de la humanidad se ha convertido en un rasgo prácticamente innato en el hombre, quien adicionalmente ha mostrado un marcado interés por detectarla. En las instituciones, la honestidad del recurso humano es necesario para lograr el cumplimiento de su misionalidad y el despliegue de sus objetivos estratégicos, lo que las llevará a crecer dentro de la sociedad y trascender en el tiempo, superando un sinnúmero de crisis sociales y atendiendo los riesgos de la actual modernidad, por lo que es indispensable determinar el nivel de confiabilidad de sus integrantes.

Con motivo de demostrar científicamente la detección de la mentira, autoridades en diferentes ramas como la medicina, la psicología, la fisiología y la criminalística, han concluido que cuando un individuo miente u oculta información, inicia un conflicto en su cerebro el cual se ve reflejado en el sistema nervioso autónomo y hace que tenga reacciones involuntarias que son registradas por un instrumento denominado polígrafo, en donde por medio de protocolos permiten a un poligrafista determinar el grado de confiabilidad en las respuestas del evaluado.

En Colombia, desde 1998 cuando se enfrentaba avanzados problemas relacionados con el narcotráfico y el terrorismo de grupos subversivos, la Policía entendió la importancia de la poligrafía e inició la capacitación de su personal con agentes especiales de Estados Unidos, con la finalidad de implementar una unidad élite en determinar la confiabilidad de los hombres que trabajaban para las direcciones más especializadas de la institución.

El polígrafo es un apoyo tecnológico en la restauración de la confianza y el acertado direccionamiento sobre el recurso humano

Con dos décadas de experiencia en el proceso, la poligrafía institucional ha hecho sus aportes en dos frentes: blindar la institución para contrarrestar la capacidad permeadora de grupos ilegales y generar altos niveles de credibilidad y confianza que sean palpables para los ciudadanos.

Así se convirtió en una herramienta preventiva y reflexiva, que invita a cada miembro de la institución que presenta la prueba a que auto diagnostique su rol, medite sobre sus valores y sus comportamientos, y tome las decisiones ideales para transformar su accionar. El polígrafo es un apoyo tecnológico en la restauración de la confianza y el acertado direccionamiento sobre el recurso humano.

El empleo de la poligrafía en la institución suministra elementos que aportan al despliegue de su “Política Integral de Transparencia Institucional”, lo que se refleja en el mejoramiento de los indicadores de confianza, la efectividad y en el cumplimiento de su “Código de Ética Policial”, contribuyendo a contar con servidores policiales que cumplen con el perfil idóneo y que desarrollan su trabajo con mejor honestidad y calidad.

Publicada en: https://www.cronicadelquindio.com/opinion/opinion/primero-la-verdad

PorJimmy Bedoya

Coronel(r) con más de 30 años de experiencia en seguridad pública, liderazgo, capital humano y control interno.