Regénesis en la ciudad, seguridad y resiliencia

Regénesis, ciudad

Regénesis es un concepto creado por el autor británico George Monbiot, activista ambiental, social y político; el cual se refiere a la transformación de nuestra relación con el entorno, y nos invita a plantear un nuevo futuro para la humanidad con el objetivo de evolucionar sin destruirnos y sin aniquilar al planeta. 

Una búsqueda en contravía frente a los arraigados pensamientos que sostienen el imaginario de la supervivencia humana; en primer lugar, sin importarle incluso la afectación a las demás especies. Pareciera que el hombre cuando se ve en la necesidad de contrarrestar una adversidad hace todo lo que está en sus manos para comprometer su subsistencia. 

Recordemos la locución latina “Homo homini lupus” que significa “el hombre es el lobo del hombre”, popularizada por Thomas Hobbes, usada para el referenciar las atrocidades del hombre, y en especial la ignominia de autodestruirse.

La supervivencia en el planeta depende exclusivamente de las decisiones individuales y colectivas, aunque nos alentamos diciendo que no es tan grave la situación o incluso que no está ocurriendo, que si fuera realmente serio alguien nos detendría o que ya llegarán otros a solucionarlo, o peor aún dejamos las crisis sociales en un comentario banal en las charlas cotidianas.

Entre tanto, nuestras ciudades son territorios en expansión permanente en donde se sacrifica la naturaleza social para que crezca la modernidad y la población. Según la Organización de las Naciones Unidas, para el año 2050 el 68% de las personas del globo vivirá en alguna ciudad del mundo. Un ambiente propicio para la continuidad de los ciclos de deterioro del tejido social.

Las ciudades, además de ser las protagonistas en las crisis sociales, son los territorios en los cuales convergen el desarrollo de las sociedades modernas, mercantiles, industrializadas y tecnológicas junto con las variadas formas de violencia gracias a las dinámicas urbanas. Esto implica la necesidad de un análisis de la ciudad como escenario de la violencia y sus efectos al ser el centro del crimen.

Una consideración final, con unos planteamientos adecuados que permitan no caer en el mismo juego de roles de siempre, se debe comprender que, con adecuadas políticas urbanas se puede lograr un avance en la perspectiva de “des-seguritizar”…

Requerimos una regénesis que logre asegurar la concreción de los planes estratégicos propuestos, a partir de una arquitectura de la civilidad ecosocial, económica, sustentable, solidaria, como un modelo de urbanismo interdisciplinar para el ordenamiento del territorio evitando el colapso del sistema social, factor coyuntural para la actividad delictiva, así como la depreciación de la vida.

Observemos, por ejemplo, la situación vivida en Bogotá en medio de una realidad marcada por límites ambientales, socioeconómicos, culturales y criminológicos que urgen de formas de acción y planificación innovadoras y realistas. Una tarea a contrarreloj para sus mandatarios con el fin de restablecer el equilibrio del territorio urbano mediante el diseño de sistemas que le permitan adaptarse y transformarse. 

Profundicemos así, en el concepto de ciudad mediante un proceso de regénesis que construya modelos que aprovechen al máximo las limitadas capacidades existentes en el ambiente urbano, con opciones basadas en la innovación y la participación ciudadana que logren que el territorio se adecúe a los actuales y futuros escenarios y desafíos. 

Hoy, igualmente el debate por la criminalidad, la violencia y la seguridad ciudadana debemos ubicarlo en la posibilidad de alejarlo de la brecha formada por el unilateralismo y las visiones hegemónicas de la actual política colombiana. Los gobernantes de las ciudades al final de múltiples esfuerzos terminan con resultados insuficientes en el ámbito de la seguridad de sus ciudadanos, y ante el crecimiento del delito solo se propone criminalizar las políticas urbanas tradicionales, sin lograr una ciudad circular, sostenible, resiliente, próspera, tranquila e inclusiva, que incide en el fortalecimiento de un medio ambiente corroído en donde prolifera la violencia.

Una consideración final, con unos planteamientos adecuados que permitan no caer en el mismo juego de roles de siempre, se debe comprender que, con adecuadas políticas urbanas se puede lograr un avance en la perspectiva de “des-seguritizar”, y con una regénesis se mejorarán las relaciones interpersonales con el entorno y se fomentará la satisfacción en las libertades públicas e individuales, así, se deconstruirán unas ciudades con población resiliente sintonizada con su responsabilidad en la protección del concepto de sociedad en el territorio urbano.

Publicada en: https://www.kienyke.com/columnista/jimmy-bedoya

PorJimmy Bedoya

Coronel(r) con más de 30 años de experiencia en seguridad pública, liderazgo, capital humano y control interno.