Los factores estructurales, que incrementan los niveles de violencia, criminalidad y comportamientos contrarios a la convivencia, son múltiples debido a las condiciones de orden social, cultural, político, económico, religioso, histórico, urbanístico y ambiental.
Esto debe conducirnos a abordar la necesidad de buscar medidas de prevención social en el diseño e implementación de estrategias integrales para lograr una equilibrada convivencia y seguridad ciudadana, con responsabilidad del gobierno nacional y las instituciones afines a la seguridad.
La implementación de estas medidas requiere de un ejercicio de planeación exhaustivo por parte de las autoridades, que les permita diseñar programas dirigidos a la población en general. En consecuencia, para el efectivo despliegue y operacionalización de las estrategias, deben proyectarse respuestas institucionales con acciones definidas a mediano y largo plazo, que generen sostenibilidad, persistencia e impacto de cada una de estas sobre los diferentes componentes de las cadenas delictivas con el fin de enfrentar de manera integral fenómenos criminales que permitan interpretar las más apremiantes necesidades del ciudadano de a pie.
…un modelo de seguridad estratégica debe incluir acciones de desarrollo social urbano y rural, de vivienda, empleo, servicios públicos, economía local y ambiente sano, y debe olvidarse la idea de que el concepto de seguridad se limita a acciones policiales o militares
Lo antes descrito conlleva a que se plantee un giro en el quehacer de las instituciones para garantizar la seguridad y tranquilidad de los ciudadanos, especialmente en la anticipación para mitigar los fenómenos criminales y la generación de respuestas y alternativas de solución ante la presencia de disfuncionalidades en los diferentes niveles de gestión.
Es fundamental comprender desde el territorio, las problemáticas que permitirán priorizar y focalizar las estrategias que mejor se apliquen a su realidad. La inversión en este tipo de iniciativas es mucho mayor y requiere un tiempo apropiado para su desarrollo, los frutos suelen verse en periodos largos, no obstante, es necesario con esfuerzos adicionales contar con victorias tempranas que influyan en la disminución de los indicadores de crimen y violencia.
Así, un modelo de seguridad estratégica debe incluir acciones de desarrollo social urbano y rural, de vivienda, empleo, servicios públicos, economía local y ambiente sano, y debe olvidarse la idea de que el concepto de seguridad se limita a acciones policiales o militares, lo que es un error conceptual y se traduce en prácticas reactivas de persecución del delito y falta de gobernanza.
Es determinante que comprendamos que si las políticas de seguridad se alinean con las de desarrollo social, salud, educación, entre otras, entonces habremos dado un gran paso en mejorar las condiciones de vida de todos, para llegar al contexto social de poder interactuar en el territorio sin miedo y sin la preocupación de ser una víctima de la criminalidad.
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