Desde muy pequeños se siente admiración y respeto por el servicio que prestan los policías. Muchos niños cuando se les interroga: ¿Qué sueñan ser cuando sean mayores? Ellos responden: policía.
El motivo de su respuesta es muy sencilla; el observar en el diario vivir a los policías en la vía pública, en los puentes peatonales, cerca de los centros comerciales, genera en el adulto una buena percepción de seguridad. ¿Entonces se lograrán imaginar lo que siente un niño o una niña cuando ve a un uniformado frente a su colegio o en el parque?
Hombres y mujeres que son la cara de la gobernabilidad, quienes han tomado la denominación de policías en una inspiración desprendida y anónima al servicio de los demás, para convertirse en agentes de fuerza, paz y civilidad, para proporcionar bienestar público, escribiendo nuevas páginas de seguridad con el espíritu inquebrantable de líderes en el fomento de la convivencia ciudadana.
Cada día, como Sísifo -encarnación griega de la persistencia- los policías impulsan la roca de su labor hasta lo alto de la montaña, desde donde vuelve a caer por su propio peso, la cual debe ser nuevamente empujada a la cima y así por toda la eternidad.
Esa piedra es la misión de asegurar la convivencia pacífica de las comunidades, y por ende, no se debería necesitar más para ser felices, en tanto la recompensa sea la recuperación y la conservación permanente de la vida digna de cada ciudadano.
..como una institución formadora de ciudadanos, brindando seguridad que no sólo evita el delito sino incentiva la corresponsabilidad social y fomenta la convivencia…
Gracias a este servicio patriótico la comunidad conoce una policía, profesional y apolítica, que responde a la visión de su inspirador institucional, el General Francisco de Paula Santander, quien manifestaba: “las armas que lleváis y que os distinguen de los demás ciudadanos, se os han entregado cabalmente para defender su vida y sus derechos”.
Así, desde el desierto guajiro hasta la inmensidad del Amazonas, siempre habrá un sitio donde ondee el tricolor nacional y se erija una estación o puesto de Policía que no baja la guardia en la lucha contra el crimen.
La Policía Nacional sirve a la nación protegiendo a sus 50 millones de ciudadanos; a través de sus 14 direcciones, 8 regiones, 34 departamentos, 17 metropolitanas y sus 4.900 cuadrantes del Modelo Nacional de Vigilancia Comunitaria por Cuadrantes, como una institución formadora de ciudadanos, brindando seguridad que no sólo evita el delito sino incentiva la corresponsabilidad social y fomenta la convivencia, como ejemplo para esos niños que sueñan con portar el laureado uniforme verde oliva.
En su honor, la institución día a día cumple con satisfacción la misión encomendada, por amor al país y a la ciudadanía como su máxima razón de ser.